Martes 2 de diciembre de 2014
El poema que alguna vez escribí, que alguna belleza expresé, en las palabras, no se parece a nada con respecto a mi club, de hecho no es nada ya que mi vida se torna de poesía.
Mi vida, que se encuentra en un estado de palabras, de verbos bonitos, de sujetos compuestos, eso es mi vida, un verso, una pluma, una inspiración y una musa.
A veces pienso que los que crearon estos bellos colores tenían la misma filosofía, no hablaban por hablar, si no que lo hacían con el corazón.
Porque lo sentían, porque ser poeta es no mentir, es ser único, es ser diferente, es tener una G.P.J en el pecho. Es ver que el estadio está lleno, casi como en los mejores momentos.
¡Señores! ser poeta es mirar el pasado y anhelar futuro. Más allá que tengamos más de cien años, la pasión sigue igual y las bellas palabras que los poetas dicen porque en verdad sienten, porque en verdad tienen sentidos las palabras, al igual que tiene sentido estar en esa tribuna (aunque juegue con equipos que ni si quiera conozco).
Porque ser hincha de Juniors es ser poeta, y como todos saben, hay pocos en este mundo, que se vuelve bastante oscuro, se vuelve un mundo injusto.
Soy poeta no sólo porque digo palabras hermosas al oído de una mujer, lo soy porque tengo la sensibilidad para hacerlo, porque tengo esa guapeza de estar en mi querido barrio General Paz, porque puedo ver el estadio desde el río, porque digo lo que siento.
Y mi sentir se expresa cuando juega el albo, cuando puedo expresar mis cánticos sagrados, puedo gritar al mundo poesías, por eso soy poeta, porque siento, porque soy único.
Soy poeta porque soy.