En la conferencia mañanera del presidente López Obrador de este 13 de septiembre se abordó el tema de la violencia que se ha vivido en Culiacán, Cosalá, Elota y San Ignacio, en Sinaloa, durante los últimos cuatro días.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Viernes 13 de septiembre
Una nueva oleada de violencia armada y paramilitarismo en Sinaloa se ha vivido esta semana. Ello se da en el marco del cisma en la estructura del llamado “Cartel de Sinaloa” tras las circunstancias de las aprehensiones de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López el pasado 25 de julio.
Luego de un periodo de tensa calma en el que comandos de distintas partes de Sinaloa, Durango y Chihuahua se trasladaron a la capital sinaloense y se organizaron para disputar el control territorial de la que ha sido una de las principales estructuras del crimen organizado en México, la violencia armada ha irrumpido con brutalidad.
Ello ha llevado a que las clases se suspendan en las municipalidades de Culiacán, Cosalá, Elota y San Ignacio, donde se han registrado fuertes enfrentamientos e incluso el incendio de casas pertenecientes a miembros conocidos de la narcopolítica regional, como es el caso de los García Corrales, familia vinculada al cacicazgo universitario que controla a la Universidad Autónoma de Sinaloa y que a su vez son dirigentes del Partido Sinaloense.
El gobierno estatal, encabezado por el morenista Rubén Rocha Moya, ha ordenado la cancelación de las festividades patrias en Los Mochis y la capital del Estado, así como en las cabeceras municipales mencionadas, al menos.
La población culichi ha estado en incertidumbre ante los encontronazos armados sorpresivos que se han dado en distintas partes de la ciudad. Dicen que ya van 4 días de culiacanazos. Ayer por la mañana AMLO decía que en Sinaloa había solo 2 muertos durante las jornadas de violencia.
Para la tarde la nueva Fiscal de Sinaloa, Claudia Zulema Sánchez, ofreció datos que contradecían las palabras del presidente: ha habido 12 muertos, 24 denuncias de robo de vehículos, 20 personas levantadas que permanecen desaparecidas de manera forzada y 10 lesionados entre los que destacan jornaleros agrícolas que quedaron atrapados en el fuego cruzado durante un enfrentamiento en la carretera Mazatlán – Culiacán, a la altura de la comunidad de Quilá.
A esto se suma que la noche de ayer en la autopista Durango – Mazatlán paramilitares lanzaron poncha llantas, averiando un tráiler y un automóvil particular que fueron incendiados, cerrando la circulación de la vialidad en ambos sentidos.
Desde el 25 de julio han arribado a Sinaloa más de mil elementos del cuerpo de élite de la Brigada de Fusileros Paracaidistas. En su desesperación y angustia un sector de la población civil pide mayor presencia militar, mientras que otro observa con desconfianza a elementos castrenses, quienes han sido señalados por cometer robos y vejaciones durante redadas en colonias populares de Culiacán. Hay un sentimiento de estar en medio del fuego cruzado.
Por su parte hoy el presidente dijo que la situación de violencia en la entidad se solucionaba con mayor presencia militar y citó la misiva del Mayo Zambada publicada el 10 de agosto pasado en la que decía que la violencia no era la respuesta. En ese sentido, el mandatario dijo: “todos debemos estar pidiendo (así) que no haya violencia para todos”.
Finalmente minimizó la situación asegurando que estos incidentes son magnificados por medios de comunicación.
Cerca de la costa en la zona centro de Sinaloa, las poblaciones de Sataya, El Dorado, Navolato y Costa Rica han visto desfilar camionetas y distintos tipos de vehículos blindados.
Por parte de las zonas serranas de la entidad, los reportes aún son escasos. Esas regiones durante los últimos años han sido fuertemente golpeadas por la violencia paramilitar y la militarización, provocando el desplazamiento forzado de poblaciones lo cual deja el terreno abierto a megaproyectos como el del gasoducto de TC Energy, una transnacional que desde principios de la década de los 2010’s llegó a la zona, cuyo arribo ha coincidido con la agudización de la violencia en las regiones que atraviesa.
Mientras tanto "El Mayo" tuvo hoy su primera audiencia en Nueva York, se declaró no culpable de los 17 cargos por narcotráfico, lavado de dinero y portación de armas que se le imputan.
El combate al fenómeno del narcotráfico por la vía militar ha fracasado rotundamente. A nivel histórico esconde un trasfondo contrainsurgente o para la contención de posibles expresiones de descontento y organización popular.
Para muestra un añejo botón: en enero de 1977 en Sinaloa daba inicio la Operación Condor, la cual fue una colaboración militar a gran escala entre los gobiernos de Estados Unidos y México supuestamente para combatir al narcotráfico, pero que en realidad fue la implementación de una operación de contrainsurgencia dirigido principalmente contra la Liga Comunista 23 de Septiembre —que llegó a tener cierto nivel de influencia en la entidad- y campesinos pobres de las zonas serranas del centro y el noreste de Sinaloa.
Las familias del campesinado pobre así como el sector estudiantil democrático sinaloense sufrieron ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada, vejaciones y despojo por parte del Ejército Mexicano, que era supervisado por comisionados yankees.
Uno de los mandos militares responsables de dicha Operación, el General de División José Ernesto Toledo, declaró en su momento que la militarización de la zona serrana sinaloense acabaría con el narcotráfico en Sinaloa en 4 meses. Pasaron los meses. Pasaron los años. Eso no ocurrió.