Opinión. Sobre la campaña por la #LeyDelLibroYa

Más allá del respeto que siento por muchas de las personas que están pidiendo la #LeyDelLibroYa, no veo cómo fundar un nuevo organismo vertical, con mayoría de representantes elegidos por funcionarios del Estado nacional y provinciales, las cámaras editoriales y la Fundación El Libro (que ya sabemos que no es muy democrática para organizar la feria) puede llegar a resolver nuestros problemas.

Hace días nomás, las redes de la comunidad literaria estallaron de críticas hacia la nueva titular del Fondo Nacional de las Artes (FNA), Mariana Enríquez, por limitar el Concurso de Letras 2020 a los géneros fantástico, terror y ciencia ficción y eliminar la tradición de que la poesía sea juzgada por un jurado especial. Muchxs que criticaron esta decisión por arbitraria y vertical ahora plantean hacer campaña para fundar un Instituto igual de vertical que el FNA. ¿No es contradictorio?

Al leer el proyecto de Ley, da la impresión de que el resultado serán algunas becas, subsidios y concursos adicionales a los que ya existen. ¿No sería lo mismo incrementar el presupuesto y las competencias del FNA? No veo que la estructura burocrática que se plantea crear con el nuevo Instituto del Libro sea una alternativa a lo que ya existe ni que abra verdaderas posibilidades de publicación y distribución para quienes hoy no contamos con ese acceso.

Por otra parte, en el país están pasando muchas cosas. Acaban de ponerle otra vez IVA a la leche, no existen subsidios de cuarentena para todes quienes los necesitan, el IFE no alcanza, no hay impuestos a los ricos, Vicentín tiene completa impunidad, la policía sigue matando y desapareciendo chicos como Facundo Castro. ¿Cómo esperamos que haya libre acceso a los libros si no hay libre acceso a la leche? ¿No sería bueno que escritores y artistas nos unamos para reclamar estas cosas también y no solo lo que tiene que ver directamente con la industria del libro? ¿Cómo esperamos que otros sectores se solidaricen con nuestros reclamos si nosotrxs mismxs, personas pensantes y críticas, no activamos solidariamente con el resto de los y las trabajadoras que la están pasando muy mal?

Dicho esto, aquí van algunas preguntas/posiciones sobre el proyecto de Ley para fundar el INLA:

¿Por qué los cargos de Director Ejecutivo y el directorio de conjunto no se someten a votación de escritorxs, librerxs, editores, trabajadores de las empresas editoriales, docentes de los tres niveles y estudiantes a partir de los 14 años (pongo esta edad porque me parece que no se requiere tener 16 años para votar sobre un asunto literario)?

En tal caso se presentarían listas y se votaría, por el medio que resulte más conveniente, seguro y barato, pero al menos habría una forma de elección más democrática que simplemente dejar que decidan funcionarios del Estado o las Cámaras editoriales.

¿Por qué en el directorio habrá 4 representantes de las Cámaras editoriales y solo 2 de escritorxs y 1 de librerxs? ¿Por qué las cámaras empresarias tendrían más poder que las personas que son más perjudicadas por el mercado editorial?

¿Con qué criterio se divide el país en 6 regiones culturales -en vez de dejar que cada provincia pueda elegir un representante- y por qué son las autoridades provinciales las que votan estos representantes?

¿Por qué se le otorga representación a los Rectores del CIN, que no son elegidos por voto directo, y no a docentes de los tres niveles educativos, a donde el libro es CLAVE?

Espero que a partir del debate fraternal podamos fortalecer los lazos de unidad que nos permitan cambiar a fondo las injusticias que rigen el mercado editorial.