La mesa Cambiemos Tandil y el resto de los espacios políticos acordaron una “campaña limpia”, donde los afiches no “ensucien” la ciudad. Sin embargo, poco les importa la “limpieza” del origen de los fondos de campaña. Una medida cosmética que oculta complicidades empresariales.
Domingo 23 de julio de 2017 15:50
Luego de la actividad de difusión contra los despidos y represión a los trabajadores de PepsiCo “El diario de Tandil” publicó una nota donde acusa al Frente de Izquierda de pegar algunos afiches y no cumplir con la “campaña limpia” a la que adhirieron las otras fuerzas. Limpieza y suciedad, toda una paradoja para quienes no pueden explicar de dónde reciben los fondos para encarar campañas costosísimas.
Se nos acusa de hacer campaña sucia, sin embargo la suciedad parece provenir de esos sectores. ¿Acaso no es mucho más sucio recibir fondos para financiar la campaña de parte de empresas? Son las mismas que contaminan y las que destruyen irracionalmente nuestra ciudad y nuestros recursos. El Frente de Izquierda hace una campaña humilde, militante y menos costosa, pero no por eso sucia.
Para empezar a “limpiar” la campaña en Tandil, exigimos que el oficialismo, el frente 1País cuyo candidato local es Mauricio D’Alessandro y Unidad Ciudadana, que presenten su inversión total y aclaren de dónde provienen esos recursos.
Inmensas gigantografías de Mario Civalleri (Cambiemos) y del mediático Mauricio D’Alessandro (Frente Renovador), se pueden ver en las calles céntricas de Tandil. A estas intervenciones en la vía pública, inaccesibles para las fuerzas políticas independientes hay que sumarle la gran cantidad de publicidad en los portales de información y diarios impresos. ¿Cuánto dinero está destinando Mauricio D’Alessandro a su campaña? ¿Lo podrá decir? ¿De dónde provienen esos cuantiosos recursos? ¿Y los del oficialismo? ¿Cuánto cuesta la gigantografía que emplazaron en las calles Belgrano y Chacabuco?
Como fuerza política independiente no contamos con recursos para realizar la actividad a puertas cerradas, y además consideramos que las calles son un lugar público de manifestación y de encuentro, desde donde podemos dar a conocer nuestras propuestas. Los recursos millonarios con los que cuentan otras fuerzas políticas como Cambiemos, el Frente Renovador o Unidad Ciudadana, les permiten decorar la ciudad con gigantografías y publicidad más allá de la pauta oficial.
La intención de la propuesta por una campaña “limpia” es generar un abismo injusto entre las fuerzas políticas que pueden costear esos métodos y quienes, pese a ser una fuerza política con alta representatividad en la ciudad, en la provincia y en todo el país, no podemos hacerlo, ya que nuestra financiación proviene de nuestros propios bolsillos, de los militantes y simpatizantes, y no del de los empresarios, que invierten en campañas electorales, esperando futuras devoluciones de favores.
Limpios y sucios
A diferencia de esta casta política, que a nivel local reproduce las prácticas más nefastas, desde el Frente de Izquierda proponemos que todo funcionario político gane como una docente con 20 años de antigüedad. Propuesta que todos los legisladores de nuestra coalición llevan adelante. Desafiamos a todos los candidatos locales a que públicamente asuman el compromiso de cobrar el sueldo de un trabajador, y no el de un empresario o un CEO, y de no hacerlo, que expongan sus motivos.
Proponemos que el municipio de Tandil garantice carteleras distribuidas en distintas puntos de la ciudad donde todas las fuerzas, de manera igualitaria, podamos dar a conocer nuestros candidatos y propuestas.
Somos trabajadores, mujeres y jóvenes que deseamos cambiar la matriz de exclusión y desigualdad que caracteriza a Tandil. El respeto y el cuidado por el medio ambiente forma parte integral de nuestras actividades. Por eso, por ejemplo, estamos en contra de las fumigaciones que se han realizado en sobre escuelas rurales; o en contra del vaciamiento de una napa hecha por un mega hotel de reciente inauguración para poder construir su cochera de lujo; o de que las empresas continúan vertiendo sus residuos contaminantes en el Langueyu, con la vista gorda e impericia del gobierno municipal.