Hace apenas un día, el ministro del Interior Jorge Burgos recibió al padre de Rodrigo Avilés en La Moneda. En ese preciso momento, salió Bachelet a abrazarlo con un beso. Hoy, su subsecretario del Interior Aleuy, declaró que se trataría de un “accidente fortuito”. Félix Aviles calificó la declaración como “irresponsable”.
Nicolás Miranda Comité de Redacción
Martes 26 de mayo de 2015
El beso de Judas
En ese encuentro en La Moneda, hubo frases de cortesía. Peor aún, a la luz de las nuevas declaraciones, compromisos hipócritas, como que se revisarían los protocolos de Carabineros. Poco después, la institución informaba de sanciones administrativas a los funcionarios responsabilizados por la agresión contra la otra estudiante que sufrió la brutal represión el 21 de mayo, Paulina Estay. La derecha salió furibunda contra el Gobierno en defensa de los Carabineros “desprotegidos”.
En el mismo momento que Burgos se reunía con Félix Aviles padre del estudiante internado aún en el Hospital Van Buren de Valparaíso, Bachelet salió a su encuentro con un abrazo y un beso.
Nadie imaginaría las declaraciones que pocas horas después realizaría su subsecretario del Interior Mahmud Aleuy.
El “informe preliminar”
Sin que la fiscal a cargo avanzara en nada que se conozca de su investigación sobre los hechos, y en base a un “informe preliminar” que nadie sabe su fuente, pero no sería descartable que sea de los propios involucrados, Carabineros, Aleuy declaró públicamente que sería un “hecho fortuito”.
Curiosamente cercano a las primeras declaraciones de Carabineros, que se desresponsabilizó acusando, literalmente, al empedrado: serían las condiciones del terreno, dijeron a las pocas horas de sucedido el hecho.
Desoye también las denuncias de la familia. Las declaraciones de los manifestantes y posibles testigos de aquel día. El pedido a camarógrafos y fotógrafos de que acerquen fotos. Un pedido justo, como se ve con estas declaraciones. Los propios interesados ya adelantan sus conclusiones, contra toda evidencia.
Félix Avilés denunció como una “irresponsabilidad” las declaraciones del alto funcionario del Ministerio del Interior.
Compromisos hipócritas, sellados con el beso de Judas.
