La situación ha dado un salto político en los últimos días en un contexto en que el país vive una profunda crisis tanto económica, política y social que no se veía en décadas.
Miércoles 26 de octubre de 2016
El país vuelve a tener sus días agitados en el marco de una crisis política que se viene arrastrando en el tiempo donde el chavismo y la oposición tensionan la situación al extremo en función de sus intereses políticos, donde los acontecimientos que se desarrollan muestran una vez más que la transición a una etapa post-chavista continúa siendo traumática y nada pacífica.
Todo esto en medio de una grave crisis económica que se cierne sobre el país y se profundiza, con una profunda caída del producto bruto interno, una inflación disparada a niveles incontrolables a la par que se ha generado una profunda escasez de los productos más básicos para la vida del pueblo. Una profunda crisis económica que se transformó en una extendida inestabilidad política del gobierno de Maduro en medio de una decadencia del chavismo.
La tensa situación política no ha cesado, y ninguna de las políticas del gobierno de Maduro ha logrado desactivar la situación. Existe una especie de impasse político en medio de la fuerte tensión política con la crisis económica de fondo que no logra destrabarse.
Crónica de una crisis en curso
Un nuevo escenario se ha abierto en el marco de la confrontación que vienen llevando a cabo entre el chavismo y la oposición luego que siete tribunales regionales suspendiera en 7 de las 24 entidades del país el proceso de recolección de firmas con el que la oposición había solicitado la activación del referendo revocatorio presidencial, por lo que el CNE tomara la decisión de posponer, “hasta nueva orden judicial”, el proceso de recolección de 20% de las firmas que se realizaría los días 26, 27 y 28 de octubre como parte de la segunda fase para activar el revocatorio a Maduro.
Pero esta decisión ponía en entredicho no sólo la juntada del 20% de firmas sino incluso el propio curso del revocatorio, es decir, su suspensión definitiva, salvo que la oposición decidiese iniciar los trámites desde cero, un hecho muy poco probable. La MUD es una oposición empresarial y ligada al imperialismo, pero había encontrado en la vía del referéndum, impulsada inicialmente por Capriles, la forma de retomar la iniciativa política, adueñarse del argumento democrático y poner a Maduro en jaque, ante la perspectiva de enfrentar una compulsa en las urnas.
Pero con la decisión del CNE, arguyendo que acata la decisión de los tribunales regionales de suspender “hasta nuevo aviso” la recolección de firmas, volvió a crispar al rojo vivo la confrontación entre el chavismo y la oposición derechista. Así la oposición aglutinada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocaba para este miércoles una protesta en todo el país denominada la "toma de Venezuela".
Pero el domingo, en una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional la oposición aprobó un acuerdo en el que declara "la ruptura del orden constitucional y la existencia de un golpe de Estado" a la Constitución "cometido por el régimen de Nicolás Maduro" y de los poderes Judicial y Electoral, en una escalada del conflicto de poderes. En dicha declaración la Asamblea Nacional exigía a las Fuerzas Armadas "no obedecer ni ejecutar ningún acto o decisión que sean contrarios a los principios constitucionales" y convocaron a "la defensa activa" de la Carta Magna "hasta lograr la restitución del orden constitucional".
Diosdado Cabello declaraba ese mismo domingo en nombre del PSUV que “No nos vamos a dejar tumbar por sectores de la derecha”, al mismo tiempo que el jefe de la bancada del chavismo en la Asamblea Nacional, Héctor Rodríguez, señalaba que es la oposición comete "errores de desacato" y de "desconocimiento a los poderes" y que pretende dar un “golpe parlamentario”.
Pero algo inusitado y no previsto se cuela en la situación en curso, el enviado del Papa, monseñor Emil Paul Tscherrig que se encontraba en Caracas desde el sábado, aparecía en escena dando una declaración conjunta con integrantes de los mediadores internacionales encabezados por el español José Luis Zapatero, representantes del gobierno y de la oposición. En la misma declaraba que luego de reuniones exploratorias entre la oposición y el gobierno se convocaba a una reunión para este 30 de octubre en la Isla Margarita y darse inicio al diálogo.
Pero acto seguido sectores de la oposición decían desconocer tal convocatoria y tal inicio de diálogo lo que dejaba en entrevero el diálogo mismo anunciado por el enviado papal, lo que ponía sobre relieve la importante división que se ha generado en las filas mismas de la oposición que aún no tiene una dinámica clara sino que más bien está en curso.
El respaldo de las Fuerzas Armadas
Hacia el interior del chavismo también está todo abierto, aunque es claro que al momento se sigue mostrando unificado ante la situación, o al menos aparentan tenerla habida cuenta de las distintas posiciones existentes sobre qué política tener frente a la derecha y el propio revocatorio. Como ya hemos escrito en un reciente artículo, son fuertes las especulaciones de que las decisiones de los tribunales regionales de llamar a suspender la segunda fase del revocatorio fue una jugada propia de un sector que podría estar encabezado por Diosdado Cabello, donde estarían los gobernadores Rangel Gómez, Tareck El Aissami y Ramón Carrizales.
Pero lo fundamental del gobierno de Maduro lo constituye el apoyo de las Fuerzas Armadas, además de la incidencia política que tiene sobre el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral y otros poderes de Estado, exceptuando la Asamblea Nacional.
Es por eso que este martes por la mañana, y frente al llamado de la oposición a que las FFAA desconociera en los hechos las órdenes que emanaran del gobierno nacional, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, leyera un comunicado en nombre de las Fuerzas Armadas en el que estas rechazan la existencia de un golpe de Estado como ha declarado la Asamblea Nacional (AN), es decir, en claro respaldo del gobierno de Maduro.
Insistiendo en que lo decretado por la AN de una supuesta ruptura del hilo constitucional en el país tras la suspensión del proceso del referendo revocatorio presidencial, busca "afectar gravemente la institucionalidad para derrocar el gobierno legítimamente constituido" de Maduro. Y que su directiva a desconocer las órdenes que emanaran del Ejecutivo era "perniciosa" y pretende "una incitación a la insubordinación o sublevación".
Las declaraciones de las Fuerzas Armadas salían al paso no solo para mostrar su fiel alineamiento con el gobierno de Maduro sino para hacer ver que entre sus filas no existirían divisiones internas sobre las que pudiera hacer mella las declaraciones de la oposición, cuestión muy difícil que sea realmente cierta. Pero también frente a la sesión especial que realizaría la Asamblea Nacional de este martes en que ya había anunciado que votaría abrirle un proceso político a Maduro.
Movilizaciones y negociaciones en curso
Los acontecimientos del martes ya eran previstos, desde la marcha del chavismo convocada con antecedencia para recibir a Maduro luego de su viaje relámpago a países OPEP y No OPEP, su visita ya planificada a Roma para su encuentro con el Papa Francisco, y la esperada reunión especial de la Asamblea Nacional.
Lo que iba a decidir la Asamblea Nacional ya era conocido, "iniciar el procedimiento de declaratoria de responsabilidad política del presidente de la República" y su comparecencia "a fin de que exponga sobre su posible responsabilidad por las graves violaciones a la Constitución y los derechos humanos". Una medida que no tiene un efecto práctico contra el mandato del presidente Maduro, a diferencia de lo que pasó en Brasil donde hace dos meses la presidenta Dilma Rousseff fue destituida tras un juicio político. Esto no solo porque la Constitución no contempla el “juicio político” sino sobre todo por el conflicto de poderes existentes y a incidencia política del gobierno sobre el TSJ.
Casi al mismo tiempo, Maduro en un acto frente al Palacio de Miraflores frente a miles de chavistas que marcharon en Caracas para manifestarle su respaldo, convocaba para este miércoles a una reunión mañana, del Consejo de Defensa de la Nación (Codena), integrado por los cinco poderes de Estado, para abordar “la confrontación política” que se ha acentuado en el país en los últimos días y para evaluar lo que llama “el golpe parlamentario de la Asamblea Nacional” y “el plan de diálogo para la paz”. Ramos Allup, como presidente de la Asamblea Nacional, es integrante del Consejo de Defensa, por la cual Maduro hizo énfasis en su asistencia, lo cual es difícil de ver su presencia en Miraflores donde está convocada la reunión.
Pero lo central de este miércoles estará dado porlas movilizaciones convocadas en Caracas y otros puntos del país bajo la consigna simbólica de "tomar Venezuela". Esta marcha es decisiva para la derecha, por lo que Henrique Capriles ha declarado que este miércoles 26 "va a ser el inicio de una movilización en todo el país, (…) vamos a tomar Venezuela de punta a punta, en cada rincón del país, espero ver al pueblo movilizado para restituir el hilo constitucional". De la fuerza que muestre la oposición en las calles será determinante incluso en la prefiguración de los acontecimientos que están para desarrollarse.
Pero frente a todo esto no hay que llamarse a engaño de que pueda irse a una confrontación más abierta, aunque en política no se puede descartar nada. La oposición ha sostenido que esta marcha no será como la del pasado 1 de septiembre cuando a la 2 de la tarde se desconcentraron sino que irá por más, pero ya hay acuerdos con la mediación papal de lo controlado de dicha marcha, tal como fue anunciado este lunes por el enviado del Papa, monseñor Emil Paul Tscherrig.
Pero es muy seguro que tanto lo que ha venido votando la oposición en la Asamblea Nacional tensando la situación al extremo así como lo que demuestre en las calles se canalice para establecer una mejor correlación de fuerza en las mesas de negociaciones que se vienen desarrollando entre el gobierno y la oposición. Hoy la Conferencia Episcopal Venezolana anunció que la reunión entre la oposición y el gobierno de Maduro este 30 de octubre se realizaría ya sea en Margarita, Caracas o incluso en un tercer lugar, aunque no sería para el inicio del diálogo como tal sino que la cita de esa fecha servirá para "poner los puntos sobre la mesa". Pero las negociaciones con el enviado del Papa, los mediadores internacionales, siguen su curso más allá de las altisonantes declaraciones que realizan mutuamente.
Forjar una salida independiente de los trabajadores
Una vez más vemos cómo desde el chavismo y la oposición cada tanto amenazan con confrontaciones donde hacen convocar movilizaciones, pero que lejos están de responder a las grandes necesidades del pueblo y ponen en vilo al pueblo mientras realizan reuniones reservadas donde se tejen acuerdos. Basta de burlarse y jugar con las calamidades del pueblo.
Por eso hay que ser categóricos, en medio de todas estas disputas entre las principales fuerzas políticas del país no hay nada progresivo para la clase trabajadora más allá de las distintas retóricas que se usan tanto desde el gobierno de Maduro como desde la MUD. El pueblo viene sufriendo una agobiante crisis que el gobierno con sus políticas de ajuste deja descargar sobre sus espaldas; por su parte la derecha de la MUD, con su política demagógica, se monta para pescar en río revuelto pero encarna todo un plan reaccionario y antiobrero.
El propio proceso de referendo, que hoy crispa al rojo vivo la confrontación entre el chavismo y la oposición derechista, podría ser el terreno donde buscar “consensos”. Es decir, un pacto que permita encausar la “transición” a un poschavismo más estable, funcional a la necesidad de orden de la clase dominante, mediante acuerdos básicos entre la oposición, sectores del chavismo y las FANB, con apoyo de la “comunidad internacional” (es decir, del imperialismo, los mediadores internacionales y los gobiernos de la región) y del Papa.
Frente a la situación imperante los trabajadores junto al pueblo pobre deben forjar una salida independiente levantando un programa claro en función de sus intereses fundamentales. En este sentido desde la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), hemos venido bregando claramente Por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana y un Plan de Emergencia obrero y popular.