Tras cinco años de negociaciones, un referéndum fallido y la firma de un nuevo acuerdo de paz, finalmente las FARC dijeron “Adiós a las armas”. El triunfo del discurso de la “reconciliación nacional”.
Miércoles 28 de junio de 2017
FOTO: Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño este martes (EFE)
"Adiós a las armas, adiós a la guerra, bienvenida la paz"
El 29 de noviembre de 2016, el Senado colombiano aprobaba el renovado acuerdo de paz,luego del fracaso del plebiscito, que permitiría que unos 7.000 guerrilleros de las FARC dejen las armas en un plazo máximo de seis meses y formen un partido político. Este martes se cumplió con ese objetivo sellado por el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", con un "Adiós a las armas, adiós a la guerra", que fueron las palabras utilizadas por el líder de la guerrilla más antigua del continente, que firmó un acuerdo de paz con el Gobierno colombiano en noviembre pasado.
"Timochenko" aseguró que esa guerrilla entra en una nueva etapa, en la legalidad, tras dejar las armas. "Este día no termina la existencia de las FARC, en realidad a lo que ponemos fin es a nuestro alzamiento armado de 53 años pues seguiremos existiendo como un movimiento de carácter legal y democrático que desarrollará su accionar ideológico, político, organizativo y propagandístico por vías exclusivamente legales, sin armas y pacíficamente", resaltó. Y recordó que "la guerra interna nació del cierre de las vías legales" y que "la paz significa que la participación política estará abierta a todos".
El líder consideró además que el fin de la lucha armada se cumplió de "conformidad con lo pactado" y aseguró que estas quedan en manos de la ONU, que procederá a su destrucción y a la posterior elaboración de tres monumentos que serán instalados en un sitio por determinar en Colombia, en La Habana y en Nueva York.
"Honramos así nuestra palabra y esperamos así, junto con todos ustedes, que el Estado cumpla la suya", afirmó Londoño, quien pidió que "a partir de hoy debe cesar toda persecución política en Colombia".
Igualmente consideró que los acuerdos de paz "no son para las FARC, son para el pueblo colombiano" y anticipó que en adelante su lucha "se encaminará a exigir la implementación de lo acordado", de "modo pacífico y civilizado".
El llamado “acuerdo de paz” entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla tenía como base que la cúpula política y militar del país y el imperialismo norteamericano, principal auspiciante del “diálogo” bajo la administración Obama, asumieron que no era posible erradicar a las FARC sólo por medios militares, era necesaria una salida política.
Esa larga negociación que comenzó el 2012 casi tuvo su fin en octubre de 2016, cuando el no al acuerdo triunfó sobre el sí con un escaso margen de 53 mil votos en el plebiscito llamado por Santos con la única expectativa de relegitimar imagen, ya que técnicamente no era necesario para lograr el acuerdo. En ese momento, el expresidente Álvaro Uribe, apoyado en la derecha más reaccionaria y conservadora tomó aire y se convirtió en un actor principal de la negociación, imponiendo medidas más duras para el acuerdo.
Las FARC reclaman la amnistía ya acordada
Sin embargo, la firma del acuerdo de paz y el desarme comenzado a fines del año pasado, tiene sus límites, y así lo hizo saber Londoño, criticando al Estado por no cumplir con lo pactado, violando el cese al fuego y demorando el indulto a miembros de las FARC presos. "Sabemos que nuestro cumplimiento nos llena de autoridad para exigir de la contraparte, en referencia al Estado colombiano. Sentimos que Colombia nos acompañará", afirmó "Timochenko", quien advirtió que "las trágicas experiencias del pasado no podrán repetirse", refiriéndose al asesinato en épocas anteriores, de guerrilleros que depusieron las armas.
En ese contexto, señaló que es este el momento para expresar su "preocupación por la negligencia estatal en la honra de su palabra", y denunció que en la actualidad "los asesinatos de dirigentes populares no se detienen, mientras crece la amenaza paramilitar en todo el país". "La muerte alcanza ya a guerrilleros y milicianos amnistiados o indultados y son ya varios los casos de familiares de estos también que han sido asesinados", alertó. Ya a fines del año pasado "Timochenko", había denunciado que el Ejército colombiano había violado el cese el fuego en una zona rural del departamento del Meta.
Además afirmó que "la actuación estatal debe ser inmediata" y "nada justifica su demora". "Resulta lamentable que buena parte de los guerrilleros, milicianos, simpatizantes o acusados de pertenecer a nuestras filas permanezcan en prisión a seis meses de expedición de una ley de amnistía o indulto que les garantizaba su libertad en 10 días", criticó.