La situación es crítica. A los amedrentamientos de la empresa Altos Hornos contra mineros y sus familias en el norte del país, se suma la desaparición de tres mineros de Camargo, Chihuahua, luego de un tiroteo en la mina La Perla.
Lunes 19 de junio de 2017
En la noche del jueves pasado, hombres armados llegaron a intimidar a 40 mineros de la mina La Perla, ubicada en el kilómetro 58 de la carretera Camargo en Chihuahua. Los trabajadores estaban esperando un camión con compañeros de Durango, para iniciar un paro de labores contra la empresa Altos Hornos de México (AHMSA).
Con el apoyo de trabajadores de la sección 256 de la unidad Hércules, Coahuila, los mineros se negaron a retirarse de la mina, razón por la que el comando abrió fuego contra los trabajadores usando armas de calibre .223 mm, mejor conocidas como AR15. Tras el tiroteo los mineros huyeron del lugar, sin embargo Erik Moya de 24 años, Leobardo Iram Moya Moya de 33 años y Alonso Gaytán de 32 años se encuentran desaparecidos.
Terrorismo empresarial contra lucha minera
Este brutal ataque se da en el marco de un fuerte conflicto laboral entre AHMSA -y su subsidiaria Minera del Norte- y el sindicato minero encabezado por Napoleón Gómez Urrutia. Desde 2010 los mineros de la sección 256 en Coahuila, mantienen una demanda contra la empresa Altos Hornos por despidos injustificados y recién el 18 de mayo de este año, realizaron un paro de labores para exigir el pago justo de utilidades.
El Sindicato Minero denuncia ¨terrorismo empresarial¨ por parte de Alonso Ancira Elizondo -principal directivo de AHMSA-, contra los trabajadores y las familias mineras de Hércules. El objetivo es reprimir y desarticular las dignas protestas de los mineros por el pago justo de utilidades y las violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), así como la intimidación a la base minera que recientemente refrendó su pertenencia histórica al Sindicato Minero.
Luego del paro en la unidad Hércules, 20 trabajadores fueron despedidos por su afinidad hacia el Sindicato Minero, a pesar de que la empresa se comprometió a no tener represalias contra los participantes y pagar los salarios caídos durante el paro.
Represión contra familias mineras
¨No esperen a que haya muertos para actuar ¡Ayúdennos!¨, piden las familias mineras que están desesperadas y solicitan el apoyo de más secciones sindicales y del pueblo coahuilense, así como la intervención urgente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Las familias denunciaron ante medios locales, que el gobierno de Coahuila está coludido con la empresa Altos Hornos-Minera del Norte y lejos está de mediar o resolver las demandas de los mineros en lucha.
De manera infame, la empresa desalojó a 30 familias de la colonia donde viven los mineros de Hércules. Las medidas represivas contra las familias en resistencia incluyen, el corte de los servicios de luz, energía eléctrica y comunicaciones, así como la amenaza jurídica hacia los comerciantes para no vender alimentos ni líquidos a mineros en resistencia.
Manuel Piñado -minero de la sección 256-, teme por la vida de su hija de 7 años que padece leucemia. La niña necesita baños constantes y terapias a base de agua, mismos que desde hace semanas fueron suspendidos por las medidas de la empresa. La vida de la niña está en manos de la avaricia empresarial. Los mineros de la sección 256 responsabilizan directamente a Alonso Ancira Elizondo de cualquier cosa que pueda pasarles a ellos y las familias mineras en resistencia.
Venganza de AHMSA contra los mineros
La situación que viven los mineros de Hércules y La Perla es crítica. A la represión y el terrorismo empresarial por parte de la empresa Altos Hornos -canallamente apoyada por el gobierno en Coahuila-, hoy se suman tres mineros de Camargo cuyo paradero es desconocido. Además, la salud e integridad de los hijos y familias de los mineros de Hércules y La Perla, están siendo ruinmente utilizadas por la empresa para quebrar su heroica resistencia y la lucha contra los abusos y crímenes empresariales.
Ante la inminente asignación del CCT de casi mil 200 mineros de la mina Hércules al sección 256 del Sindicato MInero, la empresa Altos Hornos busca venganza contra los mineros por rechazar su propuesta del sindicato charro impulsado el propio Ancira Elizondo.
La empresa recurre a despidos, amenazas, presiones y hostigamiento hacia las familias mineras. Esta represión va en escala con medidas más fuertes, como la intimidación de grupos armados afuera de las minas, ambientes de sitio, tiroteos y ahora, la desaparición de tres mineros en lucha.
Urge la solidaridad de clase con la lucha minera
Ante la crítica situación que se vive en Hércules y La Perla, los mineros y sus familias no pueden seguir confiando en que los medios legales e institucionales resolverán favorablemente hacia los trabajadores. Una y otra vez, el gobierno y las autoridades laborales han demostrado que su lealtad está del lado de las empresas como AHMSA y empresarios sin escrúpulos como Ancira Elizondo.
La fuerza de los mineros radica principalmente en su peso dentro de la producción: de conjunto las minas Hércules y La Perla, producen cerca de 4 millones de toneladas de concentrado de fierro al año que se traducen en miles de millones de dólares para AHMSA. Con el paro de labores, la huelga y la movilización en las calles, los mineros tienen la herramienta ideal para doblarle el brazo a la empresa e imponer condiciones favorables para ellos y sus familias.
Ante la infamia de la empresa y la escalada en la represión no hay tiempo que perder. Es necesidad de primer orden, que la dirección de Napoleón Gómez Urrutia se ponga al frente del llamado a Paro Nacional de todas las secciones del Sindicato Minero en solidaridad con la lucha en Hércules y La Perla. También, es urgente el llamado a las centrales sindicales que se reivindican democráticas como la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y la Nueva Central de Trabajadores (NCT), que no pueden ser indiferentes ante el dolor y la difícil situación que están atravesando los mineros y sus familias.
La solidaridad no puede quedarse en palabras, tiene que demostrarse en hechos. Las organizaciones sociales, estudiantiles, feministas y de derechos humanos tienen que solidarizarse también con la lucha de los mineros y pronunciarse enérgicamente por el cese a la represión. Porque el triunfo de los mineros en Hércules y La Perla, es un triunfo que dejaría en mejores condiciones al resto de las luchas obreras y populares en todo el país. Sólo una fuerte unidad de los trabajadores y el pueblo pobre, podrá ponerle un alto a la barbarie y abusos que impunemente cometen las empresas nacionales y extranjeras en todo el país.