La imagen corresponde a la sucursal de la empresa ubicada en Senillosa 1833 en la Ciudad de Buenos Aires y fue captada por un equipo de este medio que fue a recoger testimonios que próximamente serán publicados. Hasta allí llegan todos los días muchísimos usuarios con facturas impagables a presentar sus reclamos. La respuesta de la empresa: poner un gendarme en la puerta para evitar que entren. Hay que parar el curro de las privatizadas que están saqueando los bolsillos de las familias trabajadoras.
Celeste Vazquez @celvazquez1
Martes 6 de agosto de 2024 12:14
Lunes 5 de agosto por la mañana. Llegamos con un equipo de trabajo de La Izquierda Diario a una de las oficinas que tiene Edesur en la Ciudad de Buenos Aires en la calle Senillosa 1833. Lo primero que vemos y nos llama la atención es un efectivo de Gendarmería en la puerta. Por momentos está solo y es el único en posición de guardián. Por momentos, y sobre todo cuando se juntan muchos usuarios en la vereda, está acompañado de una de las trabajadoras administrativas de la empresa. Su misión: evitar que quienes hasta allí se acercan ingresen a la oficina y puedan hacer efectivo su reclamo.
"Es la segunda vez que vengo y las dos veces tienen a un gendarme en la puerta. La primera vez fue el encargado de decirme que no podía ingresar a la oficina y que para que mi reclamo sea tomado de manera formal tenía que traer la foto del medidor. Ahora volví con la foto y otra vez me recibe un gendarme", nos cuenta Cristina.
Una vez adentro pudo presentar su queja, pero su reclamo no fue tomado. "El consumo de la foto que usted trajo coincide con el consumo que nosotros registramos, así que lo facturado está bien. Tiene que pagar", es la respuesta que encontró Cristina. "Pero yo no puedo pagar lo que ustedes me están cobrando", les dice a continuación. "Entonces sufrirá el corte del suministro", fin de la conversación y que pase el que sigue.
Muchos hogares utilizan la electricidad para calefaccionarse. Eso hace que su consumo se eleve con respecto a meses anteriores. Sin embargo, como ya denunciamos en este medio, los incrementos que está aplicando Edesur en las tarifas son muchísimos más altos que el aumento en el consumo. Por ejemplo, ya en esta nota te contamos que una usuaria pasó de pagar $6.000 a $130.000 de un mes para el otro. Su consumo se triplicó, pero el monto de la factura se elevó en un 2.000%.
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Estos casos se repiten a montones. Fabiana vive en un monoambiente de 35 metros cuadrados junto con su hija. Duplicó su consumo, pero el monto de su factura se elevó por 10. Pasó de pagar $6.000 a casi $60.000. Y podríamos seguir con los ejemplos.
El bestial tarifazo de Edesur va directamente a los bolsillos de sus dueños. En el primer trimestre de 2024, la empresa obtuvo ganancias por más de $104.750 millones, lo que representa un incremento del 307% respecto al mismo período del año anterior. Por supuesto, no es la única privatizada con ganancias millonarias. Metrogas ganó $50.867 millones y Edenor ganó $19.116 millones.
Paremos la fiesta de las privatizadas
Los negociados que hacen todas las empresas a cargo de los servicios públicos vienen desde hace años. Desde la época en que Carlos Menem privatizó más de 60 empresas estatales, algunas de las cuales brindaban servicios esenciales como el abastecimiento de agua, gas, electricidad y transporte. Todavía hoy padecemos las consecuencias de ese saqueo porque todos los gobiernos que vinieron después mantuvieron intacto el esquema de las privatizaciones.
De los años noventa a esta parte, los empresarios de las privatizadas viven de fiesta permanente. Porque además de las ganancias que obtienen con los tarifazos, el curro también les llega por otras vías. Reciben subsidios millonarios y la condonación de deudas que mantienen con el Estado. Así llegamos a la situación en la que estamos hoy. Servicios de mala calidad - basta recordar los cortes de suministro que sufren millones de hogares todo el tiempo, o la mal que se viaja en el transporte público a toda hora - y tarifas impagables. Hoy avalados por Milei profundizan su fiesta y encima se dan el lujo de utilizar a integrantes de las fuerzas represivas para evitar los reclamos y amedrentar a los usuarios.
Las consecuencias de esta situación siempre las padecemos los mismos: los mayorías populares y trabajadoras. Hay bronca contra las privatizadas y todos sus negociados. Hagamos que se exprese en las calles y en acciones concretas que sirvan para frenar los tarifazos y poner en discusión la única alternativa viable a este drama: la nacionalización de todos los servicios públicos bajo gestión de trabajadores, usuarios y especialistas. Esta es la alternativa que propone la izquierda y la única capaz de generar servicios de buena calidad y accesibles para las mayorías trabajadoras y populares.
