Entrevista a Christian Castillo, dirigente del PTS-Frente de Izquierda, candidato a diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires.
Jueves 20 de julio de 2017
¿Cómo ves la situación "del empleo"?
Se conocen más cierres, despidos, y hay índices que marcan un aumento de la desocupación. Efectivamente, la última medición del INDEC consigna que la índice de desocupación está casi en un 10% a nivel nacional y en un 11,8% para el Conurbano bonaerense, que pasó a tener la tasa más alta del país, superando incluso a Mar del Plata y al Gran Rosario después de muchísimos años. Si sumamos los sub ocupados la cifra en Gran Buenos Aires supera el 23%, lo que significa que uno de cada cuatro trabajadores de la región tiene gravísimos problemas de empleo. En la juventud todos los índices se duplican, con una situación dramática en este terreno para uno de cada dos jóvenes. Y también entre las mujeres.
En el último período la mayoría de los despidos se han concentrado en la industria, casi un 70% del total. De acuerdo a los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) el saldo entre noviembre de 2015 y abril de 2017 es de 54.195 trabajadores formales menos en el sector industrial.
La oleada incluye a grandes empresas como en las "pymes" y en rubros como automotrices o textiles hay miles de suspendidos. Algunos de estos despidos vienen siendo resistidos por sus trabajadores, como es el caso emblemático de PepsiCo y en Zárate los de Atucha.
¿Cuáles son las causas del aumento de la desocupación? ¿Hay un plan empresario detrás?
No hay un único motivo para los despidos. En algunos casos se deben a cierres directos de empresas, producto de la combinación entre estancamiento económico local, suba de tarifas y caída del consumo y de las exportaciones, a lo que hay que sumar el crecimiento de las importaciones en algunas actividades.
En otros, como en Pepsico, que es una empresa multinacional con gran rentabilidad, simplemente a un intento de maximizar ganancias en base a precarizar el trabajo, envalentonados por un gobierno que está completamente del lado de los empresarios, con su discurso de "productividad" y "contra las mafias de los juicios laborales".
También hay despidos producto de decisiones tomadas directamente por el gobierno, como los de Atucha. De conjunto los mayores niveles de desocupación buscan ser utilizados por las patronales para forzar bajas salariales y pérdida de conquistas laborales. Los empresarios históricamente utilizan el temor al desempleo, y también el aumento de la cantidad de desocupados que necesitan conseguir un trabajo muchas veces con desesperación, para presionar sobre las condiciones de los que están ocupados. No solo los empresarios, también la burocracia sindical lo utilizan como un chantaje para no reclamar los aumentos salariales que corresponden, o resignar condiciones de trabajo. Por eso los empresarios y el gobierno no verían mal que la desocupación siga aumentando hasta un 15% para buscar disciplinar a los trabajadores.
Pero además, pese a todas las medidas tomadas por Macri a favor de los empresarios no hubo ninguna “lluvia de inversiones” sino todo lo contrario. La economía está estancada y lo único que crece son las inversiones especulativas por parte del capital financiero.
¿Cómo viene actuando el Frente de Izquierda?
Bueno, como todos saben, siempre apoyando con todo la lucha de los trabajadores, rodeando de solidaridad los conflictos, impulsando los fondos de lucha y peleando porque los sindicatos se pongan al frente de estas tareas.
Lo hemos hecho desde principio de año en el conflicto docente, luego en el conflicto de los choferes de Córdoba, apoyando a las gestiones obreras como Zanon y MadyGraf, en las luchas de Neuquén y ahora en PepsiCo. No solo nuestras agrupaciones clasistas sino nuestras bancas, que se han puesto al servicio de cada una de esas luchas.
Hoy estamos viviendo una nueva gran traición de la burocracia que dirige la CGT. Después del parazo nacional del 6 de abril se borraron completamente. Ellos mismos han asegurado que desde que asumió Macri hubo más de 400 mil despidos, y convocan solo una marcha y para el 22 de agosto. Una actitud totalmente cómplice. Y en eso PepsiCo también es un caso testigo. Daer que ya dejó pasar cerca de 7 mil despidos en la Alimentación, no tuvo empacho en participar junto a otros burócratas de una cena con Macri en el mismo momento en que se negó a convocar cualquier medida de lucha en apoyo a Pepsico.
¿Qué proponemos desde el PTS-FIT para enfrentar este ataque?
En primer lugar, apoyar con todo a los que están luchando como en Pepsico. Millones pudieron ver el brutal desalojo y la resistencia obrera. Se han convertido en una bandera para toda la clase obrera tal como demostraron en la masiva marcha al Ministerio de Trabajo. Como ellos plantean, hay que “golpear juntos” contra los despidos y el ajuste. Desde la carpa y la enorme simpatía que recogieron, van a continuar con su lucha por la reincorporación.
En segundo lugar, creemos que hay que volver a impulsar la prohibición de los despidos. Hoy lo están haciendo nuestros diputados Nathalia González Seligra y Raúl Godoy, pero sabemos que solo puede imponerse con la lucha de los trabajadores, como quedó claro el año pasado con el veto de Macri. Por eso es una propuesta para que sea tomada por las organizaciones obreras. Ya hay una situación de emergencia laboral evidente que muestra la urgencia de esta medida.
En nuestro programa además hay un planteo claro: estamos por la expropiación y estatización bajo gestión obrera de toda fábrica que cierre o despida masivamente, para que no se pierda ningún puesto de trabajo más.
Y, como planteo más de fondo, estamos levantando la reducción de la jornada laboral a seis horas, cinco días a la semana, sin afectar el salario y con un mínimo que cubra el costo de la canasta familiar, ligado al reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados. De esta forma buscamos combatir la irracionalidad de este sistema que condena a millones por un lado a la desocupación y vivir de changas o planes sociales, y a otros a jornadas extenuantes y salarios de miseria. Esa es una de las principales ideas de nuestra campaña.
Los empresarios y sus voceros dicen que esto no puede hacerse, pero lo cierto es que su aplicabilidad dependerá de la lucha de clases, afectando las ganancias empresarias. La concreción en forma generalizada de conquistar un gobierno de los trabajadores en ruptura con el capitalismo, para poder planificar democráticamente los recursos de la economía.