Esta semana se conoció la noticia de un fallo judicial que habilita a trabajadores presos a cobrar aguinaldo y vacaciones. De parte de varios panelistas y conductores televisivos, solo se han escuchado críticas sobre algo tan elemental como la garantía de los derechos laborales que establece la constitución, para cualquier trabajador en cualquier circunstancia: tanto de un lado como de otro de la reja. El noticiero de Telefe fue uno de los que reprodujo esta postura. Es que pareciera que perder la libertad no fuese suficiente castigo y por lo tanto, los padecimientos que debe vivir un preso dentro de la cárcel deben acercarse lo más posible a la esclavitud. Éste parece ser el deseo de muchos periodistas indignados de la televisión argentina.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Sábado 6 de diciembre de 2014
Según el ministerio de justicia y Derechos Humanos de la Nación, en el país hay 64.109 presos, de los cuales solo 11.620 cobrarán vacaciones y aguinaldo, sobre la base de un salario de 3520 pesos por cuarenta horas semanales de trabajo. El total de presos incluidos dentro del sistema laboral carcelario es en realidad 25.322. Sin embargo, los que gozarán de dichos derechos son menos de la mitad, porque el resto no reúne las condiciones necesarias.
Sin embargo, los detractores de la igualdad laboral entre trabajadores presos y libres, dieron como marco a sus posiciones la indignación instalada ante el “drama cotidiano de la inseguridad”, e instaron a sus televidentes a indignarse aun más ante esta noticia.
Un ejemplo claro de esto se vio en el noticiero Telefe Noticias a las 20. El martes 2, sus conductores Cristina Pérez y Rodolfo Barili – productor ejecutivo del programa y gerente de noticias del canal - entrevistaron en vivo a un comerciante que fue asaltado en Ramos Mejía.
Luego de esta entrevista tuvo lugar el informe “Aguinaldo y vacaciones para presos: la polémica”. El enlatado contenía testimonios oficiales a favor de la medida y el de una representante de la Desde la Asociación Madres del Dolor afirman estar de acuerdo con que les paguen un sueldo si trabajan, pero que aguinaldo y vacaciones le parece mucho. “Ellos eligieron estar donde están, porque son asesinos, violadores, delincuentes”, afirman.
El informe continuó con testimonios callejeros diversos de quienes opinaban que la medida es injusta, ¿por qué cobrarían más que un jubilado? Otro testimonio aseguraba que el preso no tiene por qué contar con idénticos derechos que un trabajador libre: olvida que el derecho que pierde el preso es el de la libertad. También incluía uno que opina que es correcto que el trabajador que cumple una condena cuente con las posibilidades para “volver a reinsertarse en el ámbito social”.
Finalmente, los periodistas analizaron el tema. La justicia entiende que las personas privadas de su libertad deben trabajar en las mismas condiciones que nosotros, sostienen. A diferencia de los testimonios citados, reparan en el detalle de que la libertad es el derecho que se le quita a los presos por haberle “fallado a la sociedad”. Sin embargo, afirman que el tema de las vacaciones y el aguinaldo “es polémico”. Acto seguido, instan a la audiencia a responder a la encuesta vía celular: “Presos con sueldo, vacaciones y aguinaldo. Me parece justo, me genera dudas o me parece injusto?”
-”Porque siempre hacemos esta salvedad ¿no?, puede ser legal pero a veces lo legal está tan reñido con lo justo y en estas épocas mucho más acuciantes económicamente, saber esto genera como mínimo, la polémica”- se permite interpelar Barili.
Los detractores del cumplimiento de los derechos para los presos hablan, se quejan, se indignan pero no se les escapa ni por error la palabra desigualdad o exclusión social. Aseguran que los presos han fallado a la sociedad, pero jamás dicen que la ecuación es al revés: la sociedad falla, viene fallando con niveles de marginación cada vez más grandes. Hablan de beneficios para presos, como si 3500 pesos fuesen suficiente para vivir bien en la cárcel y encima sostener a una familia fuera de las rejas. ¿Acaso no sabe un empresario de la comunicación como Barili lo que pasa dentro de las cárceles? ¿Acaso no sabe el infierno que se vive ahí dentro, lugar en el que se supone que las personas deben “rehabilitarse”?
Barili, Pérez y todos los gerentes y empresarios de la comunicación, no desconocen las causas profundas de los hechos que difunden en sus programas. Simplemente no tienen intenciones de hablar al respecto, en pos de defender los intereses de los suyos, los de su clase, los que están cómodos con que el “público ciudadano” dirija su odio contra los sectores más postergados. Por eso su mensaje es claro: Si es chorro, córralo y línchelo, total estaremos nosotros para hablar de detención ciudadana. Si está preso, que labure como esclavo y si no, acá estaremos nosotros para denunciar cuando lo legal no le parezca justo.