Cae un piano, implota en el escenario y comienza una maratonica secuencia de sucesos y acciones performaticas que dan pie a un supuesto fin del mundo en el cual quedó una sobreviviente: Flor Benitez, que intenta sobre adaptarse a la nueva génesis post-kapitalista. Ella busca a través de canciones su identidad, su lenguaje, atravesando distintos estilos, idiomas e interpretaciones.
Sábado 16 de enero de 2016
Solo el frenesí propuesto por la directora Valeria Ambrosio al calor de la intervención de Flor Benitez, puede forjar un hecho de exquisita plasticidad pasando desde Wagner hasta Bob Marley. El proceso se dispara sin dar respuestas y ese el punto más alto quizás, en ningún momento se acomoda a lo previsible o el valor histórico (la historia).
El sistema de actuación propuesto no tiene sistema, lo cual permite la intervención de Matias Chapiro (músico en vivo y el director musical) irrumpiendo escénicamente e interactuando con naturalidad.
Teniendo en claro que asistimos a una instalación y no a una obra de teatro en el sentido narrativo convencional, todo lo que queda es dejarse llevar por el trance de una propuesta de altísimo voltaje estético y poético. La interpretaciones son brillantes sería difícil pensar la propuesta sin estos intérpretes.
Benitez hace de los conceptos vocales predominantes "colocación-estilo" un mito al bucear sin prejuicios por todos. El maestro Chapiro ya se había sambullido sin prejuicios sobre el Giovanni de Mozart que se representó en el teatro Apolo en 2013. La directora enciende la mecha donde no necesita de lo narrativo y el resultado es bellisimo. No se lo pierdan, déjense llevar por la adrenalina.
Podes ver la obra #TAQUICARDIA todos los viernes de enero a las 23.30 H en La Trastienda!
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— La Trastienda (@LaTrastiendaBA) enero 15, 2016