De madrugada se acabó votando la Llei de Transitorietat Jurídica en el Parlament catalán. 71 diputados de JxS y la CUP dieron el voto positivo.
Sábado 9 de septiembre de 2017
Un terremoto situado en las inmediaciones del Parlament reventó la escala Richter de la política española. El Parlament catalán acabó aprobando la Llei de Transitorietat Jurídica. Contó con los votos a favor de Junts pel Sí y la CUP y la abstención de CSQP. PSC, PPC y C’s, como ya habían hecho con la Ley de convocatoria del referéndum, abandonaron la sala a la hora de votar al mismo tiempo.
La sesión fue similar a la del miércoles con la oposición centralista maniobrando para dilatar la sesión lo máximo posible llegando al colmo de presentar enmiendas que retiró a la hora se ser votadas. A pesar de ello, se han movido las placas tectónicas de una falla “política” situadas en las inmediaciones de los jardines de la Ciutadella.
Las semanas venideras hasta el 1O (y las siguientes también) prometen ser de un gran movimiento político. El choque institucional tiene una escalada cualitativa. Queda patente que no hay diálogo posible entre el Gobierno de Rajoy el de Puigdemont. El primero anclado en la Constitución y las reaccionarias instituciones del Régimen del 78. El segundo presionado por un amplio movimiento social, pacífico que desea votar.
Lo que ambos tratan de evitar es la movilización independiente de las masas, su autorganización. JxS y la CUP llaman al 11S como una movilización limitada a la jornada de la Díada. Y, de cara al Referéndum tan solo realizan una organización de voluntarios que se apunten vía web. Nada de reunirnos a todos y discutir cómo organizarnos. Quieren demostrar fuerzas para tratar de frenar al Gobierno.
De momento, el Gobierno ha recurrido la Llei de Transitorietat ante el TC. Se suma a los recursos interpuestos ayer contra la Ley del 1O, la sindicatura electoral y el decreto firmado por el Govern. El TC se encargó de avisar al Govern, los alcaldes y altos cargos que el Referéndum no se puede celebrar. El Gobierno envió una carta a los ayuntamientos catalanes para recordarles que el 1O es ilegal y que se sancionará la participación.
La Fiscalía ha presentado querellas en el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya contra el Govern de Puigdemont, Carme Forcadell y cuatro miembros de la Mesa del Parlament. En esta querella se acusa de “desobediencia, prevaricación y malversación de caudales públicos”, esto último implicaría pena de prisión. La querella es por admitir a trámite la Ley del Referéndum y por los decretos firmados por todo el Govern de convocatoria.
Tiemblan las instituciones y los partidos
El terremoto político catalán está afectando a todas las instituciones y formaciones políticas de todo el Estado español, no solo de Catalunya. El PP está siendo sacudido por derecha con la actuación de Ciudadanos, pero también está preocupado porque es un Gobierno en minoría y las repercusiones sociales que pueda tener su actuación. El PSOE (el nuevo) de Pedro Sánchez actúa igual que el viejo. Podemos que acaricia una alianza con los socialistas, otrora partido de la casta, también está por el respeto a las reaccionarias leyes del 78.
La Generalitat y el Parlament, por ahora tienen cierto prestigio entre un sector de las masas por haber hecho la convocatoria formal al 1O. Aunque el espectáculo montado en estos tres días es esperpéntico. Es necesario recordar también que desde estas instituciones se realizaron recortes milmillonarios contra la educación y la sanidad. No basta con convocar el 1O, hay que organizarlo y defenderlo de los ataques del Gobierno movilizando a ese 70-80% que quiere votar. Y, a eso, tanto el Govern de Junts pel Sí como el Parlament tienen pánico.
El Tribunal Constitucional también está siendo afectado. No es claro que todas las diligencias referidas al 1O salgan por unanimidad. El sector “menos reaccionario” no quiere sancionar a los dirigentes catalanes para evitar una desconexión total.
El Gobierno de Rajoy que se muestra firme en su discurso, está arrastrando tras de sí a toda la “oposición” (oposición a su majestad). El PSOE se le acaba de caer la careta que le había puesto Sánchez, Ciudadanos va de buena gana y Podemos da apoyo pasivo a regañadientes aunque no vaya a las reuniones. Esto que le da cierta fortaleza, también le genera un gran problema, no hay oposición.
Coscubiela se ha convertido en el firme defensor del reglamento del Parlament catalán y ha advertido al President Puigdemont de “haber cruzado el Rubicón”. Coscubiela y su grupo, Iniciativa per Cataluna i Verds (ICV), son firmes defensores de un referéndum pactado con quien no quiere pactarlo. Ahora reconvertido en guardián de un reglamento y de unas leyes que lo impiden. Ellos sí que han cruzado el Rubicón.
El portavoz de ICV, Coscubiela, fue aplaudido de pie por todos los diputados del PSC-PPC-C’s y ovacionado por ellos. Para “Coscu” eso no es un problema porque él luchó contra la dictadura fascista de Franco con gente de muy diversas ideologías. Sin embargo, ahora está luchando contra el pueblo catalán que quiere votar y decidir en un referéndum qué relación tener con el Estado español. Seguramente no hay que profundizar en la enorme diferencia existente entre la lucha antifranquista y aquellos que niegan el derecho de autodeterminación.
Iniciativa lleva adelante ésta política al igual que BComú, EUiA y todo el espacio de Catalunya en Comú. Plantean un referéndum imposible: acordado con el Gobierno del PP o el Parlamento dominado por el tándem PP-PSOE-Ciudadanos. Es más probable que un muerto reviva a que Rajoy o Sánchez permitan un referéndum de autodeterminación. Los Comunes se alinean con el centralismo español. Lamentablemente, Catalunya en Comú ha cruzado su Rubicón y la prueba de los acontecimientos les castigará duramente.
Este temblor puede ayudar a sacar del letargo a las masas. El 11S puede ser un catalizador. Aunque todo esto está por verse. Esta situación en que los de arriba se pelean da más oportunidades a que los de abajo se expresen con sus propios métodos. Estas semanas harán que nada sea igual: ni habrá un nuevo 9N, ni las cosas quedarán igual que antes. El panorama político y social es apasionante.