Ante el confinamiento de los niños migrantes, vuelve al centro de la escena la relación México-EEUU., el tema central del segundo debate de los candidatos presidenciales.

La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Jueves 21 de junio de 2018
A pocos días de la recta final de estos comicios, los candidatos presidenciales dieron su opinión respecto a las brutales medidas antimigratorias que tomó el presidente estadounidense.
José Antonio Meade, candidato del PRI, señaló que la decisión era “absolutamente inaceptable” y exigió al gobierno de EEUU “que termine de inmediato este tratamiento”. Pidió también que intervenga la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de la UNICEF, para que se frene este abuso de inmediato.
Mientras tanto, mantuvo silencio ante las débiles y tardías protestas de Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores y del presidente Peña Nieto.
A su vez, el candidato de la coalición Por México al Frente (PAN, PRD y Movimiento Ciudadano), Ricardo Anaya, “reclamó” al gobierno de Peña Nieto y le exigió “denunciar con firmeza y dejar ya esta actitud tibia y sumisa” respecto a la Casa Blanca.
Finge demencia. Fue Felipe Calderón, del PAN, el presidente que firmó la Iniciativa Mérida a través de la cual Estados Unidos financia la guerra contra el narcotráfico y la militarización, mientras promueve la industria armamentística. La guerra que ha dejado cientos de miles de muertos, desaparecidos y desplazados y que es uno de los factores que detonó la migración al gigante del norte. Tan servil a los designios de Washington fue el PAN como lo es el PRI.
Por su parte, López Obrador, desde Culiacán, contendiente por Morena y el favorito en las encuestas, demandó “una enérgica nota diplomática de protesta en contra el gobierno de Trump”, así como “la intervención urgente del alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU”.
En distintas oportunidades, el líder del Morena afirmó que buscará unarelación de respeto con Trump, esto a pesar de las incontables ofensas y amenazas desplegadas por el presidente estadounidense. Mientras que en el segundo debate de los candidatos presidenciales como salida a la crisis migratoria propuso que haya trabajo para que las personas no tengan que migrar y no se pronunció sobre las ya brutales medidas antimigratorias tomadas por Trump.
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Ni uno solo de los candidatos mencionó la canallesca política migratoria de México hacia Centroamérica, dictada desde Washington. Que incluye el reaccionario Plan Frontera Sur, creado por la administración Obama, orientado a perseguir a los migrantes que ingresen por la frontera de México con Guatemala, e impedir su travesía hacia Estados Unidos.
De acuerdo con El País, “varios analistas hablan incluso de una externalización de la frontera de EE UU al sur de México. De las 14.500 solicitudes de refugiados —tres cuartas partes, de El Salvador, Honduras y Guatemala— registradas en 2017, solo han aceptado el 13%. Desde hace tres años, México detiene y deporta más que Trump.”
Por su parte, Sulem Estrada, candidata por la Plataforma Anticapitalistas al Congreso de la Ciudad de México, señaló respecto a este tema: “La ’política de tolerancia cero’ de la administración Trump, sus medidas xenófobas y racistas que han fomentado los ataques de odio en Estados Unidos, se pueden frenar, sí. Pero a partir de tejer una sólida alianza de la multiétnica clase trabajadora, la juventud y los sectores populares estadounidenses con sus hermanas y hermanos de clase de Centroamérica y México.”