Los trabajadores del McDonald’s de Saint-Barthélemy en Marsella, Francia, tomaron parte de las instalaciones del establecimiento, que estaba cerrado, para distribuir paquetes de alimentos entre la población pobre.
Lunes 13 de abril de 2020 09:44
Crédito foto : Libération
Desde el comienzo de la crisis sanitaria, la población de los barrios del norte de Marsella, en Francia, ya extremadamente precarios, han caído en situaciones de miseria. Los distritos del norte de Marsella tienen una tasa desempleo del 25,5% (frente a la media nacional del 8,5%) y el 39% de la población vive por debajo de la línea de pobreza.
La cuarentena afectó mayormente a la población que trabaja informalmente. Una ola de despidos y suspensiones de salarios provocó que muchas familias ya no puedan satisfacer necesidades básicas como la alimentación.
Muchas asociaciones y colectivos barriales han comenzado a distribuir paquetes de alimentos para los más necesitados. Cada día, más y más gente pide su ayuda: el colectivo "Casa Blanca" pasó de distribuir 50 paquetes, a distribuir 400 en una semana. Nair Abdallah, miembro de este colectivo, cuenta que: "Al principio estábamos aislados, dejamos pasar 4 o 5 días, y cuando vimos que la cuarentena se extendía decidimos volver al barrio. Las familias empiezan a decirnos que ya no comen nada, por ejemplo una madre nos explicó que hace más de tres días que sólo come sopa de cebolla con sus tres hijos”.
En este estado de emergencia, si no somos nosotros los protagonistas en nuestros barrios, ¿quién lo será?
Las palabras son de Kamel Guémari, miembro del sindicato “Fuerza Obrera” y trabajador de la sucursal de McDonald’s del barrio de Saint-Barthélemy, donde los trabajadores han decidido tomar el local y ponerlo al servicio de su comunidad con el apoyo de colectivos y asociaciones como el Sindicato de los barrios populares de Marsella.
Los alimentos enviados por los comerciantes, los residentes o el banco de alimentos se almacenan en la cámara frigorífica. La sucursal se utiliza para preparar y distribuir paquetes de alimentos. Los paquetes se distribuyen directamente en los pasillos de los edificios o en frente de los departamentos, respetando las medidas sanitarias.
fotos de Anthony Micallef
#McEstafa mundial
La empresa se opuso a la acción y la condenó. Ralph Blindauer, abogado de los empleados del local declaraba ante periodistas del medio local “La Marsellesa”: "Nos hubiera gustado hacerlo con el acuerdo de McDonald’s Francia, pero estos se negaron" y añadía: "Están desprovistos de la más mínima humanidad, por lo que los trabajadores han decidido ignorarlo". La dirección de McDonald’s Francia se posiciona así como un obstáculo para dar soluciones a los más desfavorecidos ante esta crisis. Los trabajadores son los únicos que pueden contribuir a paliar la dramática situación que viven los habitantes de Marsella, utilizando todos los recursos disponibles.
En efecto, la empresa no es conocida por su humanidad, la multinacional anunció hace una semana que quiere reanudar su actividad en los restaurantes de autoservicio y de entrega a domicilio, sin importarle la salud de sus trabajadores.
Si la vuelta al trabajo se hace de forma voluntaria, Massamba Dramé, delegado del sindicato de Hotelería y Restaurantes (SUD) en París, dice que "los empleados que se nieguen a volver a trabajar serán etiquetados como enemigos de la dirección, arriesgándose a represalias". La empresa es conocida por la persecusión a los empleados considerados “indeseables”. El año pasado, un medio independiente (Marsactu) reveló cómo McDonald’s había pagado 25.000 euros en falso testimonio contra Kamel Guemari para despedirlo.
Vender hamburguesas para engordar los bolsillos de esta multinacional no es esencial, pero poner su producción e infraestructura al servicio de los sectores populares, como hicieron los trabajadores de Marsella, es una respuesta a la crisis sanitaria y económica.
McDonald’s opera con los mismos principios en todo el mundo y es un símbolo internacional de lo que el capitalismo le propone a la juventud. En Argentina, sus trabajadores popularizaron el hashtag #McEstafa y #PandemiaSonLosEmpresarios, en protesta por la rebaja de salarios durante la cuarentena, destapando la olla de una realidad que afecta a miles de jóvenes que trabajan en forma precaria. Mientras la empresa presiona para retomar sus actividades, los miles de jóvenes aún no reciben respuestas por parte del Estado y siguen sin cobrar la totalidad de sus salarios.
Frente a la crisis sanitaria, cuando los empresarios quieren reabrir y reiniciar la producción no esencial a expensas de la salud de miles de empleados, los trabajadores de McDonald’s en Marsella han recuperado sus herramientas de trabajo para ponerlas al servicio de la población. Están en la mejor posición para reorganizar la distribución, no para los beneficios de los empresarios, sino para el pueblo trabajador. Son un ejemplo para quienes en estas latitudes también se organizan ante los ataques de la misma patronal.
Artículo traducido y editado en base al original en francés Mateo Falcone, publicado originalmente en el sitio Revolution Permanente.