Dentro de los temas que Andrés Manuel López Obrador abordó en su conferencia mañanera de este 2 de julio, a seis años cumplidos del triunfo electoral que inició la llamada 4ta Transformación, uno de los que más destacó fue el de las basificaciones en el sector salud en el Estado de México.
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Martes 2 de julio de 2024
A poco menos de un mes de que se llevara a cabo una manifestación de alrededor de 3 mil trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud (SNTSA) en Toluca, Estado de México de insumos, equipo, instrumentos, uniformes y basificación, el presidente AMLO anunció las supuestas basificaciones de 8,696 trabajadores del sector salud en dicha entidad, cuyo presupuesto anual será de 4,068 millones de pesos.
Las consignas concretas de los trabajadores mexiquenses del sector en comento a inicios de junio eran “¡Exigimos mantenimiento de equipos, basificación del personal de contrato, con justicia y equidad. Primero en tiempo, primero en derecho”, “queremos tomógrafo, mastógrafo, calderas!".
En enero pasado el presidente AMLO había declarado, en otra de sus conferencias mañaneras, que supuestamente para el 21 de marzo, fecha en la que el Plan de Salud IMSS Bienestar sería implementado plenamente en los 23 estados participantes ─entre los que está el Estado de México-, habría 37 mil 140 trabajadoras y trabajadores de la salud basificados en la primera etapa del proceso de dignificación de las condiciones laborales del sector, lo cual se supone que también incluía mejora a instrumentos, insumos e instalaciones.
Si tomamos en cuenta la persistencia de las manifestaciones, podemos afirmar que el optimismo que el presidente expresa en materia de basificación en este sector es infundada. Basta un botón; en el Hospital materno Infantil de Atizapán de Zaragoza, médicos y enfermeras han señalado, por ejemplo, la descompostura de elevadores, los obliga a trasladar a pacientes graves de terapia intensiva por rampas y escaleras, poniendo en riesgo a los enfermos y a los propios trabajadores.
Sin embargo, AMLO, acompañado del director general del IMSS hoy declaró que se sigue trabajando para federalizar el sistema de salud y que para septiembre no va a ser Dinamarca sino que “va a ser mejor que Dinamarca". Es bastante difícil creer en las promesas de estabilidad laboral y en la mejora del sistema de salud pública cuando durante toda su administración AMLO ha postergado las basificaciones y la atención a las situaciones más acuciantes en la materia, así como otorgado cada vez más presupuesto a las Fuerzas Armadas en vez de al sector salud.
Finalmente, otro de los temas que abordó el presidente al igual que en días anteriores durante las últimas semanas, es el de reformar al Poder Judicial, el cual dijo que estaba en crisis, y aseguró que “no hace falta que renuncie nadie”, luego de que la ministra Yazmín Esquivel Mossa pidió la renuncia de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández, en el marco de las discusiones que se están llevando a cabo sobre esta cuestión.
El Poder Judicial, bastión de los sectores más conservadores de la política nacional, está pasando por una fuerte crisis de credibilidad. Sin embargo, una reforma que no contemple mecanismos de revocación inmediata a jueces, ministros y magistrados que atenten contra los intereses de la clase trabajadora, de sectores populares y comunidades indígenas, y que no plantee ni la disolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ni recortar los sueldos de estos funcionarios nivelándolos al de un trabajador calificado, lo único que logrará es legitimar a dicho poder en detrimento de las grandes mayorías de México.