Manuel Adorni dio su conferencia de prensa diaria. Detalló los porcentajes de “ahorro” del Estado con los recortes en subsidios al transporte y la energía, la vuelta al impuesto a las ganancias para trabajadores, reducción en jubilaciones, más inflación y demás cambios anunciados el martes por el ministro Caputo. Ni una palabra sobre algún tipo de “recorte” para el gran empresariado y los bancos, que seguirán ganando en medio de la crisis.
Miércoles 13 de diciembre de 2023 10:37
Foto Gustavo Amarelle | Télam
Tras los anuncios (demorados y regrabados) de este martes a cargo del ministro de Economía Luis Caputo, en la mañana del miércoles el vocero Manuel Adorni dio detalles de los alcances de esas primeras medidas económicas de ajuste brutal del gobierno de Javier Milei. Fue a las 8, en una conferencia de prensa en la Casa Rosada.
Entre otras cosas, Adorni volvió a insistir con la falacia de la “inevitabilidad” de llevar adelante este verdadero plan de guerra contra los ingresos y el poder adquisitivo de las grandes mayorías con la excusa de la “herencia recibida”. Y anticipó que la primera etapa de la reducción de subsidios a los servicios públicos, que derivarán en importantes aumentos en tarifas de electricidad, gas y transporte, podría empezar a aplicarse “a partir del 1º de enero”.
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Amparándose en el "balance" que La Libertad Avanza tiene sobre la gestión de Sergio Massa y el Frente de Todos, Adorni dijo que las medidas anunciadas el martes son “urgentes e inevitables para evitar la catástrofe”, ya que Argentina sería “un paciente en terapia intensiva a punto de morirse”. Enseguida, con una alta dosis de cinismo, el vocero presidencial dijo: “Nos apena a todos tener que tomar estas medidas”. Y hasta posó de optimista al decirles a las y los periodistas acreditades en Casa Rosada “den por hecho que Argentina va a cambiar, lo vamos a lograr”.
Luego Adorni hizo un detalle de las implicancias de las medidas anunciadas por Caputo en términos de “ahorro” fiscal en pos de alcanzar el “déficit cero” para el año próximo.
Respecto a la reducción de subsidios (hasta su eliminación) tanto al transporte como a las empresas de servicios energéticos, Adorni dijo que el “esquema” general de nuevas tarifas se conocerá “en los próximos días”, aunque afirmó que en una primera etapa de reducción ya se verán fuertes subas en las mismas. Y respecto a los tiempos de implementación, dijo que en el gobierno creen que “este esquema de cambio va a ser a partir del 1º de enero”.
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Si bien no dio detalles sobre el impacto inflacionario que desde el Gobierno proyectan que tendrá la devaluación del 100 % del peso respecto al dólar, Adorni sí dio muestras de que la mayor parte del ajuste fiscal recaerá sobre las espaldas de la clase trabajadora y los sectores populares.
Por un lado, se hizo el distraído (“no sé específicamente a qué te referís”) cuando un periodista (de sólo tres que pudieron preguntar) le consultó sobre si va a haber medidas complementarias para mejorar el poder adquisitivo de las y los trabajadores en función del impacto en los ingresos que tendrán las ya anunciadas. Allí Adorni desvió la respuesta y volvió a hablar del esquema de subsidios a las empresas de servicios públicos.
Ya se puede caracterizar al vocero presidencial como un auténtico “cara de piedra”, que no sólo se hace el distraído para no responder lo que no quiere sino que puede decir impunemente, por ejemplo, que con las nuevas medidas económicas las jubiladas y los jubilados seguirán perdiendo frente a la inflación.
Al hablar de la resolución de suspender la Ley de Movilidad Jubilatoria y pasar a incrementos arbitrarios determinados por Caputo, el vocero dijo: “No pretendemos dar aumentos discrecionales porque se nos ocurre, el objetivo es terminar con un esquema jubilatorio que transformaron a los jubilados con muchas necesidades. Las jubilaciones son de muy bajo nivel hoy, el objetivo es mejorarla”. Sin embargo, reconoció que en ese ítem habrá una baja de jubilaciones y pensiones equivalente al 0,4 % del Producto Bruto Interno (PBI.
Adorni está tan creído de su inmunidad como funcionario mileista que se atrevió a justificar ese nuevo ataque a las y los trabajadores jubilados con una frase cargada de ironía: “Se espera que la inflación siga su tendencia incremental y acá los jubilados iban a seguir perdiendo mucho más. El objetivo es cortar con este esquema perverso. Cuando uno quiere cortar con eso, tiene que tomarse la atribución de corregir por algún otro método”.
También habló de un “ahorro” del 0,5 % del PBI que se lograría al echar para atrás la última modificación que hizo el Congreso del Impuesto a las Ganancias, según la cual se eliminó el cobro de ese impuesto a la “cuarta categoría” compuesta por cientos de miles de trabajadoras y trabajadores asalariados. Apoyándose en el componente electoral que tuvo esa modificación (una medida de Massa en plena campaña tras años de no tocar ese impuesto), Adorni confirmó que Milei buscará volver a sacarle esa tajada del salario a parte de la clase trabajadora. Curiosamente, el mismo Milei y sus diputados votaron esa modificación en septiembre. Mentirosos al cuadrado.
Adorni agregó que las medidas anunciadas el martes por Caputo (que a priori no necesitan ser tratadas por el Congreso para su validación) “son el telón para la obra que se viene, que es el plan de reformas estructurales que en las próximas semanas va a ser de conocimiento público y que será gran parte de la nueva Argentina”.
Siempre amparándose (como hacen todos los gobiernos cuando asumen) en la “herencia recibida”, el vocero dijo: “Las medidas no son las que soñamos ni las que pensamos”. También que les hubiese “encantado que los tiempos fueran otros”. Pero que Milei es presidente “desde hace 72 horas” y la “urgencia” de aplicar estas “inevitables” medidas busca “terminar con el déficit fiscal de manera inmediata, generar previsibilidad y entender todos que efectivamente estamos dispuestos a no gastar ni un centavo más de lo que tenemos”.
En ese marco, reiteró hasta el cansancio que “el déficit fiscal es la madre de todas las batallas” y su reducción a cero “no es negociable porque sabemos que eso deriva o en crisis de deuda o en una crisis de inflación como la que vivimos desde hace más de 20 años”.
Como explica en este video Lucía Ortega, de la sección Economía de La Izquierda Diario, el Gobierno de Milei plantea una verdadera extorsión a las mayorías trabajadoras al plantear que, de no aplicarse estas medidas, la catástrofe socioeconómica sería mucho más grave que las consecuencias del plan que ellos quieren imponer. El mismo Caputo dijo que, si no se hace lo que ellos quieren, un sachet de leche podría llegar a valer $ 60.000 (producto del hipotético 15.000 % anual de inflación).
El cliché del Gobierno respecto a que “no hay plata” no sólo se posa sobre una falacia (plata hay, el tema es quiénes se la apropian y se la llevan) sino que habilita a justificar medidas de neto corte antipopular y regresivas de las condiciones de vida de las mayorías populares, entre cuyos miembros hay un gran porcentaje de votantes de Milei.
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El “plan de guerra” de Milei, Caputo, Adorni y compañía contra el pueblo trabajador no puede pasar. La devaluación y los tarifazos traerán mucha más inflación. Por eso es urgente un aumento de salarios, jubilaciones y programas sociales en el camino de reorganizar la economía, pero no sobre las bases que quiere La Libertad Avanza y sus aliados empresariales e institucionales, sino sobre otras que pongan por delante las necesidades de las mayorías sociales.
En ese marco, se hace cada vez más imperioso impulsar la más amplia y masiva organización de las y los trabajadores y los sectores populares, coordinando en asambleas planes de lucha con la mayor unidad posible entre laburantes ocupados y desocupados, formales, precarios, flexibilizados, changarines, cuentapropistas y pequeños comerciantes. Los sindicatos y las centrales obreras deben estar a la cabeza de esta pelea, es hora de que sus dirigentes salgan de la pasividad y atiendan los verdaderos reclamos de nuestra clase.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario