Denuncian condiciones de seguridad e higiene deplorables en medio de la segunda ola de la pandemia, descuentos y una brecha salarial injusta con quienes hacen las mismas labores bajo el convenio de la Unión Ferroviaria
Miércoles 14 de abril de 2021
Tras obtener la concesión del servicio de vigilancia ferroviaria en las Líneas San Martín y Mitre a fines del año pasado, las empresas Comahue y Líderes no respetaron los derechos de sus trabajadores. Desde el no reconocimiento de empleados licenciados por ART hasta descuentos salariales y no contar de elementos de sanitización y protección básicos, ambas patronales continúan con el legado de Murata, la empresa que antes tenía la concesión, y empuja a sus empleados a organizarse para conseguir condiciones laborales igualitarias con quienes llevan adelante las mismas labores enmarcados dentro del convenio de la Unión Ferroviaria.
Los tercerizados denuncian que la brecha salarial es absurda: cobran menos de la mitad del sueldo de un trabajador del sector de Bienes y Personas, que realiza las mismas labores en planta permanente, y encima sufren descuentos arbitrarios y pagos diferidos. En caso de recibir licencias por COVID-19, algo concedido por las empresas recién después de dos fallecimientos (Olmedo y Campos), cobran apenas la mitad del sueldo, lo cual los deja en una situación desesperante.
A nivel sanitario, denuncian que en medio de la pandemia hay faltantes de alcohol en gel y artículos de protección como guantes y mascarillas, y en algunas cabinas ni siquiera hay agua corriente para lavarse las manos. No existen protocolos claros y mucho menos plan de vacunación, y en caso de enfermarse en funciones la ART no reconoce al COVID como enfermedad profesional. Todo esto en el marco de una tremenda escalada de contagios, que en particular en el transporte público y bajo las condiciones en las que se viaja expone diariamente a empleados de andenes y de brigada a un contacto continuo con miles de pasajeros.
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Sumado a esto, existen casos de empleados con licencias previas por otras afecciones de riesgo que no fueron reconocidos en sus puestos de trabajo con el traspaso. Además de vivir con el temor al contagio y contar con un salario que roza la indigencia, sufren la incertidumbre de no saber si podrán volver a trabajar.
Esta situación de los trabajadores contrasta con la de los dueños de Comahue, que luego de firmar el contrato millonario a través del cual obtuvieron la concesión de la seguridad ferroviaria en la Línea San Martín, obtuvieron un subsidio REPRO acreditando pérdidas, que les permite pagar diferido con la ayuda del gobierno. Un negocio redondo donde ni siquiera se hacen cargo en su totalidad del pago de sueldos y a cambio facturan de la mano de Trenes Argentinos.
Como respuesta, vigiladores de ambas líneas definieron coordinar acciones con los empleados de MCM, otra tercerizada ferroviaria en la Línea Roca que viene realizando medidas de lucha por el pase a planta: realizarán una presentación legal conjunta en el Ministerio de Trabajo denunciando todas estas cuestiones el día miércoles y se manifestarán en conjunto en caso de no recibir respuesta favorable.
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También serán parte del Encuentro de Coordinación de Luchas convocado por la fábrica recuperada Madygraf el 17 de abril, como primeros pasos de coordinación en unidad con tercerizados aeronáuticos, portuarios y de suministro eléctrico entre otros sectores que se encuentran actualmente peleando por las mismas demandas.