×
×
Red Internacional
lid bot

Temporada de huracanes. Tormentas José y Katia amenazan el Golfo de México y el Caribe

José podría seguir la misma trayectoria que el huracán Irma, según el Centro Nacional de Huracanes.

Miércoles 6 de septiembre de 2017

Mientras el huracán Irma desata su furia sobre las islas de las Antillas, la tormenta tropical José podría convertirse en huracán esta noche, además, una nueva tormenta tropical, Katia, se formó esta madrugada en el Golfo de México, informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de EE.UU.

José se encuentra a unas 1.255 millas (2.020 kilómetros) al este de las Antillas Menores, en el Caribe, se mueve hacia el oeste a una velocidad de traslación de 13 millas por hora (20 kilómetros por hora) y presenta vientos máximos sostenidos de 60 millas por hora (95 kilómetros por hora).

Se espera que mantenga una trayectoria oeste y oeste-noroeste con algún aumento de la velocidad en las próximas 48 horas, apuntó el NHC.

De esta forma, José podría seguir un rumbo similar al trazado por Irma, el huracán de categoría 5, con vientos sostenidos de 295 kilómetros por hora que azota hoy las Antillas Menores.

Los meteorólogos prevén “un fortalecimiento adicional” de José en las próximas 48 horas, por lo que podría convertirse en huracán esta noche.

La amenaza de Katia

Mientras, se formó en el Golfo de México Katia, la undécima tormenta tropical, que podría intensificarse en las próximas 48 horas.
Katia se encuentra a 105 millas (165 kilómetros) de Tampico (México) y presenta vientos máximos sostenidos de 40 millas por hora (65 kilómetros por hora).
Se desplaza lentamente hacia el estesureste con una velocidad de traslación de 2 millas por hora (4 kilómetros por hora) y, en las próximas horas, “se requerirá una vigilancia de tormenta tropical en partes del estado mexicano de Veracruz”, señalaron los meteorólogos del NHC.

Se espera que Katia gire hacia el suroeste el viernes, por lo que el centro de la tormenta podría permanecer en el mar, fuera de la costa mexicana, todavía en la mañana del viernes.

La primera tormenta tropical de 2017 fue Arlene, que se formó en abril pasado en mitad del Atlántico, más de un mes antes del comienzo “natural” de la temporada.
La alerta por huracán se mantiene para las islas de Antigua, Barbuda, Anguila, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, así como para las islas de Saba, San Eustaquio y Saint Martin, Saint Barthelemy, las Islas Vírgenes británicas y las Islas Vírgenes de EE.UU., Puerto Rico, Vieques y Culebra.

Está en vigor una vigilancia de huracán para Guadalupe y República Dominicana, desde Cabo Engaño hacia la frontera norte con Haití.
Es probable que estas islas reciban daños extensivos, potencialmente catastróficos, causados ​​por inundaciones y vientos que son equivalentes a un tornado de categoría EF4 pero con un área de destrucción mucho mayor.
Se prevé que la tormenta producirá una oleada de 15 a 20 pies en las Islas Turcas y Caicos y en las Bahamas del Sudeste.

Desastre sobre desastre

Las oleadas generadas por las tormentas provocan el aumento rápido en el agua. Causadas por los fuertes vientos del huracán, las grandes olas devastaran las islas del Caribe de baja altura.

El sistema nacional de Huracanes proyecta que las alturas de tormentas serán por encima de los niveles normales de marea 7 a 11 pies en las islas Leeward septentrionales, de 15 a 20 pies el sureste de Bahamas, de 3 a 5 pies en la costa norte de la República Dominicana, 1 a 3 pies en la costa norte de Haití.

Las alturas sobrepasaran los 7 a 11 pies en las Islas Vírgenes, 4 a 6 pies en la costa norte de Puerto Rico y 2 a 4 pies en la costa sur de Puerto Rico y Santa Cruz.

Los pobladores de las zonas costeras, en particular los sectores populares, así como habitantes de comunidades y colonias humildes de todo el país, se encuentran en una situación de vulnerabilidad extrema ante la temporada de huracanes. Se esperan graves daños en Veracruz, México, así como en Haití –que aun no se repuso del sismo del 2010- y en Puerto Rico, azotado por los planes de austeridad que han impuesto las administraciones estadounidenses en las islas.

Se hace sentir de nueva cuenta la irracionalidad del capitalismo. No hay preparación efectiva ante los huracanes si las viviendas son de cartón, de madera, si están edificadas en zonas que presentan peligro de deslaves o de reblandecimiento de tierras.