En la tarde del martes se cimbraron las casas de Tultepec y municipios aledaños por la fuerte explosión que consumió el mercado de San Pablito, dedicado a la manufactura y venta de productos pirotécnicos.
Raúl Dosta @raul_dosta
Miércoles 21 de diciembre de 2016
Ya casi anochecía y un centenar de vecinos vagaban entre los escombros de lo que fue el mercado de San Pablito, para buscar entre los escombros, pues aún se reporta un centenar de personas desaparecidas, además de los 72 heridos y 29 muertos contabilizados por las autoridades.
En Tultepec, la tradición del manejo de pólvora para hacer juegos pirotécnicos y diversas variedades de “cuetes”, “palomas” y cohetones es centenaria. A lo largo de la historia se han registrado graves accidentes en esta localidad por el manejo de la pólvora, por lo que las autoridades estatales habían tomado medidas de seguridad que impidieran alguna tragedia, pero éstas fueron ineficaces
El predio donde se comercializan los productos pirotécnicos cuenta con 300 locales, en donde trabajan mil familias y al menos otras 600 dependen de esta labor. Hay que considerar que los comerciantes de estos productos estaban en temporada alta, la cual comienza desde agosto, con miras a los festejos de la independencia y continúan hasta el mes de diciembre por los festejos navideños. La expectativa que tenían para esta temporada era vender 100 toneladas de estos productos.
El diseño del mercado de San Pablito, concentraría la fabricación y venta de estos productos en este tradicional tianguis de pirotécnica con el fin de sacar la producción de las casas y alejarlas del centro mismo del pueblo de Tultepec.
Era considerado como el mercado de fuegos de artificios más seguro de Latinoamérica, de acuerdo con Juan Ignacio Rodarte Cordero, director general del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia.
Cordero justo hace ocho días había declarado que el mercado tenía altas medidas de seguridad y que “el mercado estaban perfectamente diseñados y con los espacios suficientes para que no se dé una conflagración en cadena en caso de un chispazo”.
La realidad es que las medidas tomadas, como mantener los puestos separados entre sí, y hacer que se tuvieran a la mano extinguidores, arena, pico y pala no evitaron la propagación debido a la endeble construcción permitida de los puesto que permitieron la propagación casi inmediata de los vapores en combustión y su expansión al conjunto del predio. Ni la Sedena ni Protección Civil previeron esta situación.
Los 72 heridos reportados se repartieron en varios hospitales mexiquenses la mayoría en Zumpango y Cuautitlán de Romero Rubio y Lomas Verdes, en la CDMX se han recibido 21 de ellos en los hospitales de Magdalena de las Salinas y del Instituto Nacional de rehabilitación.
