El pasado miércoles 19 de agosto, decenas de trabajadores de gasolineras comenzaron a concentrarse frente a las oficinas del Gobierno del Distrito Federal (GDF) exigiendo un proceso legal limpio en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA).
Viernes 21 de agosto de 2015
Las ocho de la mañana en el Zócalo. Sonaron las denuncias de los trabajadores de gasolineras: “Nos obligan a pagar por trabajar, tenemos que vender diez productos para automóviles y si no cubrimos el mínimo, el trabajador los paga”.
El mitin avanzó entre denuncias a la patronal, a la burocracia sindical y la JLCA. Decenas de trabajadores de gasolineras gritaban y exigían una fecha para el recuento: “Llevamos decenas de audiencias en la JLCA y no se fija un recuento para la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo”.
La mayoría de los trabajadores de gasolineras en México ni siquiera tienen un contrato con el patrón. Muchos de ellos simplemente sobreviven con las propinas que los usuarios les dan, ya que no cuentan con salario fijo. A esto se le suma que en decenas de despachadoras, el patrón impone una cuota para trabajar y un número mínimo de productos para el automóvil que tienen que vender por día.
Bajo estas condiciones, varios trabajadores comenzaron a organizarse para levantar un sindicato que los defendiera frente al patrón y que éste sirviera para conquistar un salario estable y prestaciones de ley.
La respuesta de la patronal fue despedir a 24 trabajadores y frente a la negativa de aceptar el despido injustificado, policías de la Secretaría de Seguridad Pública los detuvieron y los llevaron al Ministerio Público.
Charro, Gobierno y patrón
“Nosotros sabemos que los charros, el gobierno y los patrones están en contra de los trabajadores” –denunciaba un trabajador–. Y es que los trabajadores lo han vivido en carne propia. Desde desalojos, acoso y golpes por parte de la policía como por parte de los golpeadores mandados por la burocracia sindical, a esto se le suma la complicidad de la JLCA, que siempre juega de lado del patrón, poniendo miles de trabas para evitar el triunfo de los trabajadores.
La JLCA no solo favorece a los patrones sino que también funge como institución gansteril, ya que deja que los golpeadores de la patronal y la burocracia entren a la Junta y amenacen a los trabajadores, además de tener a los propios y utilizarlos a las afueras de la Junta.
Los trabajadores de gasolineras son un gran ejemplo de una lucha clave para el conjunto de la clase obrera, el avance hacia la conquista de una herramienta de lucha como un sindicato democrático, la pelea por un salario fijo y la abolición de la tercerización, en un país donde solo el 9% de las Personas Económicamente Activas están sindicalizadas.
Varios trabajadores de gasolineras plantean que hoy frente al ataque del gobierno, es necesaria la más amplia unidad, desde la lucha del sector salud hasta la lucha del magisterio disidente. Cuestión clave para el avance del conjunto de las luchas.
