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Red Internacional
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OTEGI SALE DE LA CARCEL. Terminar con la persecución a la izquierda abertzale, una tarea pendiente

Otegi salió este martes de la cárcel, después de 6 años. Ante 300 personas se reivindicó como preso político. La política de excepción contra la izquierda abertzale se mantiene.

Miércoles 2 de marzo de 2016

El ex portavoz de Batasuna salió ayer a primera hora de la mañana. Su salida seguramente provocará cambios importantes en el ámbito de la izquierda abertzale y en toda la política de Euskadi. Por una parte, provocará cierto reacomodamiento y fortalecimiento dentro de la izquierda abertzale por la importancia y proyección de su figura. Por otra, pondrá en el centro de la escena política la cuestión vasca y su propuesta de una vía pacífica para llegar a la independencia.

Otegi se candidatea

En su discurso, Arnaldo Otegi recalcó su condición de preso político y la existencia de cientos de ellos en las cárceles de todo el Estado. Reivindicó sus convicciones independentistas y también denunció las injusticias de los desahucios y la expulsión de inmigrantes. Acabó la oratoria con un llamamiento a un proceso de paz.

En una entrevista publicada por el New York Times, Otegi aclaró que se presentará a las próximas elecciones de Lehendakari. La inhabilitación que pesa sobre el dirigente vasco no tiene efectos reales por no estar especificados los cargos a los cuales se le inhabilita. Lo cual quiere decir que puede presentarse para las elecciones del próximo otoño.

La salida de Otegi ha desatado una fuerte polémica entre los políticos de la derecha y la izquierda. Ciudadanos y el PP hablaban de Otegi como “terrorista”, mientras PSOE e IU decían que ya había cumplido condena. Solo Pablo Iglesias de Podemos reconoció el carácter político de su condena y que ésta solo se debió a sus ideas.

Otegi, un preso político

Arnaldo Otegi entró en prisión en 2009 por el hecho de querer reconstruir Batasuna. La cuestión es que esta organización había sido ilegalizada seis años antes, en 2003, por la tristemente famosa Ley de Partidos. Aquellos eran los años en que todo lo que el PP no soportaba era denominado “ETA”. Tanto era así que Aznar insistía que ETA fue la autora del 11M. Eran los años en que el PP e Ibarretxe estaban enfrentados. Eran los años de la mayoría absoluta de Aznar.

El PP de Aznar pactó con el PSOE y CiU una nueva Ley de Partidos, parida a medida para ilegalizar todos los colectivos de la izquierda abertzale vasca. Estos colectivos y partidos políticos independentistas se negaban a condenar los atentados de ETA y por ello fueron ilegalizados uno a uno. Esta ley fue claramente criticada por Amnistía Internacional porque se podía ilegalizar a cualquier partido político que propusiera cambios constitucionales incluso si respetaba las reglas de juego de la Carta Magna.

El juez Garzón encontró “conexiones” entre ETA y Batasuna y el Supremo la consideró el brazo político de ETA, por lo que fue ilegalizada. Después siguió inhabilitando organizaciones por la presunta vinculación con Batasuna. Así cayeron Acción Nacionalista Vasca y el Partido Comunista de las Tierras Vascas y muchas otras organizaciones.

Es sorprendente cómo los partidos políticos de la burguesía y sus instituciones pretenden dar lecciones de democracia y de justicia. Al día de hoy se ve que el PP y el PSOE están llenos de políticos que se enriquecieron a costa de los impuestos de todos, como en la Púnica, los ERE’s, Gürtel, etc. Aznar fue socio de Bush en la guerra de Irak por unas armas de destrucción masiva que no existían. El reaccionario Régimen del 78 da libertad total para los partidos de Estado y reprime o ilegaliza a quienes luchamos contra éste Estado opresor.

Hoy por hoy la cuestión de los presos políticos y la derogación de la legislación de excepción que se viene aplicando a la izquierda abertzale (Ley de Partidos, Ley Antiterrorista...) está completamente ausente de la agenda de las principales fuerzas políticas, tanto el eje PP-PSOE-Cs como las llamadas fuerzas del “cambio”, y así mismo de las negociaciones para formar gobierno. La lucha por estos derechos democráticos seguirá estando planteada -salga quien salga elegido presidente en los próximos meses-.