El quinteto de Gainesville lanzó su nuevo EP el pasado 3 de febrero con siete canciones listas para hacer levantar el puño a quien las escuche.

Óscar Fernández @OscarFdz94
Domingo 5 de febrero de 2017
Titulado Sound the Alarm (suenen la alarma), el nuevo EP de Less Than Jake parece hacer una clara alusión a la situación que enfrenta el vecino del norte y el sentimiento de toda una generación de jóvenes que no se sienten conformes con el llamado “sueño americano”.
La primera en sonar es “Call to Arms” (llamado a las armas), que pareciera ser una especie de manifiesto de juventud; la letra no será del agrado de aquellos que ya estén cansados de escuchar la historia del joven deprimido que pretende salir adelante tras meter la pata varias veces.
Sin embargo, ¿puede alguien realmente culpar a los chicos de Gainesville por tocar un tema tan recurrente? Quien escribe estas líneas fue testigo de cómo el contingente de extranjeros residentes en México marchaba detrás de nosotros contra el ascenso de Donald Trump. En sus ojos se veía rabia, descontento, coraje, algunos hasta estaban llorando incrédulos de que un suceso así pudiera tener lugar en su país (la llamada “tierra de los libres”).
Ante el golpe moral que fue la derrota de Bernie Sanders y posteriormente Hillary Clinton, muchos indudablemente se sintieron deprimidos e impotentes. Si bien la canción no toca un tema tan profundo y complicado prefiriendo aparecer más cotidiano (“suenen la alarma por todas las veces que he fallado”), aun así sigue siendo una canción que le da voz a la rabia de esa generación al propio estilo que Less Than Jake sabe hacer: con sutileza, pero siendo directos. Como dijimos en un artículo anterior, el ska que surgió en EE.UU. en la década de los 90 no suele ser político y contestatario, sino más bien cotidiano y hablando sobre las dificultades diarias que enfrenta la juventud.
La segunda canción es “Whatever the Weather” (lo que sea del clima) con un tono más melancólico. Si “Call to Arms” es una canción de despertar, “Whatever the Weather” es la reflexión que sigue después: ¿hasta cuándo vamos a seguir aguantando esta situación? La vida nos lanza malas vibras y nosotros seguimos aquí. Y sigue con una máxima alentadora: “no importa qué tan malo sea el clima/no flaquearé”.
Sigue en la lista “Bomb Drop” (caída de bomba), que tiene un tono más musicalmente optimista, con un ritmo más rápido y notas altas por parte de la sección de metales proporcionada por el trombonista Buddy Schaub y el saxofonista Pete “JR” Wasilewsky. La letra parece un tanto acusativa hacia el interlocutor como un recordatorio hacia uno mismo: “no puedes esperar a que la bomba caiga/y esperar a que todo se detenga/y caiga en su lugar […] el tiempo no te espera/no se va a detener/el tiempo no necesita saberlo/no es un reloj de conteo”. Es mejor ser directos para evitar desastres que dejar que todo se acumule y explote.
Después viene “Welcome to My Life” (bienvenido a mi vida), que aunque lleva el mismo título que su homónima interpretada por Simple Plan, no se trata de un cover, aunque sí tiene un tono melancólico como “Whatever the Weather”. La letra tiene un tono apologético, pues quien habla se disculpa de que todo le sale mal de una u otra forma.
La quinta canción es “Good Sign” (buena señal), que como “Bomb Drop”, tiene un tono más alegre y con más metales. La letra parece más de arrepentimiento: “éramos los pesimistas […] abanicamos las llamas mientras se queman nuestros puentes […] somos rápidos en criticar y calificábamos todas las historias de ser aburridas […] nunca se había sentido así/y lo tomábamos como una buena señal”. Hace pensar que tras malas experiencias, el protagonista está viendo la magnitud de sus errores y su inmadurez.
La penúltima en sonar es “Years of Living Dangerously” (años de vivir peligrosamente). Nuevamente tiene un tono melancólico donde la voz del bajista Roger Manganelli se proyecta de forma más potente al cantar la letra. “Trataré de no ser complicado esta noche y dejaré que las estrellas se alineen […] no gastaré otra noche sentado aquí explicando por qué”. Suena a las palabras de alguien que está por marcharse y no sabe expresarse. No es la primer canción de Less Than Jake que toca un tema similar: “Look What Happened” de Borders & Boundaries (2000), “Escape From the A-Bomb House” de Anthem (2003) e incluso “Where in the Hell is Mike Sinkovich?” de Pezcore (1995) hablan de salir de la monotonía cotidiana y dejar todo detrás.
Finaliza el disco “Things Change” (las cosas cambian), que tiene otra vez un tono más alegre y con una letra más condescendiente y reflexiva. “El futuro está aquí y queremos algo más […] dijiste que te la pasaste bien/¿pero encuentras tranquilidad cuando cambian las cosas?”. Es más bien la aceptación de que la vida no es estática, sino dialéctica y que debemos enfrentarla tal cual es. El verso final lo dice todo: “lo único constante es el cambio”.
Sound the Alarm parece ser la condensación de la vida de la última generación. Musicalmente tiene altibajos aunque la constante (además del cambio) es el tono deprimente con la esperanza de que todo saldrá bien mañana.
Las canciones de Less Than Jake suelen ser así: lo que Trotsky describiría como “pesimistas con el presente y optimistas con el futuro”. Son las canciones que uno necesita escuchar cuando se siente mal para sentirse identificado. Sound the Alarm no es un álbum conceptual como American Idiot o 21st Century Breakdown de Green Day; no es una historia contada a través de la música.
Es más bien una colección de canciones con ritmos diversos donde los cinco integrantes dan lo mejor de sí para que el escucha entienda el mensaje sin complicaciones. Este amalgama de tonos sienta bien en un mundo donde lo peor parece cada vez estar más cerca; lo que hacen las canciones de Less Than Jake es justamente dar lo que muchos creen haber perdido: la esperanza. La esperanza necesaria para que cuando la Historia se permite ultrajes tan escandalosos y sucios, podamos “combatirla con los puños”.

Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana