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Red Internacional
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Tucumán. "Somos 40 familias y mas de 80 niños, necesitamos un lugar donde vivir"

Hace más de dos meses tomaron la decisión de organizarse para ocupar un predio que la citrícola San Miguel dejó abandonado cuando trasladó su planta a Famaillá. Son familias que se quedaron sin trabajo durante la pandemia o que viven en hacinamiento extremo.

Lunes 14 de diciembre de 2020 23:12

Son más de 150 personas, 40 familias y cerca de 80 niños, vecinos de los barrios "La Mago" y "La Polenta", que bordean el viejo casco de una de las plantas donde hace algunos años funcionaba la citrícola San Miguel.

Allí nos recibe Yesica, una de las tantas mujeres que están al frente de la pelea por una vivienda digna, quien nos cuenta que desde que comenzó la pandemia la mayoría se quedó sin trabajo, ni ingresos.

"Somos unas 40 familias y más de 80 niños que necesitamos un lugar donde vivir. Acá hay muchas personas que se quedaron sin trabajo o que no pueden seguir pagando el alquiler. La necesidad nos empujó a esta decisión. Y nos vamos a quedar porque no tenemos a dónde ir", nos comenta.

Entre las familias hay trabajadoras domésticas, empleadas de comercio, albañiles y precarizados del municipio que fueron despedidos durante la pandemia. También hay trabajadores informales que viven de changas pero que no llegan a juntar un ingreso suficiente para sustentar un alquiler.

"Durante mucho tiempo el predio estuvo abandonado. Se llevaron el tinglado, ventanas, puertas, y se acumuló una montaña de basura. Cuando los vecinos vinimos a ocupar el lugar, al poco tiempo se presentó una persona sin papeles diciendo que era el dueño, pero el terreno figura como un baldío en el catastro. La San Miguel lo dejó abandonado cuando se mudó a Famaillá", nos comenta Carlos, otro de los vecinos.

Desde que las 40 familias ocuparon el predio, están sin energía eléctrica la mayor parte del día, hasta que se prenden las luminarias callejeras. También el servicio de agua está interrumpido. Sin embargo, los vecinos del asentamiento pasan las noches allí a la espera de una solución definitiva a su reclamo de una vivienda digna, el mismo reclamo que recorre las tomas de tierras de todo el país.