En la mañana del pasado jueves, trabajadoras despedidas del Hospital Posadas recorrieron los pasillos del Hospital Paroissien, conversando con los trabajadores de la salud del hospital que recibe a cientos de pacientes de La Matanza y otros distritos.
Viernes 4 de mayo de 2018 19:04
Junto a estudiantes del I.S.F.D. N° 82 difundieron el fondo de lucha, que viene siendo el sostén de la pelea que los trabajadores del Posadas están dando hace meses por su reincorporación y por la salud pública. La solidaridad sigue extendiéndose entre todo el pueblo trabajador que padece las políticas de ajuste del gobierno y la complicidad de las cúpulas sindicales y sus aliados peronistas en el parlamento.
Los jóvenes no estamos fuera de los planes del gobierno. Vemos cómo quieren cerrar los terciarios en la Ciudad de Buenos Aries, media que se encontró con la resistencia de los estudiantes y docentes que no están dispuestos a dejar pasar el ajuste en la educación. Muy por el contrario los sindicatos están dejando pasar estas medidas al no convocar un plan de lucha serio para derrotarlo. Vemos cómo los sueldos no nos alcanzan para pagar las cuentas, la sube, los apuntes. Ni hablar de los cientos de jóvenes desempleados.
Frente a este panorama, desde la Juventud del PTS estamos convencidos de que la lucha es una sola, junto a los trabajadores que vienen luchando contra los despidos, junto a quienes desde el primer momento estuvieron a la cabeza de la pelea por el derecho al aborto legal y seguro, entre quienes las trabajadoras del Hospital Posadas son un claro ejemplo. Los jóvenes podemos ser una fuerza que defina para qué lado habrá de inclinarse la balanza, como lo demostramos en las jornadas de diciembre, que le pusieron un freno a la política de "reforma permanente" del Gobierno, obligándolo a volver a un gradualismo que le viene costando muy caro. Pero para eso, los Centros de Estudiantes tienen que ser espacios de organización y participación, donde todos definamos cómo sumarnos a estas peleas, cómo impulsar de forma audaz los fondos de lucha para que esas peleas triunfen y ni la salud, ni la educación, ni los servicios esenciales como la luz, el agua y el gas sean negocio para un puñado de empresarios.