El gobierno de Axel Kicillof decidió la vuelta a la presencialidad este miércoles 16/6 y los grupos de WhatsApp de familias explotaron con mensajes de indignación frente a los escasos recursos para reforzar la medida tomada. Planificando una vuelta a las aulas en la semana más fría del año.
Viernes 18 de junio de 2021 19:42
Tras el anuncio de la vuelta a la presencialidad, en muchos grupos de WhatsApp de las escuelas en las localidades de Monte Grande y Ezeiza se podía notar cierto aire de aceptación. Muchos de los padres y madres además de ver en la presencialidad una opción para garantizar una mejor educación para sus hijos e hijas notan que ante la necesidad de ir a trabajar más de 8 ocho horas por un sueldo que cada vez alcanza menos, la escuela puede ser un lugar de contención. Por otra parte, para los sectores que más les pegó la crisis, puede representar, tal vez, el desayuno y/o almuerzo que no pueden garantizar en sus casas.
Sin embargo, lo que en principio pudo ser una buena noticia, se convirtió en una ola de críticas debido a las condiciones en las que el gobierno de Axel Kicillof impulsó la vuelta.
Después del primer día de escuela, la alegría se transformó en una anécdota con sabor amargo. Sin duda para los chicos reencontrarse con sus compañeros, ver a su seño y estar en el aula para hacer la tarea es algo esencial. La virtualidad, tal como se efectuó, para muchas familias no fue la mejor opción: sin dispositivos o con un celular disponible para toda una familia, sin conectividad y con más de un chico era complejo sostener la educación. Una vez consumada la vuelta, los audios o mensajes no se hicieron esperar y eran decenas las opiniones que iban llegando:
“Seño por cuestiones del frío que está haciendo, no la voy a llevar mañana” comentó una mamá de una escuela del barrio Malvinas de Monte Grande. Además, agregó: “Mi hija volvió de la escuela con secreción nasal y estornudando”.
Por otra parte, también nos comentó: “A mi parecer, la presencialidad de mi hija será en primavera (sic), no solo por el COVID sino por los resfríos que pueda llegar a tener. No quiero arriesgarme en llevarla a una guardia...Creo que es una locura habiendo un protocolo que exige ventilar el lugar a exponer a los chicos a que contraigan gripe, fiebre y tener que ser hisopados”.
Con el correr de las horas, nos fueron llegando más testimonios. Otra mamá, también del barrio Malvinas de Monte Grande dijo: “Kicillof volvió a clases porque hay elecciones y no quiere ser menos que Larreta (...) es evidente que se están preparando para la campaña en puerta con el aumento de vacunaciones y la vuelta a clases”.
Pero muchas de estas familias saben que con eso no basta. Ni tampoco con los IFE que fueron insuficientes.
Otra mamá por la cuestión del IFE agregó: “El IFE lo cobre solo yo en abril y después nada, apenas empezó la pandemia me quede sin trabajo, me cortaron las piernas. Hago suvenires, pero ahora en pandemia ni eso porque no hay fiestas…sinceramente nosotros no la estamos pasando bien en casa...somos 5 personas viviendo en un dúplex, mi vieja trabaja de servicio doméstico, la pareja de mi mamá trabaja como portero…hacemos lo que podemos entre los tres llegamos a 50 mil pesos por mes y el internet que pagamos es lo único que podemos contar como un gusto”.
Estos testimonios dejan al descubierto que tanto las familias como los docentes mostraron disposición y esperaban con entusiasmo la vuelta, pero los que no pusieron nada de su parte fueron los gobiernos nacional y provincial. Mientras las prioridades son ajustar en salud, educación y vivienda, para pagar la deuda ilegal al FMI, los empresarios amigos de Alberto Fernández como Hugo Sigman (dueño del laboratorio Mabxience que forma parte de la producción de las vacunas de AstraZeneca en la localidad de Garín) o magnates de la talla de Paolo Rocca (dueño del grupo Techint/Siderar) aprovechan la pandemia para seguir amasando fortunas y, en el caso de este último, rebajar salarios o realizar con despidos.
La muerte de los docentes Sandra y Rubén en Moreno en el invierno de 2018 (mientras gobernaba María Eugenia Vidal) dejó al descubierto la falta de inversión necesaria en educación. Allí se pudo apreciar a dirigentes de la talla de Roberto Baradel y sus respectivos secretarios gremiales, realizar denuncias y actos pidiendo justicia por este crimen social. Sin embargo, a pesar de la llegada de la pandemia las condiciones no mejoraron: las escuelas estuvieron cerradas más de un año y medio y lo que vemos hasta el momento son parches que no solucionan los problemas de fondo para mejorar las condiciones edilicias y garantizar una prespecialidad segura.
La pregunta de muchos docentes es ¿dónde están estos dirigentes ahora?
Cabe destacar también, que hay establecimientos que ni siquiera contemplaron la posibilidad de abrir ya que las instalaciones de gas no están en condiciones, algo que en situaciones normales sería aún más vergonzoso. Entre ellas podemos mencionar en Ezeiza a las Escuela Primaria N° 1 y al jardín 902, la secundaria N°2 de Carlos Spegazzini, entre otras.
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La pobreza supera el 40 % y 7 de cada 10 pibes son pobres en la Argentina. Las cifras y los relatos de las familias dejan al descubierto que con abrir las escuelas no alcanza.
Necesitamos generar espacios donde familias y docentes pensemos como organizar una vuelta segura, organizando comités de seguridad e higiene en cada colegio, como ya lo vienen haciendo en algunas escuelas.
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