El líder del partido socialdemócrata de Países Bajos, renunció este jueves tras conocerse que durante su gestión como funcionario desde 2014 discriminó a familias extranjeras, recortando sin motivo la asignación de ayudas por hijo.
Jueves 14 de enero de 2021 11:02
El líder del partido socialdemócrata de Países Bajos (PvdA) y ex ministro de Asuntos Sociales, Lodewijk Asscher, renunció este jueves por el escándalo de discriminación en la asignación de ayudas a familias para el cuidado de sus hijos, mientras aumenta la presión sobre el Gobierno neerlandés para que siga sus pasos.
Asscher fue responsable durante su gestión como ministro a partir de 2014 de recortar la asignación de ayuda por hijo a familias extranjeras. Hoy se sabe que fue un accionar planificado que afectó a decenas de miles de familias, en una política abiertamente xenófoba y emparentada con los lineamientos liberales de la coalición de la que formaba parte.
En un comunicado, Asscher anunció su retirada como cabeza de lista de PvdA -socio de los liberales en el gobierno entre 2012 y 2017- para los comicios del 17 de marzo, por “los debates” que le sitúan como uno de los principales responsables del escándalo, al haber estado al frente del Ministerio encargado de aplicar la Ley de Cuidado Infantil, por la que se aprueban las prestaciones a las familias con hijos.
Eran en su mayoría familias de origen extranjero las que fueron objeto de esta medida, y que su segunda nacionalidad estaba señalada en los documentos oficiales, algo ilegal por discriminatorio
Los primeros casos se remontan a 2014, cuando la Agencia Tributaria empezó a enviar cartas a más de 26.000 familias acusándolas sin fundamento de fraude para obtener ayudas con las que pagar las guarderías de sus hijos, y les exigieron devolver decenas de miles de euros recibidos en prestaciones en plazos que no superaban las semanas, lo que llevó a muchos perder su casa, trabajo y a endeudarse para reunir el dinero.
Las autoridades fiscales, que seguían bloqueando las ayudas a pesar de que las familias enviaban los documentos necesarios para justificar su necesidad de obtener la prestación, no daban explicaciones a los afectados, demostrándose más tarde que eran en su mayoría familias de origen extranjero las que fueron objeto de esta medida, y que su segunda nacionalidad estaba señalada en los documentos oficiales, algo ilegal por discriminatorio.
Un comité parlamentario formado para investigar lo ocurrido concluyó que se había cometido una “injusticia sin precedentes” contra los padres y madres, y que recibieron un “trato institucionalmente sesgado”, lo que “viola los principios del Estado de derecho”.
Asscher testificó ante este comité y pidió disculpas por su papel, aunque aseguró no haber sido consciente de que las autoridades fiscales “habían lanzado una caza ilegal de miles de familias”.
Su marcha es un fuerte golpe para los socialdemócratas de Países Bajos, castigados en las urnas en 2017 por haber apoyado al primer ministro Mark Rutte en la aplicación de los recortes durante los años de crisis económica, y el PvdA tenía puestas sus esperanzas en Asscher para liderar el partido en los comicios de marzo, tras haber recuperado espacio político durante los últimos años, según las urnas.
El actual gobierno neerlandés también es objeto de fuertes críticas por el escándalo y hablará en el Consejo de Ministros de este viernes sobre su posible dimisión en bloque, mientras aumentan las presiones a nivel social y mediático, con diferentes editoriales exigiendo su renuncia para asumir responsabilidades.
La socialdemocracia de Países Bajos se suma así a la extensa lista de partidos socialdemócratas que hace décadas se adaptaron a una política social-liberal, alternándose en el poder con partidos conservadores para llevar adelante ajustes y planes económicos abiertamente neoliberales, un movimiento que el intelectual Tariq Ali llamó "El extremo centro".
Este derrotero de los partidos socialdemócratas no solo los llevó a amalgamarse con las posiciones liberales en lo económico sino que incluso tomaron parte del odio de la derecha emergente europea y xenófoba, como se puede ver hoy en Suecia donde la socialdemocracia culpa a los inmigrantes por la crisis sanitaria y la pandemia.
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