La convocatoria a paro nacional realizada por el pueblo colombiano, organizaciones sindicales y sociales, juventud y comunidades indígenas el pasado miércoles 28 de abril en rechazo al proyecto de Reforma Tributaria gubernamental, ha dado paso a una verdadera rebelión popular contra el gobierno represor de Duque, heredero del régimen uribista.
Viernes 7 de mayo de 2021
Producto de las movilizaciones, el Gobierno fue obligado a retirar la reforma que proponía gravar los servicios públicos, ampliar la base de contribuyentes e imponer el IVA (impuesto al valor agregado) en varios servicios públicos. Sin embargo, los reclamos no se detuvieron en la Reforma Tributaria, sino que apuntan hacia toda una serie de ajustes que han fomentado el aumento del hambre y la miseria para millones de personas. Solo para el 2020 la pobreza alcanzó un 42,5% de la población colombiana; es decir, 21, 2 millones de personas no cuentan con un ingreso suficiente para cubrir sus necesidades básicas.
La rebelión popular y espontánea del pueblo colombiano, demuestra una vez más -así como lo hizo el pueblo chileno en 2019-, que los países que el neoliberalismo presentaba como sus bastiones están en crisis.
Frente a las protestas el Gobierno ordenó a la policía y a las Fuerzas Armadas reprimir las movilizaciones, desatando violentos enfrentamientos entre el pueblo trabajador y los cuerpos policiales, las bandas paramilitares y el ejército, dejando como saldo al menos 37 muertes, cientos de personas heridas y cerca de 10 denuncias de violencia sexual por parte de las fuerzas represores del Estado, desde el inicio de las protestas.
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Figuras como el nefasto expresidente Salvador Uribe no sólo han salido en defensa de los cuerpos policiales para utilizar sus armas contra trabajadores, jóvenes y mujeres que reclaman justamente por una vida digna; si no que incluso ha exigido una represión más violenta. Esto, al mismo tiempo que los medios guardan un silencio cómplice respecto de los disparos a quemarropa, los abusos y la arremetida violenta que llevan adelante las Fuerzas Armadas del gobierno de Duque.
La bronca del pueblo colombiano contra el modelo neoliberal que por años han recetado los gobiernos de turno sosteniéndose en el terror de la guerra contra el narcoterror ─que también han utilizado contra el pueblo colombiano─, demuestra una hoja de ruta para todos los pueblos latinoamericanos en contra de las políticas de hambre y la agenda de ajuste y austeridad que el FMI impone en toda la región.
Desde Organización Socialista Revolucionaria saludamos la lucha del pueblo trabajador colombiano, al tiempo que denunciamos la violencia con la que el gobierno de Duque protege los intereses de los más ricos y poderosos. Hacemos un llamado a los partidos de izquierda, organizaciones sindicales, organizaciones sociales e internacionalistas, a la juventud y en general a todo el activismo, a organizar un Comité de Solidaridad con el pueblo colombiano.
¡Fuera el imperialismo de Latinoamérica! ¡Por la autodeterminación del pueblo trabajador en Colombia y en toda América Latina!
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