Trabajadora despedida de una panadería de la zona oeste de Rosario denunció golpes y amenazas por parte del patrón al ser echada de su trabajo.
Miércoles 17 de agosto de 2016 10:59
Eliana hacía 13 años que trabajaba en la panadería de Ruben Vicente, tradicional negocio de la zona oeste de Rosario, en el sector de tortas junto a toda su familia. Ayer denunció no solamente que fue despedida, sino que fue víctima de una brutal situación de violencia, algo habitual en esta empresa familiar. La Izquierda Diario habló con ella.
“Mi mamá fue la primera en entrar a trabajar ahí hace 15 años atrás; mi hermana al igual que yo comenzamos a trabajar siendo menores, hace ya 13 años. Y hace dos años que que trabajan ahí mis dos hermanos, uno tiene 14 y el otro 16 años”, denunció la trabajadora a La Izquierda Diario.
“Éramos 7 trabajando en el sector torta, la semana pasada despidió a 2 compañeros y cuando fuimos con mi mamá a preguntarle por qué los había despedido, nos dijo que nos vayamos a trabajar, que no éramos nadie para decirle lo que tenía que hacer”, siguió. Según declaró Eliana a este medio por día hacen entre 700 y 800 tortas, por lo que no podían realizar este trabajo si hay menos gente.
“Nos insultó de la punta de la cabeza a la punta de los pies, nos dijo las peores cosas que se le puede decir a una mujer. Cuando le dije que no me grite, me dio un empujón y yo me defendí. Él me golpea, dejándome marcada la cara y mi mamá se puso en el medio para que no me pueda seguir pegándome. Nos dijo que nos vayamos del lugar, que desaparezcamos”, continuó el relato de este brutal hecho.
Eliana denunció que utiliza productos vencidos, ya que los compra a mitad de precio para ahorrar plata. Además que el lugar no cuenta con las medidas de higiene necesarias para producir alimentos y está lleno de ratas y cucarachas. “Nadie de los clientes sabe esto, solo lo sabemos los empleados y nos obliga a callarnos la boca para poder conservar el trabajo”, dijo Eliana.
Además, también denunció que les pagaba por hora solamente 50 pesos y que todos trabajaban en negro, que un solo empleado tenía solamente cuatro horas en blanco.
“No es la primera vez que pasa algún episodio de estos, nada más que la gente se calla la boca. Hace muy poco con un revolver ilegal amenazó a los panaderos, les digo que los iba a matar a todos si no le hacían caso y se callaron todos la boca. Pero no fue mi caso, yo lo hice público”, culminó Eliana. A raíz de esto el dueño amenazó con prender fuego el local. Manejos propios de la prepotencia patronal.
