La canciller Diana Mondino se reunió con el Secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Lammy. Según informó la Cancillería argentina, ambos funcionarios discutieron una amplia agenda que abarca diversos temas relacionados con el Atlántico Sur. No incluyeron la discusión sobre la soberanía de las Islas Malvinas. La interna de La Libertad Avanza: Villarruel criticó la decisión del gobierno pero sin cuestionar la capitulación de las Fuerzas Armadas en la Guerra de Malvinas.
Viernes 27 de septiembre de 2024 20:05
Los gobiernos de Argentina y el Reino Unido comenzar negociaciones para restablecer el vuelo desde San Pablo, Brasil, hacia las Islas Malvinas, incluyendo una escala en la provincia de Córdoba. Además, se acordó retomar las visitas de los familiares de los caídos en la guerra de 1982 al cementerio de Darwin.
Para el gobierno de Milei esas medidas "permitirán avanzar en una agenda más ambiciosa de cooperación en diferentes ámbitos entre los países". Esa amplia y ambiciosa agenda que describe la Cancillería Argentina, no incluyó la defensa de la soberanía argentina en las Islas Malvinas.
El Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) de La Plata, una organización que lucha por llevar a juicio a los militares responsables de las vejaciones y torturas sufridas durante la guerra de Malvinas a manos de las Fuerzas Armadas argentinas, emitió un comunicado este jueves. En él, destacaron que, al igual que durante el gobierno de Mauricio Macri, se está utilizando el proceso de identificación de las tumbas de soldados sepultados como NN, llevado a cabo por la Cruz Roja Internacional, como un "caballo de Troya". El CECIM asegura que el gobierno nacional de Javier Milei está facilitando la estrategia británica de emplear una cuestión humanitaria para avanzar en obtener mejores condiciones en la ocupación de las Islas.
Villarruel no habla de por qué se perdió la guerra
La decisión de las Fuerzas Armadas argentinas de ocupar las Islas Malvinas en 1982 no fue impulsada por una auténtica lucha antiimperialista, sino que fue una estrategia para desviar la atención del creciente descontento popular hacia la dictadura. Este aspecto, a menudo omitido por funcionarios que demagógicamente mencionan la causa Malvinas, como la vicepresidenta, resalta que todos niegan que para recuperar las islas se debe enfrentar al imperialismo.
Por otro lado, Villarruel se presenta como hija de un héroe de Malvinas, pero es importante recordar que fueron los mismos militares, encargados de enfrentar a las tropas inglesas para recuperar las islas, quienes torturaron a los verdaderos héroes de Malvinas: los soldados que dieron sus vidas por una causa justa. Luego de que los militares golpistas se rindieran ante las tropas inglesas, los conscriptos comenzaron a relatar las vejaciones que sufrieron a manos de oficiales y suboficiales. La dictadura genocida replicaba en las islas los métodos utilizados en el continente: la tortura y el encierro como método de disciplina.
La rendición cobarde de los militares ante las tropas inglesas en Malvinas fue uno de los factores que contribuyeron a la caída de la dictadura en Argentina, aunque no fue el único.
La derrota en las Malvinas llevó a la clase dominante y a sus representantes políticos a promover lo que se llamó "desmalvinización". El objetivo era instalar la idea de que el imperialismo no podía ser derrotado y abrir el camino a políticas de mayor sumisión y entrega del patrimonio nacional al imperialismo.
A lo largo de más de cuatro décadas de gobiernos constitucionales, los destinos partidos que administraron el Estado nacional han mostrado su sumisión al capital imperialista.
Esto se puede rastrear en las concesiones constantes en los acuerdos realizados por los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Menem al imperialismo, sin embargo, ningún gobierno pudo quedar ajeno al reclamo formal de la soberanía de Malvinas. El kirchnerismo, quien más tomó discursivamente la causa, no alteró el plano diplomático y no afectó los intereses económicos del gobierno del Reino Unido.
Mientras que las múltiples resoluciones en la ONU no han implicado ningún cambio en esa política de subordinar a la argentina, demostrando la formalidad de estas instituciones supranacionales cuando se trata de afectar los intereses de las potencias.
La recuperación de las Malvinas es una tarea que tiene que tomar en sus manos las y los trabajadores y los sectores populares. Esta lucha tiene que estar dirigida a la expropiación de las grandes multinacionales industriales y financieras que rapiñan las riquezas de nuestro país y de toda América Latina.
