En el barrio tigrense Las Tunas, cercado por la opulencia de Nordelta y la contaminación de frigoríficos y distintas empresas, los vecinos padecen una cuarentena completamente alejada del “quedate en casa”. Cuando el hambre y la represión son pandemia antes del coronavirus.
Lunes 30 de marzo de 2020 21:37
Comedor de Las Tunas que alimenta a 350 personas
Videos y audios enviados a esta redacción por los vecinos, llegan para denunciar lo que está pasando. En la tele no lo muestran.
Gendarmería, infantería de la policía bonaerense y el COT (Centro de Operaciones de Tigre) patrullan constantemente el barrio. No es un policía en una esquina, como lo que muestra la tele.
Un desfile de uniformados, amedrentando con megáfonos, obligando a una familia que está rejas adentro comiendo algo para que entren.
Y esto no es de ahora. Es práctica habitual, con coronavirus o sin él.
Lo cierto es que la emergencia que provoca la pandemia del virus, recrudece aún más todos los padecimientos de los vecinos de los barrios más humildes como Las Tunas.
A altas horas de la noche del 29, ingresaron dando tiros al aire. “Cagaron a balazos a los pibes, a todo el mundo”, describe un audio. “En la plaza donde está la escuela, al fondo”, continúa.
Ocurrió la noche del 29, cuando el presidente Fernández terminaba de dar su discurso por cadena nacional, felicitando la labor de las fuerzas de seguridad, mientras interpelaba a la gente de los barrios que cuidarse, dependía de ellos.
Mientras el presidente anunciaba que extendía la cuarentena, en muchos barrios obreros como Las Tunas, se desataba una cacería de pobres.
Barrios donde residen los trabajadores y sus familias, que ya tienen suficiente con intentar sobrevivir a esta cuarentena rodeados de miseria. En muchos casos hacinados y obligados a salir en busca de alimentos ya que más del 40% de los trabajadores trabajan en negro y si no trabajan no comen.
La ayuda que manda el Estado es insuficiente, pero si salís a buscarla, hay palos
La mayoría son trabajadores y trabajadoras. La mayoría ultra precarios o desocupados.
Los subsidios de $10.000 que el estado otorgará, se verán a la mitad de abril. Pero esa plata se sabe que no alcanza para mantener a una familia.
Los funcionarios y el intendente, lo saben.
Habría que ver si ellos comen lo mismo que mandan en las bolsas que están entregando a las familias, las mismas que sufren la hostigación por parte de las fuerzas de “seguridad”.
En los comedores la comida no está alcanzando. Se están otorgando las viandas de noche para que se duerma con el estómago lleno.
Antes de la cuarentena se estaban alimentando a 150 niños, niñas y jóvenes. Ahora se acercan 350 personas.
Se piden refuerzos, pero lo que se manda es una burla: apenas 12 latas de tomate, 2 lavandinas, un pack y medio de arroz y de fideos.
El municipio de Zamora dice que no tiene para ayudar a la gente. Pero si se puede ver cómo han pertrechado a esas mismas fuerzas que entran al barrio a castigar a los más castigados.
Las automotrices de la zona (Ford, VW de Pacheco) en vez de reconvertir ya mismo su producción para fabricar respiradores y abastecer a los hospitales, como ya se está haciendo en varios países, entrega patrulleros.
Las empresas alimenticias como Mondelez ex Kraft, destinan la mayoría de la producción a la fabricación de golosinas y galletitas. Sus trabajadores y trabajadoras, quienes muchos habitan en Las Tunas y se han solidarizado en distintas ocasiones como las inundaciones, vienen planteando la reconversión para que se produzcan alimentos en base a la necesidad social que hay y no para el beneficio de las ganancias de la patronal.
La solidaridad delas docentes de Tigre que vienen brindando ayuda a las familias, junto a los trabajadores y trabajadoras de MadyGrafque reconvirtieron parte de su producción para fabricar alcohol en gel y sanitizantes para abastecer a la población, son un ejemplo a seguir.
La única forma de controlar a la pandemia es invirtiendo más plata en salud, test masivos para la población, prohibiendo los despidos y garantizando que todas las familias cobren un salario que alcance a cubrir la canasta básica familiar. La gente no solo vive de fideos.
Que todas las fuerzas represivas se vayan de nuestros barrios.