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Red Internacional
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HISTORIETA. Té de nuez, el mundo de la infancia

Té de Nuez es una historieta que gira en torno al mundo de la infancia. Apareció originalmente en capítulos en la revista Fierro y salió como libro en Francia en 2012. Este año tuvo una versión local, publicada por la Editorial Común.

Martes 15 de septiembre de 2015

El protagonista es Timoteo, un bebé que usa galera y frac, y cabalga entre los senos de su asistente: un ama de leche monumental llamada Mamelón. Timoteo es agente del Ministerio de Asuntos Infantiles y su misión es verificar que una cantidad engorrosa de normas y disposiciones relacionadas al mundo de la infancia se cumplan. Reglamentaciones sobre el comportamiento de diversos personajes infantiles (Manuelita la Tortuga, pongamos por caso), la correcta hora para tomar la leche, cosas por el estilo.

Los personajes se mueven en un mundo bastante surrealista y el pretexto de la infancia sirve de punto de partida; pero se trata de un libro para adultos, teniendo en cuenta el enfoque, el tipo de humor, los componentes eróticos y demás yerbas. No cometa el error de regalárselo a su nene.

La gracia de "Té de Nuez" pasa por contar la historia desde el punto de vista del bebé que la protagoniza, en poner la cámara a su altura. Las relaciones que Timoteo establece con los demás elementos de la infancia cobran un sentido nuevo con este cambio de perspectiva. El mundo se transforma en un espacio amenazador, misterioso, arbitrario, al que creemos dominar y que nos da vuelta de un momento para otro... todo esto está bastante lejos de la relación plácida que se suele pensar tienen los niños con el mundo. Sobre este cambio de perspectivas, esta valoración dramática de un mundo al que suponemos pequeño, legible y controlado, está construido el libro.

Por ejemplo, en uno de sus capítulos, Timoteo debe descubrir a un misterioso asesino que golpea durante el trayecto del "Trencito de la Alegría" (que aquí evoca al "Orient Express" de Agatha Christie), mientras lucha contra su admiración ilimitada por la Pantera Rosa, que forma parte del pasaje. Por supuesto, para Timoteo se trata de “la” Pantera Rosa y jamás podría concebir la posibilidad de un señor disfrazado. Las relaciones de poder, el tener la sartén por el mango y demás cuestiones que tratan de maquillarse un poco en el mundo adulto, aparecen en el libro a flor de piel, como suelen aparecer en la infancia.

Tormentosa es la relación que Timoteo tiene con su amiguita-novia Elenita (que no por casualidad recuerda un tanto a la infantil Elenita interpretada por Mirtha Legrand en “Los Martes, Orquídeas”, clásico argentino de la era del teléfono blanco). Es que los padres de Elenita, los aristocráticos Arana Copetín, deben pasear a su retoño semidesnudo por la Avenida Alvear de 6 a 8 de la tarde. Están a la pesca de relaciones sociales.

En realidad, todo el lenguaje del libro tiene algo de ese clima del cine de los años 40, un chiste que debió de carecer de sentido para el lector francés. Que se jorobe.

Al mismo tiempo, la historieta se encuentra secundada por diversas intervenciones externas: pequeñas publicidades vendiendo al personaje como si fuera un muñeco de pañolenci, o algún cuentito tomado de las páginas de un supuesto "Suplemento Literario" editado por Timoteo. La idea de este tipo de juegos es recuperar algo de la sensación provocada por aquellos grandes personajes que recordamos borrosamente haber seguido en nuestra infancia (Patoruzú, Tintin, Astérix), y de los que solemos redescubrir de tanto en tanto algún resto de su paso por este mundo: un álbum de figuritas, un muñeco sin cabeza, algunas páginas arrancadas de un libro.

Ya habrán adivinado el chiste, supongo. El protagonista de “Té de Nuez” es nuestra propia infancia.

*Agradecemos a Lucas Nine, dibujante, ilustrador, historietista y director de cine de animación; por la reseña y las ilustraciones.