×
×
Red Internacional
lid bot

Catalunya. Susana Díaz asegura que “no va haber referéndum y Puigdemont lo sabe”

La presidenta de la Junta de Andalucía y candidata a la secretaria general del PSOE asegura la imposibilidad del referéndum. El ejecutivo catalán mantiene su voluntad de acuerdo con el Estado.

Ivan Vela @Ivan_Borvba

Miércoles 26 de abril de 2017

Foto: EFE

La presidenta de la Junta de Andalucía y candidata a la secretaría general del partido socialista, Susana Díaz, afirmó el día de ayer en un almuerzo organizado por el foro Barcelona Tribuna, que “no va a haber referéndum y Puigdemont lo sabe”.

La candidata andaluza se ha caracterizado por tener a lo largo de estos años una posición clara y tajante frente a la demanda del pueblo catalán, y no duda en usar las reaccionarias instituciones del Régimen del 78 para mantener encarcelado el derecho a votar de los catalanes para definir su relación con el resto del Estado.

En este sentido ha asegurado que cualquier anuncio de referéndum o consulta será papel mojado, argumentando que la constitución impide dichos procesos y que el propio Tribunal Constitucional ya ha anunciado que anulará cualquier proceso participativo, sea vinculante o no.

Para Díaz, el escenario que dibujan los “partidos independentistas se hace en clave de elecciones y se miran de reojo”. Y en esa línea lanza su hipótesis la presidenta de la Junta, al asegurar que “no habrá referéndum y si elecciones, plebiscitaria bis, elecciones anticipadas o como se le quiera llamar.”

La adversaria de Patxi López y Pedro Sánchez para alzarse con el liderazgo del partido socialista volvió a expresar públicamente la “hoja de ruta” de su partido, que vuelve a ser la “Declaración de Granada”, aquel texto que allá por el 2013 elaborara el PSOE de Rubalcaba para hacer frente a la creciente tensión en Catalunya.

Pero este texto, que plantea una reforma federal del actual Estado de las autonomías, según los socialistas, debe ser llevado a cabo con un consenso “como mínimo como el que hubo en 1978” (Rubalcaba dixit). Es decir, las aspiraciones democráticas del pueblo catalán pueden tomárselo con calma.

Pero mientras el bloque españolista mantiene una posición, que no solo no ha retrocedido en cinco años, sino que ha avanzado con vetos en los tribunales, arrestos, juicios, etc, el bloque catalán se mantiene en su particular “día de la marmota”.

Desde la Generalitat tan solo saben hablar en condicional; “habría una Seguridad Social catalana”, “llegado el momento estarían los medios para efectuar el referéndum...”, pero lo cierto es que todo mensaje lanzado desde JxSi y la CUP es devuelto desde el ejecutivo de Mariano Rajoy con más fuerza.

Y a pesar que la marea trae siempre las mismas noticias, Puigdemont y los suyos mantienen la esperanza en un pacto con el Estado central, y en ese punto fijan sus esperanzas.

En un punto, no es sorprendente que los representantes de la burguesía catalana, ayer en CiU, hoy en PdCAT, abracen la legalidad española y su ligazón mercantil con la burguesía “castellana” para no enfrentarse a los constantes envites.

Otro cuestión es que desde los partidos y movimientos de la izquierda independentista y anticapitalista no se haya levantado una alternativa independiente de JxSi.

Si guardamos un poco de ingenuidad, quizá este verano se vea una ruptura entre JxSi y la CUP si los primeros no fijan una fecha concreta para el referéndum y la respectiva pregunta. Pero más allá de lo que pueda suceder, un balance objetivo es que la izquierda anticapitalista se encontrará con las calles vacías y con amplios sectores de la clase trabajadora y los sectores populares más golpeados por la crisis, con recelos del “procés” catalán, pues lo asocian, debido a la política de seguidísmo, con los corruptos del 3%, del caso Palau, de las ITV... etc.

No se ha ubicado muy lejos de esta lógica el nuevo reformismo. Los “comunes” ya han anunciado, tanto en Barcelona como en Madrid (Podemos), que no apoyarán el referéndum si este no está acordado con el Estado, lo que en última instancia y para aquel que no quiera cantos de sirena, es literalmente, no apoyar el referéndum.

Si es cierto que la izquierda debe dar una pelea dentro de Catalunya por conquistar en las calles el derecho a votar, no es menos cierto que el resto de la izquierda en el Estado español que se ha pronunciado por el derecho a decidir, debe pelear en las calles por que el pueblo catalán pueda votar.

El “día de la marmota” promete pocos cambios para los intereses del referéndum, y más en el marco de inmovilismo del bloque nacional catalán y la intransigencia del bloque españolista, y Susana Díaz lo sabe.