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Red Internacional
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Fue despedida por ser mujer. TREBOL despide a trabajadora embarazada tras años de extorsión y abusos

En un acto que vuelve a confirmar las prácticas abusivas y violaciones de derechos humanos, la empresa de aseo urbano TREBOL, en la ciudad de El Alto, despidió injustificadamente a una trabajadora con varios meses de embarazo. Este caso pone en evidencia una cadena de extorsiones y abusos laborales que han quedado impunes durante años.

Martes 30 de julio

Foto: Opinión

Foto: Opinión

La trabajadora, quien por temor a represalias ha decidido mantener su anonimato, compartió su experiencia con La Izquierda Diario. Desde su ingreso a TREBOL en 2018, la empleada se vio obligada a pagar más de 2.000 bolivianos por cada contrato laboral, una exigencia que la empresa utilizaba como método de extorsión para mantenerla en su puesto y evitar su despido. Estos pagos representaban una carga económica considerable, dejando a la trabajadora en una situación de vulnerabilidad extrema.

Las condiciones laborales eran insoportables y peligrosas. En 2022, debido a las tareas físicas extenuantes que le fueron asignadas, la trabajadora sufrió un aborto. "La empresa no sabía de mi embarazo porque temía que me despidieran, como hicieron ahora", relató, evidenciando la absoluta falta de consideración y humanidad de sus empleadores. Además, para evitar ser despedida, la trabajadora decidió no reportar accidentes laborales sufridos, soportando el dolor y el riesgo en silencio.

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El ambiente laboral estaba cargado de hostilidad y amenazas, encabezadas por su supervisor, Roberto Choque, quien mantenía un entorno de trabajo intimidante y de acoso. La trabajadora también denunció que, desde 2018, TREBOL se negó a reconocerla como empleada permanente, a pesar de que por ley debería haber tenido un contrato fijo, como muestran sus memorándum de designación. En cambio, la empresa se aprovechaba de estas maniobras para evitar pagar indemnizaciones, antigüedad, aguinaldo, vacaciones y horas extras, a pesar de que la trabajadora cumplía con jornadas extenuantes de lunes a lunes.

La Constitución y la Ley General del Trabajo de Bolivia prohíben tajantemente el despido de una trabajadora embarazada. El Artículo 48. VI establece: "Las mujeres no podrán ser discriminadas o despedidas por su estado civil, situación de embarazo, edad, rasgos físicos o número de hijas o hijos. Se garantiza la inamovilidad laboral de las mujeres en estado de embarazo, y de los progenitores, hasta que la hija o el hijo cumpla un año de edad". Además, la Ley 975 del 02 de marzo de 1988 y el Artículo 12 de la Ley General del Trabajo estipulan que no se puede despedir a una trabajadora durante el embarazo ni hasta un año después del nacimiento de su hijo o hija.

La denuncia ya ha sido presentada ante el ministerio de Trabajo, que tiene el deber de instruir la inmediata restitución de la trabajadora a su puesto y garantizar el pago de los sueldos adeudados. Este caso no solo exige justicia para la trabajadora afectada, sino que también demanda una acción firme de las autoridades para erradicar estas prácticas abusivas que vulneran los derechos humanos y laborales de los trabajadores y trabajadoras en Bolivia.

Las prácticas de extorsión, acoso y despido injustificado por razones de género no pueden seguir siendo toleradas. Este caso debe ser un punto de inflexión para garantizar el respeto y la dignidad de todas las trabajadoras y trabajadores en el país.

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