El 99% de las trabajadoras del hogar continúan laborando sin contrato a pesar de las reformas legislativas y convenios internacionales. Urge la organización independiente y democrática del sector para la conquista de todos los derechos.
Jueves 31 de marzo de 2022
Mucho han prometido las autoridades y representantes de la “Cuarta Transformación” hacia aquellas mujeres que, con su silencioso trabajo, garantizaron el funcionamiento de millones de hogares y las labores de cuidados durante los momentos más críticos de la pandemia, y también después con la imposición de la "nueva normalidad".
Según el senador de Morena y dirigente del Sindicato Minero, Napoleón Gómez Urrutia, hay una “enorme deuda con un sector de la población que está conformado principalmente por mujeres, quienes históricamente se han hecho cargo de las tareas domésticas y de cuidados sin la retribución debida”.
Pero, aunque mucho se habla desde los parlamentos, la deuda histórica continúa. Ni la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ni la reforma a la ley del IMSS para la incorporación de trabajadoras del hogar, han logrado hacer realidad una justa remuneración económica y derechos laborales, sindicales y sociales para las más de 2.4 millones de trabajadoras del hogar en México.
Te puede interesar: Convenio 189 de la OIT: derechos laborales que no llegan Expectativas vs realidad
Te puede interesar: Convenio 189 de la OIT: derechos laborales que no llegan Expectativas vs realidad
Expectativas vs realidad
Mucho han presumido las autoridades en materia de derechos para las trabajadoras del hogar, pero estas siguen siendo iniciativas y reformas legislativas que no se traducen en derechos inmediatos y accesibles para uno de los sectores más precarizados entre las mujeres y los trabajadores.
Desde La Izquierda Diario México, te contamos cómo viven estas mujeres su condición de opresión y explotación. Comenzamos develando qué, para que las trabajadoras del hogar puedan contar con seguro social en el IMSS, necesitan primero ser reconocidas por el empleador o empleadora por medio de un contrato laboral, cuestión que en la mayoría de los casos no sucede, pues los patrones se niegan a reconocerlas como tal.
Ese reconocimiento les ocasionaría pagar impuestos que a lo no están dispuestos, así como mayores salarios según las actividades realizadas y la posibilidad de que las trabajadoras, se organicen para hacer valer y cumplir sus derechos y también, para enfrentar la violencia psicológicas, física, sexual y de género que viven en los hogares.
Las autoridades plantean que es necesario que las trabajadoras del hogar, cumplan con un ingreso mensual mínimo de entre 8 y 5 mil pesos según la zona del país para acceder a la seguridad social. Esto representa una nueva simulación en el acceso a derechos, pues el 85% de la mayoría laboran de entrada por salida y muchas más tienen dos, tres y hasta cuatro empleadores distintos por semana y/o mes, lo cual las convierte en “trabajadoras esporádicas” según la última reforma al IMSS aprobada por el Senado.
Entonces ¿de cuáles derechos y “justicia social” hablan Napoleón, Morena y las autoridades de la 4T?.
Te puede interesar: “No puedo darme el lujo de faltar ni de enfermarme”: trabajadora del hogar
Te puede interesar: “No puedo darme el lujo de faltar ni de enfermarme”: trabajadora del hogar
¿Y el SINACTRAHO?
Con la firme convicción de crear un sindicato que organizaría a las más de dos millones de trabajadoras y trabajadores del hogar en México, en 2015 se funda el Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar (SINACTRAHO). Más de 800 trabajadoras de Colima, Puebla, Estado de México, Chiapas y la Ciudad de México lograron, luego de años de lucha y organización, conformar un sindicato de las trabajadoras del hogar y que, además, estuvo conformado desde su Secretaría General por tres mujeres.
Desgraciadamente, la estrategia política de Marcelina Bautista y el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH), que han dirigido el SINACTRAHO desde su conformación y con el asesoramiento político y sindical de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), han concentrado sus esfuerzos al cabildeo institucional y la promoción de iniciativas legales, que aunque muy importantes, no han logrado traducirse en un cambio sustancial y la garantía de derechos sociales y laborales para el sector. Bajo esta política, han perseguido y hasta expulsado a muchas de las trabajadoras críticas e incluso fundadoras del SINACTRAHO, que cuestionaron esa estrategia y plantearon asambleas de base para discurtir el rumbo del sindicato.
Desde La Izquierda Diario y Pan y Rosas México, hemos acompañado y aportado desde nuestras modestas, pero muy entusiastas fuerzas a está experiencia política de las trabajadoras del hogar, con el gobierno de la 4T y también con el CACEH. A más de siete años de la fundación del SINACTRAHO, y con la experiencia de la lucha en el plano únicamente institucional y legal por parte de la Secretaría General, consideramos que hoy es necesario hacer un balance crítico y la más amplia discusión democrática entre los y las trabajadoras del hogar dentro del sindicato, para reagrupar fuerzas en la lucha por los derechos que siguen pendientes.
Si las leyes, convenios internacionales y respuestas del gobierno de la 4T no han sido suficientes para garantizar los derechos y condiciones dignas que se prometieron, entonces, es momento de apostar por la organización independiente de las miles y miles de trabajadoras y trabajadores del hogar que hay en todo el país, para continuar con la lucha hasta que la última de las demandas sea resuelta.
La construcción de alianzas políticas con los movimientos feminista, obrero, estudiantil, ambiental y popular son fundamentales ahora, para construir una gran fuerza social que logre arrebatar aquello que durante años les ha sido negado. Ni los gobiernos ni los empresarios, pueden prescindir de las labores esenciales que diariamente realizan las trabajadoras y trabajadores del hogar. Entonces, hagamos que ese valor se reconozca y pelemos por conquistar derechos laborales, políticos, sindicales y sociales para todas y todos.
En el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar ¡No hay nada que celebrar y sí muchos derechos aún por conquistar!