En un contexto donde el movimiento estudiantil se ha mantenido organizado en distintas universidades y estados, la escuela Normal Rural Benito Juárez en Panotla, Tlaxcala, que se mantiene en pie de lucha exigiendo sus demandas, ha sido reprimida por las autoridades.
Emilia Macías @EmiliaMacas1
Martes 18 de octubre de 2022
En una entrevista para Ojo Águila, alumnas de dicha escuela explicaron la situación en la que se encuentran las normales rurales pues han recibido golpe tras golpe intentando desaparecerlas. Ahora, han levantado una lucha de más de un mes exigiendo respuesta a su pliego petitorio.
Entre sus demandas se destaca la transparencia en la aplicación de fondos en la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (USET), el aumento de la matrícula, así como las destituciones de la directora, Nadia Minor, al igual que de las subdirectoras administrativa y académica, Ariadna Isela Castellanos y Claudia Estela Gómez, respectivamente, porque ha habido muchas inconformidades y hostigamiento con la base estudiantil.
En la entrevista, explicaron qué hacía una normal: son centros de estudios de nivel medio superior que se encuentran en las zonas más marginales del país para las personas que no tienen los recursos de estudiar en una escuela privada o pública en la ciudad.
Se dividen en cinco ejes: académico, donde se forman para el estudio; político, para entender la política del país; cultural, grupos de danza, música; deportivo, se fomenta la actividad física y modo de producción donde “se reivindica nuestro carácter campesino”, realizan brigadas de apoyo para la escuela, pero también para la comunidad.
Lo que busca el estudiantado es que se les reciba en una mesa de diálogo para resolver las demandas educativas, políticas, así como de infraestructura, pero no hay disponibilidad por las instancias gubernamentales, incluso han enviado a la policía (patrullas y helicópteros) a hostigarlos.
El 17 de octubre, el secretario de Educación Pública del Estado de Tlaxcala y director general de la SEPE-USET, Homero Meneses Hernández, dio la orden de cancelar los remanentes que llegan a la institución, dejando a las estudiantes sin el derecho a la alimentación. Y ese mismo día las amedrentaron y golpearon.
Por eso, desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista responsabilizamos a la Gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros por la integridad física, moral y psicológica de las alumnas de la Normal rural "Lic. Benito Juárez" de Panotla, Tlaxcala.
Y así como en las Normales Rurales, en otras universidades, preparatorias, secundarias y primarias del país, las condiciones en las que se estudia son cada vez peores, hay un golpe generalizado a la educación pública y gratuita en el país.
La infraestructura es insuficiente para toda la juventud que quiere estudiar, la comida y el transporte se vuelven impedimentos para estudiar, pues suben los precios y ya no nos alcanza. No hay dormitorios donde puedan quedarse de manera gratuita las y los estudiantes que viven lejos de los centros y las autoridades han hecho una pésima repartición del presupuesto sobre la base de sus intereses, no de los nuestros.
En las Rurales, en la UNAM, en el IPN o la UAM el problema es el mismo: quién controla el presupuesto. Una junta de Gobierno, Dirección General, cúpula burocrática o secretaría que no tiene ni idea de las necesidades de las personas que le damos vida a nuestros centros de estudio. Por eso, somos la comunidad (docentes, estudiantes, trabajadores y trabajadoras) quienes tenemos que tomar las decisiones, porque sólo nosotres sabemos qué centro de estudio buscamos.
Apoyamos y nos solidarizamos con la lucha de las y los compañeros normalistas y decimos bien fuerte, por mayor presupuesto a la educación y menos para las Fuerzas Armadas que "¡Queremos escuelas, queremos trabajo, queremos hospitales, no queremos militares!".