Este sábado 8 de abril decenas de miles llenaron la plancha del Zócalo en el evento realizado por el PRD para presentar un decálogo de acciones, así como "en apoyo a la Constitución de la Ciudad de México" y como una exhibición de fuerza rumbo a 2018. Pero, ¿de dónde salió tanta gente?
Lunes 10 de abril de 2017
Hace unos meses empecé a trabajar en la delegación Gustavo A. Madero en uno de los archivos. El lunes nos recibieron con la noticia de que todos “trabajaríamos” el sábado, no nos dieron mayor información, no sabíamos dónde ni a qué hora, sólo nos dijeron que era un evento importante.
Mis compañeros que tienen más tiempo trabajando supieron de inmediato de qué se trataba. Un compañero, al preguntarle si tenía idea, de inmediato me contestó: “seguro es algo político.”
Efectivamente, se trataba de algo "político". El viernes, un día antes, se nos dieron bien los datos, entonces me quedó muy claro que iría de acarreada, pero la cosa no paraba allí, no solo íbamos nosotros (como acarreados) nos tocaba además acarrear a más gente.
Las personas que reciben algún “apoyo” por parte de la delegación fueron convocadas con los “líderes” de las colonias, con la amenaza de quitarles el apoyo se les citó para ir al evento. En camiones iban principalmente mujeres y algunas llevaban a sus hijos. Estuvieron bajo el sol inclemente durante un par de horas.
Al llegar ahí, me di cuenta que no sólo en mi delegación pasó, varias delegaciones operaron de la misma manera, principalmente en aquellas que gobierna el PRD. Escuché que iban trabajadores de otras dependencias como la Secretaría de Educación (SEDU), la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESO) e incluso otras como el DIF con sus respectivos acarreados (beneficiarios de sus programas).
Me dio mucho coraje ver a tanto niño bajo el sol, a las señoras buscando agua y sombra para sus niños, buscando preocupadas a la líder que traía la lista (porque si no la daban de baja), mientras el jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, se encuentra de gira por Los Ángeles, California. Más coraje me dio que estos canallas que obligan a ir a los trabajadores y los beneficiarios, se den aires de estar a favor de los más pobres cuando la realidad es otra.
Cada vez nos quitan más derechos, yo por ejemplo no tengo prestaciones, me obligan a quedarme horas extra sin paga, no estoy ahorrando para mi jubilación, ni tengo acceso a servicios médicos, y así están las señoras de intendencia de la oficina y de todas la dependencias, y ellas además de todo ganan una miseria; y los muy sin vergüenza llenan la plancha amenazándonos de corrernos si no vamos al mismo tiempo que dicen que se preocupan por nuestro bienestar. ¡Cínicos, canallas!
Crédito imagen: María Luisa Severiano en La Jornada
