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Se Tenía Que Decir. Trabajadoras de casas particulares: lucha y organización en la historia argentina

La docente @soyanitasanchez te cuenta cómo se organizaron las primeras huelgas y sindicatos de las trabajadoras de casas particulares en #SeTeníaQueDecir

Jueves 3 de septiembre de 2020 14:58

🧺 TRABAJADORAS DE CASAS | Experiencias de lucha y organización en la historia argentina - YouTube

Hoy vamos a hablar de trabajadoras de casas particulares y de algunas de sus experiencias de lucha y organización.

Es uno de los sectores más afectados por la crisis económica y sanitaria. Les tiro algunos datos. Un informe reciente de la ONU dice que en nuestro país hay 1,4 millones de mujeres que realizan este trabajo de las cuales casi el 50% son jefas de hogar. Si bien después de muchas luchas, desde 2013, Argentina cuenta con una ley que regula los derechos laborales de todas las trabajadoras de casas particulares, independientemente de su dedicación horaria que antes era una limitación, ¿qué pasa?, casi el 77% sigue sin estar en blanco, en la informalidad y la precariedad total. Durante los primeros meses de la cuarentena, por lo menos en el AMBA, esta actividad no era esencial, por eso quienes están en blanco, como les dije, la minoría, no debía ir a trabajar y tenían que mantenerse sus puestos de trabajo y su sueldo. Pero sabemos por los casos de las “ricas y famosas” que esto tampoco se cumplió, recordemos el caso de Catherine Fulop que publicó un video con su empleada y el escándalo Nicole Neumann cuando se contagió de Covid y culpó a su empleada. La mayoría no registrada o sigue yendo a trabajar expuestas al contagio, o perdieron su trabajo. Como vimos esta semana en la entrevista que ustedes hicieron a raíz de la denuncia en redes de una trabajadora que decía “me contagié por ir a limpiar casas ajenas”. Y algo que no sé si es obvio o no, pero es un sector de trabajo que realizan casi exclusivamente mujeres. ¿Díganme si la crisis no tiene cara de mujer?. Por el momento para este sector la única política pública que existe es la IFE que ya sabemos lo escasa que es.

Bueno, como se imaginarán esto no es de hoy, sino que siempre fue el sector peor pago, más informal y más humillado de entre todos los laburantes, porque durante muchísimo tiempo no se consideró un trabajo. Y esto obvio, tuvo respuestas y tiene historia de lucha.

¿Sabían que una de las primeras huelgas en nuestro país justamente fue del sector de servicios domésticos? Fue en 1887 en Buenos Aires y luchaban contra la implementación de una cosa que se llamaba “libreta de conchabo” ¿Qué era esa libreta? como un documento que gestionaba el municipio que regulaba la actividad para garantizar a los patrones la seguridad respecto a la contratación de una o un sirviente, porque eran los patrones quienes debían firmar la buena conducta en esa libreta para que el trabajador o trabajadora pudiera conseguir otro trabajo y así se “regulaba” el historial del trabajador pero no el de los patrones. Derechos 0. Para esa época entraban en categoría servicios domésticos los que trabajaban en hoteles o de mozos. Todos estos sectores se unieron y fueron a la huelga. Siendo esta una de las primeras huelgas de nuestro país.

Algunas cosas más de esta época. A principios de siglo xx, fines del XIX también, se realizaron algunos censos de la población que ayudaron a develar las condiciones de trabajo de las mujeres, por ejemplo, y de esto se hicieron mucho eco anarquistas y socialistas pero, el trabajo en casas particulares que realizaban las mujeres y más si vivían con sus patrones, no era considerado un trabajo por ser una actividad muy ligada al rol tradicional de la mujer, que no se diferenciaban de las tareas que hacían para el hogar. Muchas veces esta labor la hacían menores, que tampoco fueron tomados en cuenta como trabajadores.

Después de esta experiencia, en 1901 se fundó la liga internacional de domésticos impulsado por los socialistas, donde no van a tener gran representación las mujeres por esto mismo que les decía, porque no siempre se las consideraba trabajadoras. Aunque eso fue cambiando en los años posteriores.

La otra experiencia que quiero contarles es de 1929, en la provincia de Córdoba en la localidad de Bell Ville. Fue una huelga con mucha participación de las mujeres y muy combativa. Era un contexto de lucha y en ese marco las trabajadoras domésticas decidieron hacer un paro exigiendo un salario mínimo de 60 pesos, habitación amoblada, diez horas diarias de trabajo, de las cuales las trabajadoras dispondrían de dos a mediodía y otras dos por la noche para sus comidas. ¡Cosas super básicas!

La huelga duró casi dos meses. Hacían mítines y se movilizaban y la policía se los prohibía, las llevaban presas. Cansadas de esto y sin respuesta a sus reclamos, decidieron ir a buscar a las que seguían trabajando, para sumarlas a la lucha y así ganar más fuerzas y evitar el carnereo, digamos. En una ocasión interceptaron a la mujer que trabajaba como lavandera para el intendente que estaba yendo a lavar su ropa, le confiscaron la ropa sucia del fundionario y la colgaron en un lugar público. Imagínense el escándalo. Se volvía importante la huelga con este tipo de acciones y ya pasado casi un mes y medio del comienzo, la Federación Obrera Comarcal convoca a una huelga general de la zona en solidaridad con las trabajadoras. Fíjense la importancia de la acción y la solidaridad de otros sectores de trabajadores, esto dio fuerzas para avanzar y la mayoría de los patrones tuvo que aceptar el pliego de reivindicaciones.

Quiero contarles también que a lo largo de la historia así como vimos el ejemplo de 1901 de la Liga, esta se fue construyendo en diferentes ciudades pero cada organización gremial como que tenía un impacto local y no se lograba forjar algo fuerte a nivel nacional, además las negociaciones y las condiciones de trabajo y las leyes que regían esta actividad variaba de lugar en lugar.

Ya llegando a los 40, en el contexto de segundo mandato de Perón se comenzó a organizar el sindicato de trabajadores de casas particulares que sigue existiendo hoy, pero las condiciones no cambiaron sustancialmente y en general participaban muchas mujeres pero no en puestos de conducción, una paradoja, o no, porque es algo que todavía sucede en espacios sindicales donde a pesar de que la mayoría de las que trabajan son mujeres, muchas veces no están en espacios de conducción sinidcal.

Recién en 1956 se sancionó la primera ley que reconocía este trabajo como un empleo que estaba contemplado bajo una ley pero dejaba a muchas afuera porque tenías que demostrar que trabajas para un solo empleador y una determinada cantidad de horas. Hubo mucho que luchar para conseguir la ley que rige actualmente.

Y bueno hoy razones sobran para retomar aquellas experiencias para pensar que es posible enfrentar esta crisis y organizarse y pelear por mejores condiciones de vida.

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Ana Sanchez

Nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1984. Docente y miembro del PTS. Colaboró con la edición de Luchadoras. Historias de mujeres que hicieron historia, de Ediciones IPS. @soyanitasanchez

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