Trabajadoras y trabajadores de la Zona Norte se hicieron presentes en el 42° aniversario de las rondas de Las Madres de Plaza de Mayo. Ellas han sido solidarias en innumerables luchas obreras. Obreros y obreras fueron a agradecerles.
Sábado 4 de mayo de 2019 23:20
Las Madres son un pedazo de historia viviente. Conectan la historia de sus hijos desaparecidos, con los obreros que hoy, 45 años después, siguen luchando contra un sistema que reproduce y garantiza el capitalismo. Ellas se han solidarizado en innumerables oportunidades con estos obreros, que el 30 de abril fueron a participar del aniversario de la primera ronda. Fueron a agradecerles que nunca bajen las banderas por las que luchaban sus hijos.
Hacer memoria
En mayo de 1974, la lucha de la clase obrera se cruzaba necesariamente con la acción del Gobierno, del Estado y de la burocracia sindical. Es decir con Juan Domingo Perón (y luego con María Estela Martínez de Perón) así como con los grupos de choque de la burocracia sindical y de la derecha peronista, que conformaron la Triple A en vísperas del terrorismo de Estado.
Tenían como objetivo aniquilar y aterrorizar a una vanguardia obrera y juvenil que tenía la aspiración de trascender el capitalismo y que venía ganando creciente peso sobre las masas obreras y populares, ante el descrédito del gobierno de Isabel Perón. Sin esto la aplicación del plan de Martínez de Hoz hubiese sido imposible.
Al mismo tiempo los conflictos más duros que tendían a unificarse, a buscar solidaridad y a coordinarse entre sí, incidían en el conjunto de los sectores en lucha. La burocracia intentaba descabezar a las direcciones combativas, toda la región era epicentro de importantes luchas. Así nacían las primeras coordinadoras fabriles.
Al servicio de un vasto plan para eliminar a una vanguardia obrera y juvenil con aspiraciones socialistas, y disciplinar socialmente a una clase trabajadora con altos niveles de combatividad y organización, la dictadura montó más de 600 centros clandestinos de detención, algunos de los cuales fueron verdaderos campos de exterminio.
La dictadura iniciada en el golpe del 76 asestó la derrota más profunda que sufrió la clase obrera de nuestro país, liquidando físicamente a lo mejor de la vanguardia que se había forjado en este proceso de luchas de clases.
Mucha agua ha corrido bajo el puente y la clase dominante se anotó una nueva victoria durante la década neoliberal de los ‘90. Pero la rebelión popular de diciembre de 2001 abrió una nueva etapa de aspiraciones obreras y populares, que los gobiernos kirchneristas desviaron y contuvieron y que el gobierno macrista quiere cerrar. La ofensiva ideológica reaccionaria sobre los ‘70 está en consonancia con ese objetivo.
“Recuperar estas experiencias es parte de la lucha actual de los trabajadores, no sólo porque la historia es fuente de lecciones para las batallas actuales y futuras. También, porque estas experiencias han constituido a la clase obrera: las herramientas con las que puede luchar, los enemigos a los que debe enfrentar, los aliados con los que puede contar, las derrotas que sufrió, y las conquistas que logró, lo que fue capaz de alcanzar y lo que faltó para triunfar forman el material de lo que estamos hechos los trabajadores hoy y por lo tanto las bases para forjar las herramientas y la estrategia para hacerse del poder, única vía para transformar la sociedad actual en una sociedad sin explotadores y explotados, así lo han entendido generaciones de trabajadores en Argentina y en el mundo’’. (Cien años de historia obrera)
Ellas nos muestran cómo se pelea
La historia de lucha de las madres, las ha encontrado más de una vez junto a
trabajadores en lucha. Muchas de ellas no dudaron ni una vez en acercar sus pañuelos blancos, en gestos de enorme solidaridad con trabajadores y trabajadoras en lucha. Es por esto que un grupo de obreros y obreras clasistas se acercaron a participar del acto por el 42 aniversario de la primera ronda de las Madres.
La Izquierda Diario dialogó con algunos de ellos:
Carlos Oroño trabajador, de Fate e hijo de desaparecidos:
“Para mí son un camino, una huella que por suerte tiene una dirección consagrada en el tiempo en búsqueda de la verdad, memoria y justicia. Las madres con su ejemplo nos dan esa fortaleza que sostiene cuando estás quebrado y te preguntás para qué y si sirve de algo. Ellas nos dan esa respuesta con su lucha que trasciende fronteras y el tiempo, derriban molinos.
Ese amor de madre y de mujeres de clase que nos empuja a seguir en nuestro camino. Muchas veces me quejo de que me duelen los pies pero las veo y me digo no tengo vergüenza si ellas van diez mil pasos adelante y sigo. Solo ese amor me hace comprender que la lucha hay que darla por nuestros seres queridos de los 30.000 y los que no fueron denunciados y los que hoy caminan sin saber de lo que es capaz de hacer una parte de la sociedad en función de sostener sus privilegios, el 60% de los desaparecidos fueron hombres y mujeres pertenecientes a la clase trabajadora. Y agradezco a esas madres por dejar sus huellas y agradezco a mis compañeros por estar junto en este camino siendo que no tienen algún familiar pero entienden la lucha como propia. Ahora sabemos que no queremos ni dejaremos otra vez se roben nuestras flores. Y por eso luchamos. Hoy abrazo a esas madres, se llevaron la mía pero tengo madres de lucha y la fortaleza que me dan me ayuda a dar la lucha por mi clase obrera y oprimida”.
María de Los Ángeles, trabajadora de Madygraf bajo gestión obrera:
“Esas mujeres tienen mucha fuerza, nosotros estamos de alguna manera levantando las banderas de sus hijos, que es liberar a la sociedad de este sistema capitalista, lo estamos haciendo en MadyGraf, coordinando con los sectores que están en lucha, como Kraft y La línea 60. Estamos llevando una lucha importante, nos estamos nutriendo de toda esa experiencia, queremos sacar las mejores conclusiones para no repetir la historia.
Laura Noboa, trabajadora de Madygraf bajo gestión obrera:
“Compartir la ronda con las madres en primer lugar es un agradecimiento a ellas, a su historia viva de lucha y organización. En momentos donde necesitamos hombres, mujeres, y jóvenes con moral y espíritu de lucha frente a un ataque muy grande que está habiendo no sólo en Argentina, sino a nivel internacional. El apoyo que ellas brindan a las gestiones obreras es muy importante. Queremos que vayan a conocer la gestión obrera y que sean parte de esta experiencia donde somos un ejemplo ante los cierres de fábricas, despidos y preventivos de crisis. Las futuras generaciones, las luchadoras y luchadores tenemos que empezar a levantar esas banderas que ellas levantaron, la que levantaron sus hijos”.
Julio Tévez, trabajador despedido de Mondélez planta Pacheco, en lucha por su reincorporación:
“Verlas después de 42 años ahí firmes, me da mucho orgullo verlas, haber podido participar, ellas apoyan la lucha por mi reincorporación así como todas las luchas. Un orgullo haber participado, siendo obrero despedido de Mondeléz, donde tenemos compañeros y compañeras desaparecidos de cuando era Terrabusi”.
Lorena Maidana docente de SUTEBA Tigre:
“Cuando estuve con Norita le dije al oído que le agradecia por darnos fuerzas, por mostrarnos el camino. Le agradecí que haya dicho que el aborto tiene que ser ley, por eso nos sacamos una foto con el puño en alto y el pañuelo verde. Haber ido es una manera de agradecerles a ellas por haber ido tantas veces a apoyarnos en diferentes conflictos. Ellas nos muestran cómo se pelea”.
*Cien Años de Historia Obrera