Según la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, el total de genocidas detenidos es de 913, de los cuales 637 gozan de prisión domiciliaria. Contra la impunidad de ayer y de hoy, nos movilizamos junto al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.
Natalia Rizzo @rizzotada
Martes 23 de marzo de 2021
Imagen: Natalia Rizzo.
Como lo denunciaba Rodolfo Walsh en su carta en el primer aniversario del golpe, la brutal herencia social y económica que nos dejó la dictadura, es todavía una herida abierta. Por eso, desde hace 45 años, elegimos las calles para hacer escuchar nuestros reclamos, para exigirle a cada gobierno, que esto no puede ni debe ser olvidado, y que son muchas las deudas pendientes hacia el pueblo trabajador.
Desde hace varios años, gracias a la lucha y constante movilización, pudimos arrancarle al Estado varias conquistas, iniciar muchos juicios y condenar a unos centenares de genocidas, recuperar 130 nietes, recuperar Centros Clandestinos de Detención y reconvertirlos en Espacios para la Memoria.
Pero eso no basta, los juicios de lesa humanidad están plagados de obstáculos. Según la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, el total de genocidas detenidos alcanza la cifra de 913 de los cuales 637 gozan de prisión domiciliaria. Un 47% de las personas investigadas por delitos de lesa humanidad se encuentran en libertad. La mayoría de las causas todavía están en la etapa inicial y el promedio de años para obtener una sentencia firme es de 5,3 años, siendo común que los genocidas fallezcan antes de ser juzgados.
En los barrios y en las cárceles son miles los casos que día a día se denuncian y terminan olvidados en algún cajón de la Justicia. Hace apenas unos meses la Comisión Provincial por la Memoria denunció que más de 1.500 personas fueron torturadas, centenares de personas trasladadas o heridas, algunas con lesiones que permanentes, producto de la represión del Servicio Penitenciario Bonaerense frente al pedido de presos de volver a tener visitas familiares suspendidas por la pandemia. Impunidad es que millones se destinen a construir cárceles inhumanas y se estigmatice la pobreza en vez de destinar esos recursos a vivienda y trabajo.
A pesar del discurso oficial de “asistencia social”, vimos como al inicio de la pandemia, el desembarco de las fuerzas policiales y militares en los barrios fue utilizado para reforzar aún más el disciplinamiento social y represión sobre los sectores populares. La desaparición de Facundo Astudillo Castro, el jóven que fue visto por última vez cuando se subía a un patrullero de la policía bonaerense, da cuenta de esto, así como los casi 400 casos registrados de gatillo fácil durante los últimos meses.
En 2019, según un informe del propio gobierno porteño, se encontraban 282 policías aún en funciones desde la dictadura, solo en la ciudad de Buenos Aires. Es un dato particularmente grave si tenemos en cuenta que en la dictadura, las comisarías eran usadas como centros de detención ilegal de personas.
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La deuda fraudulenta con el FMI también es parte de la herencia de la dictadura, así como la pobreza que incluye a 8.3 millones de niñes pobres según cifras oficiales. Tan solo en CABA, hay 871 niñes que no tienen un lugar digno donde vivir y son vulnerables a sufrir situaciones como la de nena de Lugano que recientemente fue secuestrada, o a ser desalojados por Berni con gases y balas, con un mega operativo de 4000 policías, como sucedió en la toma de tierras en el barrio de Guernica.
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Mientras tanto, la derecha macrista encabezada por Bullrich, una de las responsables políticas de los crímenes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, lanza su campaña electoral montando una verdadera provocación. Se movilizó hace algunas semanas a Plaza de mayo exhibiendo bolsas mortuorias con nombres de referentes oficialistas, de organizaciones sociales y de DDHH como Estela de Carlotto, con la excusa de denunciar el escándalo del vacunatorio VIP. Habla de "mapuches terroristas" cuando el pueblo de la Patagonia defiende el agua y la vida frente a los incendios y el avance de la megaminería que quiere imponer el gobernador Arcioni.
Por todo esto, este 24 de Marzo, marchamos con todos los cuidados sanitarios necesarios, junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia y los organismos de DDHH independientes del gobierno.
Natalia Rizzo
Artista Visual, nacida en 1980, oriunda de Villa Luro. Es profesora Nacional de Bellas Artes y realizó la Maestría en Artes Electrónicas de la UNTREF. Miembro de Contraimagen y del equipo de diseño e ilustración de Ideas de Izquierda.