El lunes fue agitado en el Metro de Santiago: estudiantes de varios liceos públicos, en grupos de varias decenas, hasta 100, realizaron evasiones en estaciones como Cumming y Quinta Normal. Incluso teniendo que cerrar temporalmente las estaciones República, Salvador y Manuel Montt, y teniendo en alerta a la Línea 1. Esto se realizó en respuesta al alza de $10 autorizado por el Gobierno.
Martes 22 de agosto de 2023
Al Metro de Santiago no le ha ido mal últimamente. Sólo para poner un dato, en el mes de mayo de este año, se había producido un aumento de 9,3% en el número de pasajeros, tomando como referencia la cantidad de viajes de mayo de 2022. En horario punta, cuando los pasajes son más caros, los viajes aumentaron en un 29,7%. Aún así, eligen subir $10 el pasaje.
Para quienes utilizan el metro para sus rutinas, para ir a trabajar o desplazarse a sus lugares de estudio, estos $10 se suman día a día. Quien gana con todo esto es el Metro y las empresas privadas de Transantiago que reciben subsidio del Metro, considerando que en la red de trenes subterráneos, en un mes se realizan alrededor de cinco millones y medio de viajes. Esto ocurre en medio del encarecimiento de prácticamente todos los productos necesarios para vivir.
No sorprende que la decisión de subir el costo del transporte, sea un hecho que genera rabia en los jóvenes que experimentan en carne propia la inflación junto a sus familias. Por lo que se evidenciaron durante el día evasiones y acciones de protestas principalmente de estudiantes, los mismos que sufren las consecuencias del abandono en la educación y viven en carne propia el empobrecimiento de sus madres y padres. Ha subido todo: los arriendos, el pan, los alimentos ¿y ahora deciden subir el transporte?
Pero mientras ocurre esta alza, los gerentes y directivos de Metro continúan ganando sueldos millonarios, e incluso billonarios, cada mes; una realidad que contrasta brutalmente con los bajos sueldos de las y los trabajadores subcontratados de las estaciones de Metro, de boleterías, aseo, asistentes de servicios y guardias, quienes rodean el sueldo mínimo. Esos trabajadores, además, no tienen derecho a tomar decisiones ni a conocer transparentemente los gastos y ganancias de Metro.
Hoy, la gerencia de Metro y el gobierno de Boric, el mismo que salió electo gracias a las expectativas de mejoras en las condiciones y hoy continúa los planes precarizadores de la derecha, son responsables directos no solo de este ataque al bolsillo de las y los trabajadores para resguardar sus ganancias, sino también de exponer a las y los trabajadores de las estaciones a acciones de protesta que pueden afectar su seguridad e integridad, e incluso frente a incidentes, deterioro de infraestructura y demoras en el transporte.
Cuando las autoridades culpan a las y los estudiantes “irresponsables”, mienten: son ellos quienes provocan esta situación. Esto ocurre mientras se subsidia a los empresarios de los buses de Transantiago y mientras para las inmobiliarias y constructoras hacen jugosos negocios vendiendo vivienda “al lado del metro” sin que tengan que pagar un solo peso de impuesto por ese concepto.
Pero los sindicatos del Metro, podrían desarrollar una política alternativa que en vez de dividir, unifique y coordine a trabajadores, usuarios y estudiantes. Los sindicatos de esta empresa tienen una gran fuerza, al estar ubicados en una posición estratégica para la ciudad de Santiago, en tanto sin el Metro nada funciona.
Es por esto que, junto con pelear por las mejores condiciones laborales en el Metro, podrían levantar la demanda por el congelamiento de las tarifas del transporte, abriendo los libros de finanzas para conocimiento de las y los trabajadores sobre las ganancias de la empresa y dirigir esos fondos hacia mejorar las condiciones del transporte, aumentar el salario de las y los trabajadores, el paso a planta de todos los servicios y poner fin a los sueldos millonarios de gerentes.