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Red Internacional
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FLEXIBILIDAD LABORAL. En el GAM la flexibilidad laboral de trabajadoras del aseo es igual a precariedad

Un claro reflejo, una imagen tajante de la flexibilidad laboral que propone el Gobierno y una propuesta de unidad y lucha, entre trabajadores de distintas empresas, para frenar los ataques

Simón Bousquet

Simón Bousquet Director Audiovisual La Izquierda Diario Chile @simonbousquet_

Sábado 17 de agosto de 2019

En el importante centro cultural, tras los escenarios y en cada espacio, se oculta una realidad del país: trabajadores y trabajadoras subcontratados del aseo realizan más de 50 horas extra al mes, sin respetar la jornada laboral establecida, se les impusieron turnos de hasta doce días de corrido y una rebaja de dos días libres. La empresa buscó hacerlos firmar un anexo de contrato para imponer el cambio de condiciones, pero las y los trabajadores se negaron, actuando junto al sindicato del GAM logramos frenar la medida.

En Chile la subcontratación es un negocio redondo

El Estado, como principal solicitante de prestación de servicios, permite y desarrolla esta forma precarizadora del trabajo. Las empresas al competir con precios atractivos para ganar licitaciones, reducen sueldos, generan alta rotación y empleos inestables, lo que termina obligando a los trabajadores a realizar turnos extras de jornada extenuantes. Adicionalmente, la lógica del subcontrato busca dividir a los trabajadores en cuanto restringe sus posibilidades legales de organización y demandas.

Además, y no solo en GAM, el subcontrato de servicios de aseo tiene rostro de mujer, mujeres que en su mayoría son madres e inmigrantes. Sabemos lo que esto significa, trabajadoras que frente a la realidad hostil, aceptan condiciones de explotación y abusos por no tener otras oportunidades, entendiendo como factores las dificultades migratorias, el desempleo y el costo de la vida, se suma a esto un trato distinto y la barreras del idioma que profundizan el problema. Las empresas subcontratistas siempre buscarán obtener una mayor utilidad, de eso se trata el negocio, y eso será a costa de reducir el pago y aumentar el tiempo de trabajo de las y los trabajadores, esa oferta es la que se ven obligadas a aceptar la población migrante y la más empobrecida del país, condiciones precarias como única posibilidad, esa es la puerta que abre la flexibilidad laboral.

Esa es la flexibilidad laboral que ofrece el gobierno, ¿Capacidad para acordar jornadas a favor de las y los trabajadores? No, imposiciones del empleador. ¿Mayor tiempo libre y compatibilidad con la familia? No, jornadas extenuantes de trabajo. ¿Nuevas formas modernas de trabajo? No, condiciones de explotación del siglo pasado bajo el nombre de “externalización de servicios”. En el GAM la flexibilidad es precariedad. Y esa es la realidad de millones de trabajadores.

El dueño de la subcontratista de servicios de aseo Ingemaster quería “hacerse el vivo”: aplicar las nuevas facultades que quiere darle Piñera a los empresarios con su reforma laboral, sin que siquiera esté aprobada la ley. Ni siquiera respetó la legislación vigente. Pero lo que pasa en el GAM sirve como advertencia a toda la clase trabajadora del país: eso es lo que quieren para nuestras vidas.

Desde el sindicato del GAM denunciamos y expusimos esta situación porque las barreras legales que impiden que trabajadores de un mismo espacio se organicen cuando existen empleadores distintos, se desvanecen en la convicción de que antes que todo somos compañeros que trabajamos diariamente juntos y ante tales muestras de abusos tenemos que estar unidos. Con esta demostración, logramos una chispa importante, no solo unidad para frenar una medida abusiva en particular, si no que una clara perspectiva: que todas las y los trabajadores puedan organizarse sin limitaciones en función de mejorar sus condiciones de vida.

La administración del GAM que mantiene la relación contractual con la subcontratista tiene la facultad de no volver a entregar la licitación a esta empresa, así como está obligada a que se cumplan las condiciones laborales de los trabajadores que subcontrata. La principal urgencia es garantizar la estabilidad del trabajo, si cambia la empresa, que ninguna familia quede en la calle.

Terminemos con la precariedad: fin al subcontrato y paso a planta

La organización común es un primer paso. Pero solo podremos terminar con los abusos y la pobreza a la que son arrojadas estas familias trabajadoras, cuando se cumpla una medida básica: el paso a planta de todos los trabajadores que realizan labores en el Centro Cultural. Es decir que dejen de existir trabajadores de primera ya segunda categoría en GAM.

Nos proponemos desplegar una amplia campaña en solidaridad con las trabajadoras de aseo en el GAM, exponer sus condiciones y elevar nuestras expectativas.Que ninguna trabajadora o trabajador quede desprotegido. Si estudiantes y profesores toman este importante ejemplo, podemos levantar un verdadero cerco de solidaridad, protegiendo los puestos de trabajo y exigiendo plenos derechos a sindicalización y al cumplimiento de sus justas demandas.