Por medio de la paulatina extinción de las sociedades médicas, el MINSAL pretende dar solución al problema presupuestario de salud. Pero, ¿qué pasa con el origen del problema en la salud chilena?
Rebeca Rodríguez Osorio Médica. Agrupación de trabajadores de la salud "Abran Paso"
Domingo 22 de julio de 2018
En busca de aminorar la deuda que presenta el sector de salud, que para junio de este año alcanzaba los $321 mil millones, el MINSAL pretende disolver las sociedades médicas que entregan servicios a los hospitales de los diferentes servicios de salud del país.
El titular de presupuestos del MINSAL, Mauricio Verdejo, afirma que para terminar con estas asociaciones se buscará traspasar a los médicos que las conforman a las plantas de cada establecimiento, en calidad de funcionarios a honorarios, según consigna LaTercera.
Para esto, se pretende llevar adelante una revisión de cada sociedad, a modo de “identificar a quienes la integran y definir si están en condiciones de ser contratados. Eso, considerando que algunos profesionales de estas agrupaciones no han rendido el Eunacom -habilitante para trabajar en la red- y no cuentan con el permiso provisorio de las Seremi de Salud. Además, en caso de que los médicos rechacen los contratos, se determinará si existen otros profesionales dispuestos a ocupar dichos puestos y si es posible reemplazarlos, lo cual dependerá de la oferta de cada región, lo que podría dificultar el plan en las zonas extremas del país, por el déficit de facultativos”, según relata el mismo medio.
Carteles médicos: un parche empresarial para un problema de salud pública
La problemática de las sociedades médicas ha ocupado espacio en el debate público desde hace un tiempo. En palabras de Verdejo “El pago que se hace a la prestación entregada por una sociedad es similar al que se hace al hospital. Lo que encarece el valor son los gastos de administración de la sociedad y el IVA, que encarecen un 26% el funcionamiento de la sociedad”.
La práctica de los carteles médicos, ha sido en múltiples ocasiones denunciada por el COLMED, y fue abordada en el informe parlamentario de la Comisión Investigadora de FONASA. Para los directores de los hospitales, el problema es que debido a la falta de profesionales, médicos y especialistas, se ven “obligados” a contratar de forma directa a las sociedades médicas. Esta situación es un nicho muy fértil a casos de corrupción y gastos innecesarios. Por ejemplo, muchas de las sociedades contratan a los mismos especialistas que prestan servicios a los centros de salud en la mañana para jornadas en horarios inhábiles por valores hora en ocasiones hasta tres veces mayores.
Además, según han informado variadas investigaciones y auditorías del MINSAL y Contraloría, se han detectado diferentes irregularidades en este mecanismo de prestación de salud. Por ejemplo, muchos de los profesionales que se desempeñan prestando servicios a estas sociedades, lo hacen en horario institucional, a lo que se suma que en general son los mismos profesionales los que trabajan para la mayoría de las sociedades.
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Ahora bien, cuando se refiere al problema de la crisis en la salud pública más allá de la particularidad de las sociedades médicas, lo que el gobierno responde es un plan de incentivos, todo enfocado en mejoras en gestiones, creación de carreras profesionales, etc. Sin embargo, sale a la luz la principal contradicción que presenta frente a este problema, ya que, no va a ser de la mano del gobierno empresarial de Sebastián Piñera, así como tampoco lo fue del gobierno conciliador de la Concertación y ex Nueva Mayoría, que se va a solucionar el problema de la salud pública, si consideramos que el centro de este es la existencia de un sector privado de salud que de una u otra forma termina absorbiendo los recursos públicos, mercantilizando para gran parte de la población, un derecho tan básico como la salud.
Más aún, si no se cuestiona de fondo el sistema económico que nos mantiene privados de los recursos necesarios para sostener las mejoras necesarias en la salud pública, no vamos a encontrar ninguna gestión mágica que solucione la crisis en que ésta se encuentra. De tal forma, sociedades médicas, compras de servicio inadecuadas, corrupción y un sinfín de otras problemáticas que se dan dentro de los servicios de salud son tan solo un reflejo del negocio que empresarios como el mismo Piñera defienden y profundizan, donde la salud de la población no se encuentra siquiera cerca de ser una prioridad.