Los trabajadores de Neuralsolft, que desarrolla software para Pymes, se encuentran en huelga y realizando un acampe en el ingreso de la empresa, Pte. Roca al 1600.
Sábado 11 de octubre de 2014
Rubén González, delegado de Neuralsoft, explicó a La Izquierda Diario que reclaman “contra los bajos sueldos, por un aumento del 35%, el reconocimiento de horas extras, capacitaciones, viáticos y el reconocimiento del sindicato”. Se refiere al Sindicato Unión Informática, que adhiere a la CGT conducida por Hugo Moyano. Los delegados denuncian que la empresa se niega a reconocerlos porque los afilian compulsivamente al Sindicato de Comercio.
En el marco de este reclamo, los trabajadores recibieron el ataque de una patota del Sindicato de Comercio, y también un intento de desalojo por parte de la policía.
“Lo que recibimos por parte de la empresa es que llamó a Comercio y a la media hora vinieron dos combis identificadas con logos del Sindicato de Comercio a agredirnos, se bajaron 40 personas y amenazadoramente se acercaron a la gente intimándola a levantar la huelga”, denunció Natalia Martínez Peralta, delegada regional de la Unión Informática.
Por su parte, Pablo Dorín, Secretario General de la Unión Informática se interrogó: “¿Qué clase de sindicato rompe huelgas? ¿Eso es el sindicato de Comercio de Rosario? Una de estas personas se identificó diciendo que cobraba 20 mil pesos para disciplinar a los que se hicieran los loquitos. Hay que decir lo que es, el Sindicato de Comercio es una mafia”.
“Yo les pedí a la policía que por favor se quedaran cuando vino la patota. Y un policía me respondió: No yo no me puedo quedar, acá lo ideal es que yo me vaya y que se caguen todos a trompadas y que venga gendarmería y los saque a todos”, agregó Alen Capetrich, delegada de Neuralsoft.
Después de liberar la zona para la intervención de la patota del sindicato de Comercio, la policía volvió al día siguiente para intentar desalojar a los trabajadores.
Al respecto, Dorín declaró: “Quieren criminalizar la protesta mediante la intervención de la policía. El comisario de la Comisaría Segunda de Rosario, Carlos Rodríguez, entró primero, habló con el dueño, salió y vino a buscar conflicto con la gente, agrediendo, incluso patoteó a uno de los chicos. En un momento manoteó su arma. Increíble el poco nivel para atender una manifestación pacífica de trabajadores. Luego volvió a hablar en privado con el dueño y salió. ¿Qué tenemos que pensar? Seguido a eso vinieron la infantería y la marina. Finalmente trajeron una orden de desalojo que no dictó ningún fiscal. En la situación actual tiene que apersonarse un fiscal, pero no sucedió. Sí se hizo presente personal del Ministerio de Trabajo de la Provincia que constató todo lo que estamos denunciando”
