El fenómeno climático ha afectado a cientos de miles de personas, que en cifras han llegado a más de 41 mil familias sin luz, cientos de damnificados y viviendas con daños a nivel nacional. Lo que ha provocado también la suspensión de clases en colegios y universidades, por parte de las autoridades gubernamentales en más de 40 comunas en la región metropolitana y en otras regiones del país.
Lunes 11 de junio de 2018
El sistema frontal de frío que está viviendo el país ha tenido repercusiones graves en el conjunto de la población. A causa de este fenómeno climático, producto de las lluvias intermitentes ha causado colapsos en canales y alcantarillas que ha registrado el anegamiento de calles y viviendas. También la caída de agua nieve y ráfagas de vientos que han provocado la caída de árboles y tendido eléctrico, ocasionando el corte del suministro eléctrico más de 41.000 familias a lo largo del país.
Una de las regiones más afectadas por el sistema frontal ha sido la región de La Araucanía donde hay más de 10.000 hogares afectados y de 5.500 personas aisladas, producto de la cantidad de nieve caída en este sector.
Esta situación climática ha alarmado al conjunto de la población, así ha demostrado las autoridades de la Onemi de la región metropolitana declarando “Alerta amarilla” en la capital exceptuando las comunas de Chacabuco, Melipilla, Talagante y Maipo que continúan en alerta temprana preventiva.
Así mismo, por parte de la Intendencia Metropolitana y el Mineduc se ha declarado la suspensión de clases, tanto en colegios municipales, subvencionados y particulares, como en varias universidades por las dificultosas condiciones meteorológicas. La medida aplica a más de 40 comunas de la capital, al igual que en regiones principalmente afectadas como; Atacama, Coquimbo, O`Higgins y La Araucanía.
Esta situación climática que viven cientos de miles de familias ¿afectan de igual manera al conjunto de la población o hay quienes sufren las peores condiciones producto de la precarización de la vida y el empobrecimiento?
¿Por qué aun en Chile un “desastre” natural se convierte en un desastre social?
Como en algunas ocasiones hemos escuchado, Chile es país de noticias para el mundo, producto de desastres naturales producidos por los fenómenos climáticos y la sismicidad de sus suelos. Sin embargo, estas condiciones no discriminan a quienes vivimos a lo largo del territorio nacional, pero sí las condiciones materiales de los sectores más empobrecidos de la población y la clase trabajadora.
Cientos de miles de trabajadores, de igual manera deberán exponerse a estas condiciones climáticas a la hora de ir a sus trabajos, mientras que se anegan las viviendas y las calles producto de las fallas en alcantarillados. O bien con sobre cargos en las boletas de la luz a fin de mes, producto de la restauraciones de los tendidos eléctricos, ya que las empresas privadas de electricidad jamás perderán un peso haciendo pagar a los sectores más empobrecidos.
Mientras son más de 40 mil familias que se quedan sin luz, la empresa Enel hace operaciones como Quilquinta que le permitiría sumar unos 580 mil clientes, y los montos involucrados superarían los US$ 1.000 millones. Extendiendo de esta forma el negocio de la electricidad, siendo Chile uno de los países a nivel Latinoamericano que más paga por estos servicios básicos, producto del legado de la dictadura al privatizar estos.
De igual forma, se manifiesta esta precariedad en los cientos de personas en situación de calle, los cuales deben soportar altas temperaturas de frío y lluvia. Donde las autoridades gubernamentales en la capital mantienen 20 albergues disponibles a los que se sumó el gimnasio de Enel en Santa Rosa, ampliando a 800 cupos la capacidad de camas.
A pesar de estas medidas que dan un el refugio transitorio para estas personas, en las condiciones climáticas que nos encontramos. Es necesario que el gobierno y el estado pueda otorgar viviendas a estos sectores empobrecidos y a las familias que sus hogares han sido damnificados, con el impuesto a las grandes empresas inmobiliarias y la renacionalización de los servicios básicos como; el agua, la luz y el gas, para que los desastres naturales no los paguen las y los trabajadores y los sectores más pobres y afectados.

Andrea Ramirez
Delegada de género y sexualidades en la Mesa coordinadora de Pedagogía en Educación Básica en la Universidad Ex- Pedagogico, Militante de Pan y Rosas y Partido de Trabajadores Revolucionarios