Denuncian que se viola el derecho y acceso a servicios de salud por una estafa de contratistas con las cuotas del seguro social, que cuentan con el silencio y complicidad de las empresas. Reportan casos en fincas bananeras del Grupo ACON en Siquirres.
Jueves 22 de junio de 2023
Imágenes tomadas de ANEP
El mecanismo que denuncian consiste en el rebajo de las cuotas del seguro social -cómo ven los obreros en sus comprobantes de pago- pero, cuando van a solicitar servicios de salud, las autoridades de la CCSS se los niegan a causa de no estar asegurados. Sus cuotas no son reportadas a su nombre, lo que hace que los establecimientos de salud no puedan ofrecer sus servicios.
Esto se suma a todo tipo de prácticas xenófobas y discriminatorias, como que les niegan vacaciones, aguinaldo, y la constante amenaza de represión mediante la Fuerza Pública y autoridades de Migración.
En un reportaje publicado en redes sociales por el sindicato ANEP, Walter Montoya Zeas obrero bananero que labora en las empresas Freeman 1 y 2, asegura que a él y otros trabajadores migrantes, los obligaron a cambiar su nombre a la hora de registrarlos como peones en las fincas, esto a recomendación de los contratistas que median entre ellos y los patrones. Él figura como “Luis Padilla Jiménez” según los registros de la empresa, pero le han dicho que ese nombre lo utilizan otras personas que son también indocumentadas.
Montoya señaló que para ellos es claro que los contratistas se están robando el dinero y además, están quitándoles su derecho a la salud; todo con la complicidad de las patronales. Éste es su relato respecto de reclamar en Recursos Humanos:
«Hay un problema porque uno viene a poner una queja a Recursos Humanos, del daño que se está haciendo y él llama al capataz, y le dice ´necesito que bote a fulano que es problemático porque reclama´. Y en este caso, que estamos haciendo esta denuncia pública, y es fijo que luego de que se vayan ustedes [los periodistas], es fijo que van a llamar a la policía, porque eso ha sucedido antes. Que llaman a migración para que los carguen en los vehículos y los lleven no sé a dónde.»
El rol de la figura del contratista dentro del mundo de los obreros bananeros es grave, pues no se limitan solamente a estafas al seguro social a costa de trabajadores migrantes, sino que además controlan aspectos como cuánto les pagan por día laborado, por vacaciones o incluso el aguinaldo.
Así lo expresó el costarricense Felix Cruz Asida, quién dijo que “las boletas de pago no las explican (…) hacen un cálculo para darle a uno el salario, pero hacen rebajos y le pagan a uno lo que quiera el contratista”. Ellos reclaman a las empresas y al gobierno que los “traten como seres humanos”, y que paren los abusos.
Reportaje publicado en redes sociales de ANEP, (16/6/2023)
Las bananeras tienen un largo historial de lavarse las manos mientras suceden éstos abusos de los cuales ellas terminan adquiriendo beneficios en la forma de las grandes ganancias que sacan del país. Casos como el de los obreros de La Perla y La Perlita, afectados por el uso sin protección de agrotóxicos -también en Siquirres- o el del obrero que murió en medio de sus labores en Guácimo, demuestran la complicidad entre las patronales, las instituciones del Estado y agentes externos como los contratistas, para perpetrar y esconder los abusos.
Por otra parte, hay que señalar la orientación política de las direcciones sindicales burocráticas, que dejan a millones de trabajadores y trabajadoras migrantes totalmente desprotegidos frente a este tipo de abusos patronales y otros más graves, como las agresiones físicas a las trabajadoras en tiendas SYR.
Exigimos a las dirigencias de los sindicatos que lleven adelante una política realmente solidaria frente a éstas situaciones, que llamen a la movilización de trabajadores y trabajadoras de la empresa privada para luchar por sus derechos utilizando métodos como la huelga; pero también que tomen medidas de organización como poner en pie comités de base, comités de acción, comités ad hoc de trabajadores migrantes, de mujeres trabajadoras del campo y de comunidades.
La clase obrera es una, y no tiene fronteras; por eso hay que combatir la división nacional impuesta entre miembros de la misma clase. Es necesario extender la más amplia solidaridad con los reclamos de los obreros bananeros y migrantes, pues en esa unidad política se encuentra una fuerza de lucha que puede obtener los derechos que el Estado y los patrones niegan, así como justicia frente a todos los abusos que ejercen contra el conjunto de la clase trabajadora, como el ataque a la jornada laboral con el proyecto de jornadas 4x3.