Más de 15 mil medios y empresas de comunicación de todo el mundo esperan su reporte antes de publicar la noticia sobre los resultados de las elecciones en EE.UU. Repaso por su historia.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Jueves 5 de noviembre de 2020 23:18
Foto: AP | Matt Slocum
El sistema de conteo de votos en los Estados Unidos es muy difícil de entender. Cada estado tiene sus propias reglas y funciona como si fuese un país independiente. No hay criterios comunes y eso da lugar a demoras e instala serias dudas sobre su transparencia. A esto se le suman las fake news y las denuncias de fraude que hasta el mismo Donald Trump ha lanzado sin ninguna prueba. En este mar de información poco confiable, 15.000 medios y empresas de comunicación que suscriben a sus servicios en todo el mundo, esperan que la agencia informativa norteamericana, The Associated Press (AP), informe quién es el ganador de la elección según su propio conteo, para publicar la noticia.
No existe una comisión electoral nacional en el país que “diga quién ganó el día de las elecciones. Si queremos saber quién será el próximo presidente, tenemos que hacer los cálculos nosotros mismos”, dijo recientemente David Scott, editor adjunto que supervisa cobertura de las elecciones de AP. Así lo ha hecho durante más de 170 años.
“Los principales medios, entre ellos NPR, PBS y dos grandes cadenas de diarios, Gannet y McClatchy, esperan a que AP declare al ganador antes de reportar resultados. Otros medios, entre ellos The New York Times, The Wall Street Journal, The Washington Post y Fox News, se apoyarán en los datos electorales de AP para emitir sus informes. Google utilizará los reportes electorales de AP para dar a conocer resultados en tiempo real en su página de búsqueda y en una barra en YouTube”, informó este martes el New York Times.
Según informa en su sitio, AP cuenta con más de 4000 reporteros locales que trabajan de manera independiente para recolectar conteos de votos de los funcionarios en cada condado de los 50 estados del país. Estos llaman telefónicamente a los centros de captura de votos de AP. Más de 800 secretarios de ingreso de votos revisan los datos antes de ingresarlos al sistema de AP.
Cooperación para los negocios
AP publica 2000 historias por día, 70.000 videos y un millón de fotos al año. Cuenta con 250 corresponsalías en 99 países. ¿Cómo llegó a constituir semejante poderío e influencia periodística?
“En 1846, cinco periódicos de la ciudad de Nueva York financiaron una ruta del pony express a través de Alabama para llevar al norte las noticias de la Guerra de México más rápido de lo que la oficina de correos de los Estados Unidos podía hacerlo”. Así comienza la historia oficial en el sitio de AP.
Según La Nación, socia de AP desde su desembarco en Argentina en 1917, los dueños de los diarios fundadores querían “reducir los gastos de transmisión a través del telégrafo. El reciente invento de Morse permitía enviar y recibir datos por medio de un cable, pero a precios muy costosos. Por eso, diez editores neoyorquinos decidieron aunar sus esfuerzos” y constituyeron una cooperativa.
La misma AP habla de su carácter de cooperativa sin fines de lucro como garantía de su profesionalismo y de la objetividad de su información. Sin embargo, hasta hoy AP está dirigida por editores y dueños de empresas de medios privados que lo único que persiguen es el lucro. Según La Nación, al crearla los dueños de los periódicos involucrados establecieron “que las noticias fuesen redactadas en forma clara y concisa, despojadas de todo tipo de subjetividades. Sería una materia prima común para que cada uno la moldeara a su gusto”.
El código de ética de la agencia para sus trabajadores es estricto. Establece paso a paso qué decisión debe tomar un reportero ante las fuentes que consulta y los hechos que cubre.
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Sin embargo, ¿es el compromiso con la información objetiva y veraz lo que motoriza el crecimiento de este tipo de empresa informativa? Un repaso por su historia permite dudarlo.
Una historia común
Las agencias de noticias surgen a mediados del siglo XIX en Europa, a la par de los Estado-nación y la construcción de sus “identidades”, según divulgó la revista Perspectivas, en un artículo de diciembre de 2019, “Apuntes sobre el origen y la actualidad de las agencias de noticias”.
AP, la agencia francesa Havas (actual AFP) creada en 1835, la alemana Wolff surgida en 1849 y la británica Reuters en 1851, durante la segunda mitad del siglo XIX se repartieron el mercado mundial de las agencias informativas, que estaba en auge. AP se quedó con buena parte de América, Reuters con territorios del Imperio Británico, Wolff con Europa del Este y Havas con España, Italia, Francia, partes de África, el Caribe y Medio Oriente, sostiene el periodista especializado en historia del periodismo, Daniel Martínez Garbuno, en “Una historia muy breve de las agencias de noticias”.
Así, monopolizaron el flujo internacional de la información sin mayores conflictos hasta la primera guerra mundial. Según Martínez Garbundo, los gobiernos de sus respectivos países financiaban “buena parte de sus actividades, pues veían con buenos ojos la labor propagandística que realizaban”.
Tras la derrota de Alemania en la guerra Wolff entró en decadencia. Con la consagración de los Estados Unidos como potencia mundial, AP y otra agencia yanqui, United Press International (UPI), rompieron el pacto con las demás agencias. "Como parte de su nueva posición hegemónica, los directivos de AP negociaron con Havas y Reuters para la creación de una Red de Agencias Aliadas en la que incluyeron a 28 empresas informativas a nivel mundial”, continúa Martínez Garbundo.
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El avance del mercado de las agencias informativas siguió en estrecha vinculación con los intereses imperialistas y guerreristas de sus países de origen. Según Perspectivas desde hace décadas “se identifica a cuatro agencias mundiales como las máximas proveedoras de información, conocidas como las Big Four. Dentro de este grupo se encuentran la agencia americana Associated Press (AP), la inglesa Reuters, la francesa Agence France Presse (AFP) y United Press International (UPI)”.
"Competir con la incompetencia"
“Hay que competir con la incompetencia”. Así se refería el periodista argentino y amigo del Che, Jorge Ricardo Masetti, al objetivo de la naciente agencia informativa cubana, Prensa Latina: combatir el monopolio de la información de UPI y AP, las "incompetentes".
En Masetti. El periodista de la revolución, Hernán Vaca Narvaja cuenta que luego del triunfo de la revolución cubana de 1959, “el aparato propagandístico de los Estados Unidos, principalmente a través de sus agencias cablegráficas AP y UPI, revistas como Life, Newsweek, US News and World Report y sus principales periódicos, montó toda una campaña internacional acusando a Fidel Castro y a otros dirigentes del proceso de llevar al país a un ’baño de sangre’”. Estas agencias habían mantenido silencio ante los crímenes aberrantes de la dictadura de Batista que gobernaba previamente la isla.
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El poderío de AP, evidente en el marco del antidemocrático e inentendible sistema electoral norteamericano, tiene como respaldo más de un siglo de trabajo informativo al servicio de los intereses imperialistas de los Estados Unidos.