Sucedió luego de una reunión con bloques de la oposición y un acuerdo con organizaciones sociales.
Miércoles 23 de noviembre de 2016 21:01
Rogelio Frigerio (ministro del interior) y Alfonso Prat Gay (ministro de Hacienda) se reunieron por la tarde en el despacho de la Cámara Baja, presidida por Emilio Monzó, con Héctor Recalde y Axel Kiciloff (FpV), Diego Bossio (BJ- ex FPV), Sergio Massa (Frente Renovador), Leonardo Grosso (Movimiento Evita), Victoria Donda (Libres del Sur) y Mario Negri (radical, jefe del interbloque Cambiemos), entre otros, y lograron dar de baja la sesión de mañana que iba a tratar la emergencia social y el impuesto al salario.
El macrismo logró así levantar una sesión que prometía ser polémica, y convocó a sesiones extraordinarias para tratar los temas en discusión en diciembre.
Menos el @Fte_Izquierda, todos acuerdan con Macri algunos "paliativos" a cambio de legitimar el ajuste que paga el pueblo trabajador.
— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) 24 de noviembre de 2016
Por otro lado, pero como parte del mismo acuerdo, representantes de algunas organizaciones sociales (CTEP, CCC y Barrios de Pie) se reunieron en el Ministerio de Trabajo con Carolina Stanley y Jorge Triaca, donde se resolvió aceptar el proyecto de emergencia social, destinando 30.000 millones de pesos a planes sociales por tres años (entre otros puntos), pero dejando sin efecto la cláusula que determinaba la creación de un millón de nuevos puestos de trabajo.
Tras haber sellado el acuerdo con las organizaciones en el Ministerio de Trabajo, los dirigentes fueron al Congreso para hablar con los otros presidentes de bloque. Ahora la iniciativa se tratará en el recinto el miércoles que viene en sesiones extraordinarias.
De este modo, el macrismo logró un alivio político frente a una sesión en diputados que le podía traer aparejados algunos dolores de cabeza. Mientras que la oposición una vez más le ofrece gobernabilidad al gobierno nacional, la tregua de las centrales sindicales, también ratificada hoy, hace que los llamados movimientos sociales se consoliden como trabajadores de segunda con menos derechos, y no como trabajadores registrados y un salario igual a la canasta familiar.
En contraposición a esa política, que se había evidenciado en la marcha del pasado viernes, la izquierda, en el acto de Atlanta planteó el pasado sábado la exigencia de un paro nacional para unir las reivindicaciones de todos los trabajadores en una misma lucha, efectivos, precarizados, desocupados.
Abajo el facsímil del acuerdo alcanzado con las organizaciones sociales: