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Red Internacional
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A DOS AÑOS. Sismos y avances en la reconstrucción: las prioridades de la 4T

A dos años de los sismos de 2017, los resultados son completamente insuficientes.

Miércoles 18 de septiembre de 2019

En la conferencia matutina de hoy se presentaron los avances del Programa Nacional de Reconstrucción del Gobierno Federal luego de los sismos de septiembre de 2017.

Estuvieron presentes funcionarios como el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y el Secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Mayer Falcón.

El informe partió de un diagnóstico de lo que encontró la nueva administración en diciembre del año pasado, para luego ir señalando las acciones que se han llevado a cabo y los avances en os rubros de vivienda, escuelas, hospitales y edificios históricos.

Respecto a la vivienda y la respuesta del gobierno anterior, se detectaron cuestiones como que la mayoría de las familias hicieron uso de sus propios recursos, que en muchos casos los apoyos llegaron incompletos o no se recibieron en absoluto.

En cuanto a las escuelas, por ejemplo, había planteles señalados como afectados pero no lo estaban, mientras que otros que sí lo estaban no fueron censados.

En términos globales, los avances en la reconstrucción están en un 30 por ciento. Según López Obrador, para finales de año se habrá alcanzado un 40% y los trabajos estarán concluidos a finales del próximo año.

En comparación con la respuesta del gobierno de Peña Nieto al desastre, los avances de la Cuarta Transformación podrían parecer significativos. Sin embargo, la realidad es que a dos años de los sismos de 2017, los resultados son completamente insuficientes.

El 30% de avance en la reconstrucción es un reflejo de las prioridades de la 4T. Mientras se destinan miles de millones a la Guardia Nacional para continuar la militarización del país y perseguir migrantes bajo las exigencias de Trump, sigue sin resolverse el problema de la vivienda para muchos damnificados.

Mientras siguen en pie las privatizaciones producto de la reforma energética, los empresarios pactan jugosos negocios con el gobierno para la distribución de gas y el país es desangrado mediante el pago de la deuda externa, cientos de escuelas siguen sin repararse, constituyendo en muchos casos trampas mortales para maestros y alumnos.

A lo anterior, se suma la impunidad de las empresas, inmobiliarias y funcionarios públicos responsables de numerosas irregularidades en la construcción de edificios y el desvío de fondos para la reconstrucción.