Después de acumular 16 mil espectadores en dos meses, el director de “La muerte no existe y el amor tampoco” propone verla en vivo desde Cine.Ar hoy a las 21 mientras, en simultáneo, narra detalles del rodaje por Instagram.
Juan Ignacio Provéndola @juaniprovendola
Sábado 21 de marzo de 2020 13:30
Foto: Federico González
En 2015, Fernando Salem tuvo una idea para acompañar la salida de su ópera prima Cómo funcionan casi todas las cosas: aparecer por sorpresa en la sala luego de la proyección y charlar con el público. La propuesta caló tan hondo que decidió repetirlo mientras la película se mantuviera en cartel, de modo que estuvo durante todos los sábados de esos catorce meses yendo al Malba para cumplir con la palabra.
Cinco años después el director vuelve a la carga con La muerte no existe y el amor tampoco y en dos meses logra acumular más de 16 mil espectadores, ubicándose en segundo puesto del ranking de pelis argentinas estrenadas en 2020. Pero, diferencia de la que se ubica como número uno (El robo del siglo con todo el peso del presupuesto, el marketing y los beneficios de pertenecer a la industria mainstream), el segundo largometraje de Salem decide apoyarse nuevamente en esta idea entre indie y de culto de volver a entreverarse con el público una vez que termina la proyección.
En ambos casos se trata de películas que van hacia intimidades existenciales de mujeres con cierto espíritu migrante, y que se hallan emocionalmente socavadas por una muerte que abre búsquedas y cierra etapas (en el primer caso una trabajadora precarizada de San Juan que quiere reencontrarse con su madre en Italia tras la muerte del padre, en el segundo una médica psiquiátrica que vuelve a su pueblo natal en la Patagonia para velar a una amiga suicidada).
En este breve tiempo que pasó desde su estreno del 11 de enero, Salem acumuló una centena de presentaciones (a razón de una y a veces hasta dos por día) no solo en el Malba, sino también en el Gaumont y en diversas latitudes del interior tales como Rosario, Mendoza, General Pico y Río Turbio (la principal locación del rodaje). La película es una adaptación con ciertas libertades de la novela Agosto de Romina Paula y cuenta con un notable elenco juvenil liderado por Antonella Saldicco (quien hace de Emilia, el personaje central), Justina Bustos y Agustín Sullivan, más la aparición de experimentados como Osmar Núñez, Susana Pampín y Fabián Arenillas y el aporte de Santiago Motorizado en la banda sonora y música incidental.
La cuestión es que todo iba de maravillas con un intercambio profundo entre el público, Salem y varios de los actores. Hasta que, claro, llegaron la Corona Era y las distintas medidas de aislamiento que primero restringieron a los cines y luego a las salidas a la vía pública. “Ese nuevo escenario me obligó a buscarle una vuelta para no perder esa dinámica, porque frente a todo este quilombo tenemos que pensar nuevas alternativas para seguir contando nuestras historias”, asegura el director. “Yo re veía París, Texas, de Wim Wenders, y cuando me cansé de hacerlo… ¡conseguí un DVD que venía con comentarios del director! Ahí entonces encontré la solución: me pareció piola darle un valor agregado a la experiencia de simplemente ver una peli”.
La solución, en efecto, es aprovechar que la película se puede ver como estreno en la plataforma Cine.Ar (pagando con Mercado pago o tarjeta apenas treinta pesos, “el equivalente a una entrada en el Gaumont, que es menos que un alfajor”, apunta Salem) pero coordinando una proyección a las 21 horas de hoy sábado para aprovechar en simultáneo la transmisión en vivo que el director hará desde la cuenta de Instagram @fersalem.
“La idea de estar con una voz en off en vivo es incluso para quienes ya la vieron y ahora les copa sumarle esta otra dimensión. Claro que los que prefieran verla sin mis comentarios, pueden mutearme y volver al vivo en IG una vez terminada la proyección para hacer un intercambio al estilo de lo que venía pasando en los cines”, explica Salem. El “encuentro” en @fersalem será a las 20.50 horas, diez minutos antes de sugerir el play del largometraje (que dura 81 minutos).
¿Qué puede contar y aportar el realizador? “Cosas del casting, cómo lo hicimos, dónde lo filmamos, cómo se prepararon los personajes y por qué nos definimos por uno u otro actor. También cuáles fueron los desafíos en determinadas escenas, cuáles eran las alternativas; qué cosas me gustan y cuáles sufro. Y también por qué cambiamos algunas cosas de la novela de Romina Paula”
La pregunta obvia es si no le aburre a Salem volver a contar los mismos detalles e intimidades por vez número 101. “¡La verdad que no!”, responde convencido. “En todo ese periplo me di cuenta de que cada público es diferente: algunos son más escépticos, otros están más ansiosos por verla y están quienes directamente quieren que te corras del medio. Pero en muchos noté un lindo intercambio, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una película que te moviliza mucho emocionalmente, con lo cual este encuentro le da a la proyección una dimensión mucho más humana. Es una experiencia muy de festival de cine, pero en una sala común. Y ahora, en tiempos de cuarentena, directamente en tu propia casa”.